tag:blogger.com,1999:blog-201223922024-03-07T20:40:14.287+01:00El Amante del VolcánVulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.comBlogger459125tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-1157752287287668182014-01-21T21:01:00.002+01:002014-01-21T21:05:23.723+01:00Claudio Abbado, el valor de la música.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCpnvCPXcCSEJ7tJ_9F-PlFk8eCbCDwAz-i61WVJUCpBxHAhu2uweP2Sc9Sga_5dTwi-Rt_W2080IJODa-zrBjI9jYXCIAFxZEcKsVUBYGI7QFzkQ1XM3iiAVDEuBIJRPzquhV/s1600/Captura2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCpnvCPXcCSEJ7tJ_9F-PlFk8eCbCDwAz-i61WVJUCpBxHAhu2uweP2Sc9Sga_5dTwi-Rt_W2080IJODa-zrBjI9jYXCIAFxZEcKsVUBYGI7QFzkQ1XM3iiAVDEuBIJRPzquhV/s1600/Captura2.JPG" height="198" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo dejar de pensar en él desde que ayer supe que nos
había dejado Claudio Abbado. Las nuevas tecnologías han hecho que lo supiera
cuando aún no lo había recogido prácticamente ningún periódico ni se habían
hecho eco las redes sociales. Hoy en día todo se comparte al instante, así que
este vacío repentino en soledad me golpeó con especial amargura.</div>
<div class="MsoNormal">
Claudio lleva atrayendo mi mirada desde siempre a través de
las portadas de discos y cd’s. Ya en mi adolescencia, cuando Bernstein y Karajan
se disputaban el puesto de número uno, Claudio estaba ahí, también en ese
olimpo privilegiado del que pareció ser heredero cuando el gran Herbert
falleció y los miembros de la Filarmónica de Berlín decidieron por unanimidad
que debía ser él quien le sustituyera. Hasta aquí todo normal… Dentro de la “normalidad”
de la élite de los directores de orquesta. Sin embargo, en Claudio había algo
extraordinario que he ido descubriendo a lo largo de los años, algo que le
diferencia de la saga de Toscaninis, Von Bulows y Furtwanglers que le habían
precedido. Todos ellos fueron insustituibles y sus formas de dirigir dibujaron
cimas aún hoy no superadas. Pero con Claudio llegó la humanidad y la cercanía a
ese rígido paraíso de la primera división de la música clásica. Es algo que
comparte con más profesionales de su generación, que quizá venía con los
tiempos, que incluso se puede discutir que Leonard Bernstein ya lo comenzó a
practicar, pero que él asumió como tarea principal e hizo de ella un arma con
la que lleva luchando toda su vida. Sin abandonar el rigor, la profundidad
intelectual ni la grandeza de miras, Claudio supo despojarse de ese aurea de arrogancia
y elitismo del pasado para acercar la música a todos, desde una mirada cercana,
apasionada y directa. Porque siempre situó en primer lugar la música en sí y no
cualquier otro criterio. La música como instrumento esencial del hombre, como
herramienta para el desarrollo humano y para hacernos mejores. La música como
bálsamo y refugio, la música como transformadora de la sociedad, como vehículo
inspirador de la solidaridad y de la belleza. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_fJbXNFa390VnAXmE71sS4LVUjFqalW-8B2bvXCu1j3GDnb6ecajpfXLFcMorGL5PO9BWhbpKv9wQv0qVT3AgAldqns89l_4ciMZu6aWTQOJimdPB2rIK1QS3xZc1lnE9A94l/s1600/Captura2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_fJbXNFa390VnAXmE71sS4LVUjFqalW-8B2bvXCu1j3GDnb6ecajpfXLFcMorGL5PO9BWhbpKv9wQv0qVT3AgAldqns89l_4ciMZu6aWTQOJimdPB2rIK1QS3xZc1lnE9A94l/s1600/Captura2.JPG" height="237" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Su compromiso con esta causa ha sido firme, desde su juventud, apostando por
los jóvenes compositores y sacando la música clásica de las salas de conciertos
y llevándola a fábricas o a colegios, o a la misma calle. Y hasta la actualidad,
con la creación de orquestas de jóvenes promesas y su esfuerzo por demostrar
que con una adecuada disciplina y compromiso pueden interpretar la música con
la misma calidad que las más veteranas orquestas del mundo. Un compromiso que
ha incluso reforzado desde la aparición del cáncer que le mantuvo alejado de
los escenarios una época y con el que ha convivido hasta su muerte, sin dejar
de trabajar dirigiendo y promoviendo la música. En estos años ha sido impagable
su labor de impulso, entre otros, al
sistema de orquestas de Venezuela, que es uno de los proyectos de desarrollo
humano más esperanzadores del último siglo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Por todo ello Claudio es el baluarte de una nueva generación
de músicos comprometidos con la música, pero también con su valor y su
potencial en la consecución de un mundo mejor. Malos tiempos para luchar por la
música, y de muestra la desaparición, tan solo unos días antes de su
fallecimiento, de la última orquesta de jóvenes que fundó, la Mozart de
Bolonia, con la que tan excelentes grabaciones y conciertos ha producido en los
últimos años. Desaparición a la que no han sabido poner remedio ni autoridades
ni mecenas ni responsables culturales de una Italia que no deja de ser el
espejo de una Europa en franca decadencia cultural y humana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En cuanto a su visión como director de orquesta, creo que el
recorrido de Claudio ha sido extraordinario, tanto como para haberse convertido
en el director más completo y excepcional del siglo, con una visión de la
música llena de vida y de belleza, de significado y de coherencia. Una manera
de interpretar que se ha ido enriqueciendo en su larga trayectoria profesional,
desde aquel joven rutilante y lleno de potencia que nos embriagaba con su gesto
apasionado, que nos traducía la música con una fuerza y un arrebato extraordinarios,
pero sin caer en el exceso ni en la banalidad. De esa época son sus
inigualables lecturas de Tchaikovski, Mussorgski, Prokofiev o sus increíbles versiones
verdianas con la orquesta del Teatro Alla Scala. Y es que en su rol de director
de ópera consiguió que Verdi sonara como nunca antes, y grabaciones de aquella
época como las del Simon Boccanegra o Macbeth aún no hayan sido superadas. No
fueron las únicas, pues con autores tan dispares como Rossini o Alban Berg
también realizó notables versiones, algunas de ellas absolutamente
referenciales hoy en día.<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXId1eNgXul9hui018kgXxex24PpF77_s76KfCOBvUA0yGzqRi8eEeoFbyE7hSKVsCSgobDXCzQPFSA82xjsU-ELZuJnBj3OvXI-xBbq9IScljWvQ5-ny7IQUeXXwPrv9KFsMn/s1600/Captura2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXId1eNgXul9hui018kgXxex24PpF77_s76KfCOBvUA0yGzqRi8eEeoFbyE7hSKVsCSgobDXCzQPFSA82xjsU-ELZuJnBj3OvXI-xBbq9IScljWvQ5-ny7IQUeXXwPrv9KFsMn/s1600/Captura2.JPG" height="317" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No podemos olvidar tampoco sus versiones de los ciclos
sinfónicos de Beethoven, Brahms o Mahler de los años 90, verdaderas joyas de
claridad de visión, coherencia y emoción. Fue por aquella altura cuando le vi
por primera vez, dirigiendo a la Filarmónica de Viena, con la sinfonía Titán de
Mahler. Yo, pobre, adolescente melómano que de repente se daba de bruces con un
momento musical impagable, del que recuerdo sobre todo la intensidad y la magia
que brotaba de aquella orquesta de sueño, pero también la energía y la
contundencia de aquel director, elegante y expresivo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSXXBDJFKvU9CSRYtkLq9CspdvdYpFlwKlrsDvMEn_Te0eFr6GIVkqYBBnBlyGWL3AYo-fSIxkIpB-Q3WaDoKqhhsi2XifF3q_LKYJo4DLq8M04aeZt2OvZGl8PiyLQnO0464f/s1600/Captura2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSXXBDJFKvU9CSRYtkLq9CspdvdYpFlwKlrsDvMEn_Te0eFr6GIVkqYBBnBlyGWL3AYo-fSIxkIpB-Q3WaDoKqhhsi2XifF3q_LKYJo4DLq8M04aeZt2OvZGl8PiyLQnO0464f/s1600/Captura2.JPG" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Luego vino la enfermedad, y todos nos temimos lo peor. Pero
la fuerza de Claudio estaba en su amor por la música, sin la que no sabía
vivir, porque la amaba infinitamente, y fue ello lo que le dio fuerzas para
volver, transformado en un director de una visión transcendental, honda y de
una intensa espiritualidad, reduciendo su repertorio y sus apariciones a aquello
que más le llenaba. Fue el renacer de un grandísimo director de orquesta que se
transformó en casi un dios, del que se ha llegado a decir que no dirigía, sino
que s<i>e aparecía</i>. Su sabiduría y su exquisito sentido de la belleza nos han
regalado una década más de versiones inigualables como por ejemplo La Flauta
Mágica de Mozart, Fidelo de Beethoven o las sinfonías de Mahler, del que en
estos últimos años se ha convertido en una referencia absoluta. Sus conciertos
se habían convertido en acontecimientos, porque eran una garantía de
experiencia trascendente y llena de emoción y belleza. En esa excelencia de su
oficio, en esa humanidad poderosa quiero recordarle, como en ocasión del último
concierto de él que presencié, hace unos años, interpretando ese grandioso edificio
sonoro que es la novena sinfonía de Mahler, con sus músicos amigos de la
orquesta del festival de Lucerna, en una velada que jamás podré olvidar porque
no creo que vuelva a escuchar nunca algo semejante.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ese final que va
deshaciéndose poco a poco, pero que no pierde la intensidad ni el asombro, ante
un músico para el que la música lo es todo, que a pesar de luchar contra una
enfermedad tan severa, mantiene la fuerza y esa sonrisa suya llena de
humanidad, ese gesto cercano y esa mirada como de quien ve todo por primera
vez. Aquellos minutos de silencio ante el estupor, y aquel aplauso posterior,
entregado y pasional, como lo era él. Porque nos ha dejado un grandísimo
músico, pero también un grandísimo ser humano, sin el que este mundo habría
sido peor. Ojalá que su espíritu siga vivo y que muchos otros recojan su
legado.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Seguirás para siempre con nosotros, Claudio. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE48ykfd6aiD3wY6L-ALbJskfp1RfhKvzaMEaRvgKQNhP2awxbsoNLXo4T1OW-tK1pf6xQ5EyymZ8pAVOCGoh4VK-J2e1BPfV7EnoKnIjmq4RyrrThsQBd1bWaItsFMED5Q0Yg/s1600/aaa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE48ykfd6aiD3wY6L-ALbJskfp1RfhKvzaMEaRvgKQNhP2awxbsoNLXo4T1OW-tK1pf6xQ5EyymZ8pAVOCGoh4VK-J2e1BPfV7EnoKnIjmq4RyrrThsQBd1bWaItsFMED5Q0Yg/s1600/aaa.jpg" height="207" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-7076183460114338762013-05-28T20:06:00.000+02:002013-05-28T21:33:14.448+02:00Después de la tormenta.<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La arena del parque crujía extrañamente bajo sus pies
después de la intensa lluvia. Era un sonido incómodo al que, sin embargo, en un
par de minutos se volvió adicta, intentando pisar sobre todo en aquellas zonas
donde la consistencia del suelo le parecía decir que el sonido podría ser más
redondo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Después de la tormenta comenzaban a escucharse los primeros
pájaros y volvía a imponerse sobre todos los demás ruidos el del viento
moviendo las ramas más altas de los enormes plátanos, que apenas dejaban
entrever entre la maraña de hojas recién estrenadas, la carrera de nubes color
gris oscuro allá en lo alto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nadie hubiese sospechado que en aquel momento sus pasos eran
seguidos de cerca por alguien. Y menos que aquella persecución no fuese casual
o arbitraria. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquellos otros pies caminaban sobre la hierba, con suavidad,
sin provocar ningún sonido y con cierta cautela, refugiados en el anonimato del
vacío que invadía casi todos los caminos del parque. Así fueron cruzando en
diagonal casi toda su extensión, como un cuerpo y una sombra que caminase a
cierta distancia de su dueño.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando salió del recinto por la puerta norte, pensó que no
se había cruzado con nadie, seguramente a causa del pésimo tiempo que hacía
aquella tarde. Su seguidor se detuvo en uno de los últimos árboles antes de
abandonar el parque, como temeroso de que la ciudad pudiese hacerle algún mal.
La observó hasta que desapareció de su campo visual. Después volvió sobre sus
pasos, hasta el otro extremo del parque, y, entonces sí, salió y cruzo la
amplia avenida para entrar con rapidez en una parada de metro y regresar a
casa. Si llegaba antes que él, le diría que había salido a comprar
paracetamol a la farmacia. Por la mañana había mencionado que le dolía un poco
la cabeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
Pero ella no regresó.<o:p></o:p></div>
Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-2487925930497088252012-11-14T16:04:00.000+01:002012-11-14T16:04:06.656+01:00Recuperando.<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Recupero hoy aquí el único relato mío que ha visto la luz en una revista literaria, de la mano de mi amigo <a href="http://extranomd.blogspot.com.es/" target="_blank">Un Extraño en MD</a>.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Aunque el texto está en alguna entrada anterior de este blog, hace años ya, publico de nuevo la versión corregida que apareció en la revista literaria <a href="http://www.alexlootz.com/" target="_blank">alex_lootz</a>, hoy lamentablemente desaparecida.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Gracias, Iñaki, como siempre, por tus ánimos con mis escarceos literarios.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">DULCE ANESTESIA<o:p></o:p></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="color: #231f20;">Carmen saca un poco la mano fuera de la ventanilla del coche
para dejar correr la brisa entre sus dedos. Necesita aire. También su vida
necesita aire nuevo, fresco, que renueve muchas cosas. Mientras Pedro conduce
hacia la sierra, ambos son conscientes de que planificar un viaje para crear un
punto de inflexión en la monotonía de su relación les impone también una
exigencia que ninguno de los dos sabe si estará dispuesto a asumir. Por eso
ambos callan. Callan y dejan pasar el paisaje casi sin mirar, ensimismados en sus
pensamientos, como hacen a diario, pasando de largo por los paisajes de su día a
día. Carmen, cansada de esperar que Pedro se implique mas en la relación, cada día
se centra mas en su clase de Pilates, en su </span><span style="color: #231f20;">grupo de amigas cinéfilas y en Mario, con el que ha vuelto a
tener hace poco un par de escarceos. Pedro, aburrido de la vida domestica, hace
cada vez más horas extras para poder evadirse de casa, porque le asfixia estar
toda la tarde con Carmen, planificando la compra o haciendo planes para esa
interminable obra de reforma en la cocina. Así, cuando están juntos y no hay
mas actividades a las que enfrentarse, terminan cada uno en un sillón, con un
libro en la mano, o viendo la televisión, mirando a veces de soslayo al otro,
pero incapaces de dirigirse ya una palabra que implique comunicación. Tal y
como ahora se miran, de manera esquiva, evitándose en el fondo. Evitando
palabras, evitando preguntas difíciles.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Carmen pone música, y Pedro se alegra, porque justo tenía ganas
de escuchar esas canciones en ese momento. Y Carmen sonríe. Los arboles parecen
dibujar la música a ambos lados de la autopista, y ambos piensan, con
sinceridad, que su relación siempre tuvo algo de especial, de esa magia del
azar que desde que se conocieron les persigue y les hace pasar buenos momentos,
de esos que no comparten con nadie mas. Momentos que lamentablemente olvidan en
su día a día, pero que en el fondo les cuesta poco recuperar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cuando llegan al hotel, uno de esos nuevos hoteles de diseño
construidos en ciudades de provincia, ambos salen eufóricos del coche, animados
por el impulso de la música. Y se dirigen a la recepción, con el pensamiento de
que ese inicio sin dudas les va a deparar resultados muy especiales. Cuando el recepcionista
les entrega la llave, Carmen repara en que Pedro lleva varios segundos con su
mirada detenida en el botones. Ella también se fija, con cierta curiosidad. El
chico no esta nada mal, y el uniforme atrevido y vanguardista que lleva,
seguramente diseñado por algún modista conocido, le sienta a la perfección. Suben
a su habitación en el cuarto piso. El ascensor es lo suficientemente grande
para que nadie dude de que caben los tres, pero adecuadamente pequeño para que
la estrechez de las distancias cree cierta sensación de ruptura de la intimidad. </span></span><span style="color: #231f20; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> </span><span style="color: #231f20; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En el, la sonrisa del
chico se ha clavado incisivamente en retinas y espejos. Carmen se siente a
gusto. Pedro también.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La habitación es preciosa, y Carmen siente nada mas entrar unas
ganas enormes de usar el baño, cosa que hace con la rapidez y la curiosidad de
una niña traviesa. Si, realmente el baño es el mejor rincón de la habitación.
De curvas provocadoras y colores tenues, esta equipada con sales y velas, y
resulta ideal para </span></span><span style="color: #231f20; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">tomar un baño caliente. Así que antes de volver al dormitorio
para buscar su bolsa de aseo, Carmen se preocupa de dejar abierto el grifo a
una temperatura tibia, casi caliente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pedro ha desaparecido, y cuando se acerca a la puerta a mirar en
el pasillo, casi se tropieza con el, que entra de nuevo en la habitación.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">- <i>La propina, nos habíamos olvidado de la propina</i>-<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero Carmen solo piensa en el baño caliente de sales que les
espera. Sin dudarlo, se desnuda en un instante, y corre a la bañera sinuosa, en
la que ya se levanta con abundancia la perfumada espuma. Dentro de esa bañera
todo parece diferente. La luz, las miradas, incluso las palabras de uno y otro
tienen un eco distinto. Ambos creen que el viaje si comienza a producir un
cierto efecto de cambio en los dos. Y así, su particular teoría del azar
comienza a desplegarse. Saben que cuando están de buen humor, la suerte siempre
les favorece, y todo les sale bien. Y el fin de semana, con cierta complicidad,
empieza a sonreírles... Llegan a los
monumentos en las horas de menor afluencia, escogen restaurantes especiales,
encuentran a gente interesante en los bares, se sienten ocurrentes y
predispuestos a sentir lo desconocido sin barreras, se llenan poco a poco de
una sensación creciente de que la vida puede ser algo nuevo a cada instante, sintiéndose
unidos por vivirlo juntos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La noche del sábado deciden salir de copas y a bailar un poco.
Hace tiempo que pasan los sábados en casa viendo cine o cenando con amigos,
pero volviendo a casa siempre antes de las dos. Planear algo en el fondo tan
banal les llena de ilusión, como si con ello rompieran esas reglas invisibles
que sin querer se han impuesto. Mientras Carmen se arregla con esmero, Pedro
rompe la etiqueta de su nueva camiseta de diseño, con la que esta francamente
muy atractivo. Ambos vuelven a sentir de repente esas ganas de noche que no tenían
desde la adolescencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La vida nocturna parece animada y los locales cuidados y con música
bastante interesante... Con cierta sensación de novedad que la situación les
provoca, entran en un local que Pedro comenta que le han recomendado en el
hotel. Es ciertamente agradable. Pedro se dirige a la barra a pedir un par de <i>gin-tonics
</i>mientras Carmen acude al baño, al tiempo que suena el último éxito de su
grupo favorito. Al regreso, encuentra a Pedro hablando con alguien en la barra.
No puede ser, piensa, ¡si es el botones de ayer! Supone que ha reconocido a
Pedro y han comenzado a hablar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-<i>Mira Carmen, me he encontrado aquí a... ¿cómo te llamas?,
disculpa, no nos hemos presentado</i>-<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-<i>Jaime, me llamo Jaime</i>-<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y Jaime resulta ser esa compañía perfecta que la noche requería.
Estudiante de Filología en último año de carrera, se gana un sueldo extra
haciendo horas en el hotel. Su conversación es agradable, casi tanto como su físico
generoso y perfilado, de músculos curvos y geometría más que deseable. A lo que
añadir un rostro mediterráneo muy atractivo, con una de esas sonrisas que
provocan sin querer. Pero de el emana una fuerza especial, una capacidad de
empatizar que en seguida les hace sentir cómplices. En un par de horas, tras
varios <i>gin-tonics </i>más, ya se han hecho inseparables. Se dejan llevar de
un bar a otro, parándose en las plazas de piedra de la ciudad vieja, y han
hecho planes de viajes, de proyectos comunes y de escapadas de Jaime a las
noches de Madrid con ellos. Carmen se siente libre, desprendida de todas sus
obligaciones desagradables. Como si su viaje hubiera sido al otro lado del
planeta, como si llevaran ya semanas y semanas de ruta, Pedro también se siente
lejos de Madrid. Y se siente extraño, comprobando con sorpresa que por primera
vez su atracción por un hombre no encuentra barreras ni busca esquinas en las
que esconderse. Ha dudado mucho antes de dirigirle la palabra en el local, pero
desde que lo vio en el hotel lo lleva incrustado en el pensamiento. Con aquella
propina en el pasillo, sus miradas se habían cruzado con cierto deseo, y el, con
un arrojo poco común en su comportamiento, le había pedido recomendación de algún
sitio agradable donde tomar una copa. Y allí estaba. Le ha rozado ya un par de
veces en la mejilla, y otra le ha tomado por la cintura, una cintura que ha
comprobado tibia y acogedora. No le importa que Carmen le observe. Siente también
en sus ojos cierta excitación. Indudablemente, Carmen debe sentirse atraída por
Jaime. De hecho, le ha pasado ya la mano por la cadera y se ha detenido,
sintiendo la blandura de su carne bajo la palma, mirando fijamente a Pedro,
como buscando su aprobación. Carmen siempre ha sabido que a Pedro también le
gustaban los chicos. No esta segura de que tenga relaciones con otros hombre, y
tampoco ha osado sacar el tema. ¡Las tardes se pasan tantas veces sin hablar de
nada realmente importante! Ella siempre evita hacerse a la idea. Siempre
destierra de la cabeza imaginar una escena en la que Pedro tenga sexo con otro chico.
Pero ahora que ve su atracción por Jaime, ahora que siente como coquetea con
el, descubre que no le importa, que no le hace daño. Es mas, se siente cómplice
en su competición por atraer su atención.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Los <i>gin-tonics </i>siguen su curso, continuos en su destello
azulado sobre las barras por las que van pasando, bajando por las gargantas al
ritmo de las músicas que les van habitando la noche. Mientras, las miradas se
cruzan y se enredan entre los tres, como también sus manos han empezado a
cruzarse y, poco a poco, detienen mas los segundos que mantienen el contacto,
ese roce divino de la piel que comienza a despertar un deseo creciente. La
ginebra sigue durmiendo sus prejuicios, al tiempo que sutilmente despierta esas
libidos oscuras que descansan en rincones insospechados.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al cierre del ultimo local, ninguno de los tres sabría decir
como, pero sus pasos se dirigen hacia el hotel, llevados por una inconsciencia
que parece no tener voluntad, pero que el agudo deseo mueve certeramente. Ninguno
habla, todos se miran intensamente. Como si todo hubiera sido premeditado,
entran los tres en el Hotel y suben a la habitación. La voluntad parece no
tener dudas, y ninguno se atreve a decir nada, como con miedo de romper el
camino tórrido de sus pasos. Silencio a pesar de lo inusual de la situación. Y
entonces, como si hubiese mediado un escrupuloso guion en el desarrollo de sus
actos, los tres se dejan caer en la cama abrasados de deseo, y se arrancan la
ropa con avidez. Los besos derraman la amargura del alcohol en las bocas de
todos, y las lenguas, al cruzarse, al enredarse, saborean el mismo zumo, la
misma necesidad de sexo. Pedro abraza a Jaime y lo acaricia con una pasión que
Carmen desconoce. Pero lejos de asustarla, le excita mucho. Les observa durante
largos minutos en los que se masturba lentamente, desbordando de imágenes su fantasía,
respirando profundamente mientras se acerca con una mano y toma ambos sexos con
ella. Jaime la abraza y la posee, y Pedro les mira, excitado también, sintiéndose
por primera vez en mucho tiempo desnudo de verdad, y libre, inmensamente libre.
Y se acerca a ellos enredándose entre sus sexos. Y se quedan así durante muchos
minutos, convertidos en piel y deseo, sintiendo la excitación crecer, manteniendo
el clímax durante un larguísimo éxtasis que colman tres orgasmos incontenibles,
abundantes, ruidosos, como un océano de agua azul oscura... Y así quedan, enmarañados
sobre la cama, con las manos </span></span><span style="color: #231f20; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">aun pendientes de caricias lentas que se desplazan por muslos y
caderas. Cayendo con lentitud en un sueno espeso y dulce, arropados por el
calor de las pieles ajenas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al despertar, sienten el fresco de la mañana sobre sus espaldas.
Jaime ya se ha vestido, y esta peinándose en el lavabo. Debe hacer turno de mañana
y ya es la hora. Les sonríe por ultima vez y les deja su numero de móvil
escrito en un papel. Se despide con un beso en el aire y sale con sigilo. Pedro
y Carmen se miran. Sienten algo roto entre sus miradas. Pedro vuelve a sentirse
desnudo, pero ahora ya no le gusta. Carmen desvía la mirada y se apresura a ir
al baño. Durante la mañana, ninguno de los dos dice nada. Carmen es la primera
en hablar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-<i>Si nos volvemos ya, no pillaremos atasco</i>-<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-<i>Sí </i>–<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y vuelven ambos al silencio. Entran despacio en el coche y se
hunden en una sordina de la que no querrían despertar jamás. Ninguno quiere
pensar en lo que ha pasado. Ambos saben que nunca mas lo van a hablar. Pedro,
embriagado aun por el olor de Jaime, decide enterrarlo lentamente en su
intimidad mas secreta mientras observa la carretera que se extiende delante de él.
Áspera, descendiendo por la montana, como descienden poco a poco sus deseos,
sus sensaciones de la noche. Piensa en la semana, en lo cómodo de la jornada
laboral, en las agendas que esperan en la oficina, programadas de antemano,
sin posibilidad de cambios, sin opción a la duda, al que hacer. Saborea ya el
despertar del lunes, y su planificación semanal, fácil, sin complicaciones.
Carmen mira los arboles del camino. Pasan rápidos y en seguida quedan atrás. En
cada uno imagina una de las caricias de la noche anterior, una de las imágenes
que aun conserva su retina, que también van quedando atrás poco a poco. El
ronroneo del coche le trae sueno, y unas ganas enormes de volver a la monotonía,
a las clases de Pilates, a quedar con Mario el martes a la salida de su oficina,
o a volver a mirar aquellos muebles color beige que tanto le gustaron para la
cocina. Piensa en el lunes, sana y salva mientras toma la ducha antes de partir
para la oficina, y se deja invadir por esa dulce anestesia de la disciplina...
Si, es eso lo que necesitan, piensa. Y cierra los ojos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="color: #231f20;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Sobre la mesilla del hotel, ninguno se ha atrevido a coger la
nota con el teléfono de Jaime.</span></span><span style="font-family: "Courier New";"><o:p></o:p></span></div>
Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-55220707466854310572012-01-23T08:18:00.000+01:002012-01-23T08:18:10.288+01:00HERMANO, José Luis Serrano (elputojacktwist), Editorial Egales, 2011<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://fbcdn-sphotos-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash4/381949_2427133990410_1013364179_2786003_2002482474_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://fbcdn-sphotos-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash4/381949_2427133990410_1013364179_2786003_2002482474_n.jpg" width="222" /></a></div>
<br />
Conozco a José Luis hace ya unos cuantos años. Virtualmente, de esa manera extraña y fascinante por la que comenzamos a conocernos algunas personas hace unos años, especialmente aquellos que nos unimos a aquel movimiento tan motivador y efervescente que fue el mundo de los blogs personales de hace unos 6-7 años, desplazado después por la inmediatez y facilidad que impusieron las redes sociales. Y digo José Luis, porque para mí fue casi desde el principio José Luis, ya que mi interés por aquellas cosas que escribía "Elputojacktwist" en su blog me hicieron más pronto que tarde entrar en contacto personal (aunque aún electrónico) con él. Intercambiamos muchas ideas e intereses a través de chat y sobre todo e-mails, pero aquello fue, poco a poco, diluyéndose. La misma maldición de las redes sociales que nos hizo (a algunos) abandonar bastante el mundo del blog, nos volvió a unir, de otra manera, como observador y espía mutuo de lo que el otro piensa, le interesa, le hace gracia, descubre...<br />
<br />
En cualquier caso, mi primer contacto real con José Luis fue precisamente en la presentación de su primera novela, "Hermano", hace menos de dos meses. La generosidad de José Luis hizo que saliese del acto con uno de los ejemplares bajo el brazo, debidamente dedicado, y que me producía cierto temor leer. Porque no suelo leer novela española actual, vete tú a saber por qué, unido a que siempre me produce pavor leer lo que ha escrito alguien conocido por temor que no me guste y a ser demasiado crítico con la opinión que uno se siente obligado a dar en estos casos. Así, lo he dejado reposar un tiempo. Pensaba que iba a ser aún más. Pero ayer, con la intención más de hojearlo que de leerlo en serio, me sumergí en él.<br />
Hoy a mediodía he terminado. Sencillamente lo he devorado de dos tacadas, algo que supongo que dice mucho del libro, pero también de mí, que no me dejo absorber por cualquier lectura.<br />
<br />
Me ha gustado, creo que está muy bien escrito, lo cual ya suponía de un libro salido de su mano.<br />
A pesar de que, como también se ha dicho por ahí, me parece que sobran cosas en la novela, creo que consigue no despegarse demasiado de su esencia, que no es otra que la de ser una preciosa mirada hacia algo tan universal como el amor y la fascinación.<br />
En mi opinión, sobran demasiadas explicaciones del protagonista en una historia que es pura elipsis, a través de la obligada falta de comunicación entre los dos personajes, y al tiempo pura metáfora en la que la fascinación que nace y se despliega poco a poco hacia el país (las descripciones son sencillamente maravillosas, literatura de alto nivel), se va mezclando, enredando, emulsionando con esa otra hacia el chico. Por ello, a veces encuentro innecesarias las explicaciones algo torpes del narrador, en una historia en la que nada de lo esencial, en realidad, se dice. Quizá sea una mirada inocente hacia la propia inocencia que supone siempre enfrentarse a algo tan inmenso como el amor.<br />
<br />
El amigo español también me sobra, a pesar de que con algunos pasajes me he reído sobremanera, pero creo que tampoco era necesario hacer respirar dentro de la otra novela. O las reflexiones y denuncias acerca de la homofobia, siempre necesarias, pero que creo que el autor ya ejerce mejor en otros contextos y que en mi opinión distraen demasiado de la historia que se cuenta.<br />
<br />
A pesar de todo ello (algo que quizá en otra novela no habría perdonado), sigo pensando que ha escrito un gran libro, una gran historia: una exquisita mirada hacia el abismo del amor, la fragilidad de la existencia y la alegría de vivir, los tres pilares de la historia que, con la solidez de su verbo, quedan sobradamente defendidas (con esa maestría para la narración, aunque sobre, en realidad nada sobra).<br />
<br />
Sobre todo me deja muy buen sabor de boca el final (más allá del accidente de la despedida y la excusa para el título de la novela) en ese equilibrio inestable que supone la duda mayúscula, la tristeza de la pérdida, y lo que a lo largo de todo el libro hemos visto que desencadena: una honda obsesión que ha paralizado al protagonista, pero que no lo destruye, sino que (al menos yo lo veo así) lo hace crecer en saber quién es él, y cómo quiere estar en el mundo. Esa felicidad sin causa que salpica la novela, al principio como algo nuevo que descubre en Birmania, pero que poco a poco se va incorporando a su vida, a su manera de ser y de estar, y que es el regalo con el que yo veo que el protagonista se queda. Un amor que no existió, ¿quién sabe? (como decía Mendicutti en la presentación, los amores que no fueron, pero que nos hicieron amar, también son amores), pero que ha hecho crecer al protagonista, haciéndole consciente de ser capaz de amar, pero sobre todo de gozar de la vida en este instante tan corto en el que vivimos. En la frontera de haber vivido una historia de amor inolvidable, que se quedó en ese limbo de la culminación, pero que precisamente por ello da valor a todo lo demás: a la vivencia de por sí, a la riqueza de su fascinación, y sobre todo a esa sensación de ESTAR VIVO que creo que es lo más importante de la novela.<br />
En fin, que la he disfrutado mucho y se lo agradezco doblemente: por haberla escrito y por habérmela regalado.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-2799227009062654582011-06-12T15:09:00.007+02:002011-06-12T18:10:07.149+02:00La mirada del pasado.<div style="text-align: center;"><br /></div><div><a href="http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRSF3b67ycDTRJyjVsGEHOXB-ZWsnaKDV6TAjTLJSr4dSofHZSf" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 167px; height: 301px;" src="http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRSF3b67ycDTRJyjVsGEHOXB-ZWsnaKDV6TAjTLJSr4dSofHZSf" border="0" alt="" /></a><br /></div><br />Dentro del festival <a href="http://www.phe.es/festival/">Photoespaña 2011</a> encontramos este año una sorprendente exposición. Lo sorprendente en este caso es que en realidad no se trata de una exposición de fotografía, sino de pintura. Son algunos de los llamados “<a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Fayum_mummy_portraits">retratos de Fayun</a>”, y representan pinturas del rostro de difuntos sobre tabla hechos para ser colocados sobre la tez, adheridos a las momias de sus propietarios. Estas pinturas fueron ejecutadas a lo largo de los siglos I al IV en muchas localizaciones de Egipto, pero han sido encontradas de manera especialmente abundante en la zona de la meseta de Fayum, de la cual este peculiar estilo ha adoptado el nombre. Constituyen por lo tanto, los retratos bidimensionales más antiguos que se conservan.<div><br />Representan un testimonio histórico y humano del Egipto de aquellos siglos, dominado por la gran cantidad de población griega que se asentó en la zona en aquélla época y que se mezcló bastante con la población autóctona. De hecho, el estilo de las pinturas está más relacionado con la tradición grecoromana que con la egipcia, si bien su destino era su uso en un rito funerario auténticamente egipcio. Su inclusión en <a href="http://www.phe.es/festival/">PHE2011</a> responde a su semejanza con fotos reales. En el texto de la exposición habla de “las primeras fotos de carné” debido a su formato y a su función. En ellas, los pintores retrataban lo más exactamente posible los rasgos de los sujetos para que el alma de los difuntos pudiese ser identificada y dirigida al reino de Osiris.</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://t1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQQ0n7TeLxItUm_T4FOOVwrIA7TJEQbCrCL4baBELWV_ydNv3Lb" border="0" alt="" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 172px; height: 293px; " /></span></div><div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><br />La expo termina con un vídeo de Adrian Paci que habla de la inquietud de estado de tránsito de unos posibles emigrantes que esperan para partir a sus destinos en la pista de un aeropuerto, sobre una escalerilla que no conduce a ningún avión, conectados de una sutil forma a los muertos-vivos de Fayum. El escritor<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/John_Berger"> John Berger </a>ya había relacionado estas pinturas con las migraciones de nuestra época en un bello texto que se usa aquí de excusa y argumento de la exposición.<br /><br />La calidad técnica de estas pinturas es variable aunque de media son bastante notables, pero lo que más desconcierta en ellos es el propio reconocimiento: son retratos muy realistas e intensos, que captan a los modelos con una profundidad psicológica que nos deja sin aliento. En ellos nos reconocemos nosotros mismos, personas que conocemos, personas que desearíamos conocer. La expresión del alma en esos rostros poco ha cambiado a lo largo de los siglos. Las inquietudes, los miedos, los odios y los secretos continúan teniendo la misma expresión en nuestros rostros, la misma importancia en nuestras vidas. Sin embargo, en el caso de las de ellos, nos hablan directamente desde el pasado, de sus inquietudes, de sus frustraciones, de sus deseos.<br /><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSkx6EBLo-oFAM0aLsHRiM6YdhJ6ylKDPAy7jj4yNSgi66-YI4E" border="0" alt="" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 178px; height: 283px; " /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><br /></span></div><div>Reconozco que me perturban esos ojos que parecen llevar escritas vidas enteras que se han preservado de alguna manera en esos gramos de pintura sobre la tabla. Reconozco que me agitan el corazón algunas de esas miradas, algunas de esas melancolías, algunas de esas soberbias. Reconozco que me turban esos rostros jóvenes, esas cabezas y esos labios que se muestran llenos de vida aún. La vida, que desde este túnel ficticio entre la antigüedad y el presente, parece querer reírse de nuestra condición, avisándonos de que no tiene nada de excepcional, que se perpetúa interminablemente, y no dejamos de ser minúsculos eslabones de una cadena que quizá no tiene nada de particular.<br />Pero al mismo tiempo, nos remueve esa curiosidad sobre la vida y sus secretos, sobre el misterio mudo del pasado, de lo humano que nos separa y nos identifica. Miradas de seres en tránsito hacia otra realidad, quizá en tránsito hacia el vacío, hacia la nada. Un tránsito que iniciamos desde el momento en que empezamos a vivir, inconscientes de si esa luz con la que lanzamos nuestro primer llanto nace en ese momento o proviene de otro estado, de otro lugar ignoto. La vida parece tan abultada en esos ojos, tan llena de deseos, de proyectos, de miedos… Que parece inexplicable que se haya extinguido. Es el espejo de lo que somos, desde el pasado, pero también desde la no existencia que nos asfixia, pero que nos atrae de manera poderosa. Me quedaría horas inmóvil, mirando sus miradas, imaginando sus secretos, fundiéndome con ellos en esa no existencia de la que sin remedio, también, pasaré yo a ser parte.<br /></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><img src="http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRss7pp5ZhaRwoFeRbQIPPQ-M21NehY8G_1NYPcBvXM2_U_bYCi" border="0" alt="" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 147px; height: 342px; " /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "><br /></span></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-78574957114375034672011-05-14T11:36:00.001+02:002011-05-15T11:36:31.756+02:00El giro de llave.Todo empezó en el momento en el que introdujo la llave en la cerradura para abrir la puerta de casa. Un acto tan cotidiano que a fuerza de hacerlo una y otra vez le salía solo, sin pensar. Sacar la llave del bolsillo interior de la mochila, donde siempre la guardaba, comprobar que estuviese en la posición correcta, encajarla, y dar un par de vueltas. Así lo había hecho. Sin embargo, algo extraño le había invadido al hacerlo. Era una sensación como de quien interpreta un papel, como de quien prepara un pastel siguiendo al pie de la letra las instrucciones de una receta, sin desviarse en un gramo de harina ni en unos minutos de más de horneado. En ese momento no le dio la menor importancia, pero la sensación continuó el resto del día, en cada cosa que debía hacer, en cada cosa que se propuso hacer. Era una sensación incómoda, inhóspita, pegajosa, como de extrañeza. Nada era igual que previamente. Lo que más le inquietaba era comprender lo que le estaba pasando de una manera casi racional. No se trataba de un dolor de cabeza que le impidiera su normal actividad, o de una herida en la mano que le obligase a hacer todo con mucho más cuidado. Se trataba de la consciencia de no ser él mismo al hacer todas y cada una de las cosas que hacía, como si su cuerpo y su mente no fueran suyos, y simplemente estuviesen siendo utilizados por él. Sin embargo, había una inercia poderosa que le dictaba qué debía hacer, qué debía pensar, cómo debía reaccionar, qué tenía que improvisar y qué decidir. Él, simplemente, acataba. Ordenar la casa, hacer la compra, llamar a Laura para preguntarle por su gripe, aguantar la conversación incómoda del vecino del tercero, evitar pasar por la calle Mayor al caminar hacia el centro, quedar con Inés sin que nadie les viera, tarde, como siempre, entrando por la puerta de atrás.<br />Todo lo hizo con el peso incómodo de quien se siente obligado, a pesar de hacer lo que desea. Su incomodidad iba creciendo hora a hora, a medida que se iba recreando en ella más y más, a medida que la palpaba y la intentaba observar desde fuera, como si no fuera suya. Él mismo creía estar fuera de sí, como apropiado de un cuerpo y de unos sentimientos que no le pertenecían del todo. Llegó incluso a rozar ese límite en el que lo extraño, lo incómodo, empiezan a ser casi deseables, como una vía hacia lo desconocido, a dejarse llevar sin tener miedo.<br />Al llegar a la puerta de su casa de nuevo recordó ese mismo instante de la tarde en el que había comenzado todo. Giró la llave en su mano, que brilló a la luz escasa del pasillo, como queriendo provocar un hechizo, y la introdujo en la cerradura. Fue entonces cuando descubrió aquel extraño sentado en su sofá, con los ojos clavados en él. A su lado, Laura tenía la mirada como perdida en el infinito, no se había percatado de su presencia.<br />- Dijiste que no ibas a volver hoy, Tony, ¡qué susto me has dado!<br />Entonces comprendió todo. Se sentó despacio, en el sofá, junto a ellos, y dijo.<br />- ¿es que no ponen algo más interesante en otro canal?<br />Aquella frase, ya le iba sonando más auténtica.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-43193084791244709782011-04-04T22:16:00.003+02:002011-04-04T22:31:27.717+02:00Madrid y yo, doce años después.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEur5n6LaICKT-YM-Rns01lz7fHqX56B7tSC8qjTJ5qRtY6mV8BgWhvj16r6cyYLfWcsixBGLWiKdIw66WJXt4kfxNMH5OxzgWS43SHFP0LRChzh1cfGwv9xIMge8Pj_VKcY-C/s1600/IMG_0066.JPG" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEur5n6LaICKT-YM-Rns01lz7fHqX56B7tSC8qjTJ5qRtY6mV8BgWhvj16r6cyYLfWcsixBGLWiKdIw66WJXt4kfxNMH5OxzgWS43SHFP0LRChzh1cfGwv9xIMge8Pj_VKcY-C/s400/IMG_0066.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5591825537847500018" /></a><br />Intento imaginar lo que tenía yo en la cabeza cuando hice el viaje que me trajo a vivir a Madrid, hace hoy doce años. Recuerdo la primavera que ya en el sur era abrasadora, y la operación retorno de Semana Santa por los llanos de Ciudad Real, con los atascos habituales de esa fecha. El descenso de temperatura que se iba notando kilómetro a kilómetro, a medida que avanzábamos hacia el norte. <div><br />Quizá el sentimiento más intenso que tenía yo en aquel momento era el de liberación. Liberación de una ciudad que me asfixiaba, de una historia que me torturaba, de mí mismo tal y como era allí. Con 26 años ya había probado varias veces lo que era vivir fuera de casa, ser independiente, pero era la primera vez que emprendía un proyecto personal de duración desconocida. Me iba a vivir a la gran ciudad, que a priori me atraía, aunque me daba algo de miedo también. Sin embargo la atracción superaba con creces todos los demás sentimientos. </div><div>Por un lado, sabía que la oportunidad laboral que se me ofrecía era inmejorable, y eso me daba energía y cierta seguridad. Pero mi ansiedad se alimentaba sobre todo de la incógnita que suponía construir una vida más o menos desde cero, y la oportunidad para poderlo hacer como yo quería. Y sí, me zambullí en Madrid con ansiedad y con la necesidad de romper con multitud de cosas: mis prejuicios, mis dudas acerca de mi orientación sexual, mis inseguridades en cuanto a mis relaciones sociales, etc. Necesitaba vivir y exprimir al máximo todo, necesitaba encontrarme con gente diferente de la que había estado rodeado durante tantos años, necesitaba alejarme de mi entorno familiar. Era tal la cantidad de cosas que necesitaba que supongo que a pesar de la intensidad con la que me lancé a ellas, anduve también un poco perdido aquellos primeros meses. </div><div><br />Ahora, doce años después, me cuesta un poco imaginar cómo era yo antes de llegar a Madrid. Miro atrás y veo un adolescente acomplejado, inseguro, temeroso, intenso, algo altivo, incomprendido y con poca capacidad para estar en el lugar y en el camino que quería.<br />Mirando con perspectiva, creo que lo más importante de este camino ha sido que me he ido conociendo poco a poco. Es curioso pensar en cómo nos reafirmamos con vehemencia cuando somos adolescentes, siento en el fondo tan poco conscientes de quiénes somos, y viviendo internamente la incoherencia vital con tanta fragilidad.<br />Yo, en estos años, siento sobre todo que me he ido recorriendo. Recorriendo y entendiendo: en mi lado irracional, en mis abundantes obsesiones, en lo que de mí me gustaría desechar, en lo que me apasiona... He intentado hacerlo a través de mí, pero también a través de las personas que han pasado por mi vida, y en cómo me han visto. <br />Siento que poco a poco he conseguido limar mis aristas, y he aprendido a usar la perspectiva para intentar entender las cosas, y la relatividad para vivirlas. He sufrido pasiones y abandonos, de esos que se quedan ahí para siempre. Y creo que, en fin, camino hacia entenderme cada vez más de una manera sincera, y darme al mundo desde esa sinceridad.<br /><br />Y todo ello, casi siempre con el escenario de fondo de esta ciudad a la que ahora me siento tan intensamente unido. Porque sigo pensando que aunque haya muchas ciudades que tienen muchas cosas que no tiene Madrid, lo que tiene Madrid aún no lo he encontrado en ningún otro lugar. Quizá también porque Madrid forma parte ya de mí, y muchos rincones de ella se han enganchado a mi memoria con mucha fuerza. Sigue siendo esa ciudad de la que siempre hay multitud de cosas de las que quejarse, pero a la que se desea igualmente a pesar de ellas. Incoherente y vulgar, pero que es capaz de apasionarte con mil pequeñas cosas, inesperadamente. Que nunca duerme, que no conoce la tristeza, aunque a veces los que vivamos en ella sí lo estemos, que puede ser sucia e inhóspita, pero que de repente<br />te abrasa con una puesta de sol en otoño, con una mañana de domingo desbordante de primavera, o con encuentros casuales a los que la verticalidad de esta ciudad encierra en cápsulas de cristal que después atesoramos con un deseo casi cinéfilo. En fin, doce años ya... y que no pare el cuento…<br /></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-86506684226727893162011-03-26T11:06:00.002+01:002011-03-26T11:28:01.235+01:00Las primaveras del sur<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.metayer.com.ar/img/azahar%20blog.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 450px; height: 337px;" src="http://www.metayer.com.ar/img/azahar%20blog.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><br /><br />Al levantar la vista observó un naranjo en flor. Se sorprendió, ya que no era aquella ciudad de naranjos, y a pesar de transitar por aquel pequeño jardín con frecuencia, resultaba que nunca había reparado en que casi pegado a la verja por la que él solía pasar, había plantado un naranjo alto, de copa regular. Ya avanzado el mes de abril, sus hojas oscuras y perfectas aparecían invadidas de multitud de capullos que comenzaban a abrir.<br /><br />¿Habría sido el blanco insultante del azahar sobre el verde negruzco de las hojas el que había llamado su atención? Daba igual. Lo importante era que aquel detalle había traído a su memoria la adolescencia, en aquellas calles del sur llenas de naranjos bajos, alineados y perfectos, que reventaban de flores, cada año antes, con los primeros calores de marzo. Y aquel olor agudo que invadía el centro de la ciudad, como una invitación al hedonismo.<br /><br />Casi había olvidado aquellas primaveras del sur, insultantes y repentinas en el final del invierno. Aceleradas, rabiosas, impredecibles y salvajes. Cada lugar tiene su momento, y el momento del sur era aquel inicio de la primavera, porque era intenso, muy intenso. En el norte las primaveras eran más graduales, más erráticas, y sobre todo más tardías.<br /><br />De repente se dio cuenta de que había olvidado prácticamente aquellas sensaciones. Había olvidado ya cómo era aquel aire firme, tibio y soleado. O aquellos sábados en la playa, en pleno mes de marzo, renovando la sensación de los pies desnudos y la espuma helada sobre ellos. Había olvidado aquella prisa incontrolable, aquel ansia indefinible que se agarraba a la sangre, aquel tono de fiesta desbocada, de olor a nuevo con el que se vivía en aquellas semanas hasta que llegaban los calores inhumanos en mayo. Sí, todo aquello había volado de un soplo de su memoria. Él, de las primaveras, sólo recordaba aquel ardor que entró en su cuerpo cuando se detuvieron sus ojos en él un instante. Aquel ardor, y las siestas con la ventana abierta, y él hundido en la almohada, traspasando al otro lado. Para él las primaveras del sur eran sólo largas tardes de domingo apostado en la ventana, a escondidas, mirando la puerta de la estación, por si lo veía llegar de su pueblo. Y el deseo de que llegara el lunes, tiritando en la noche de abril. Nada más recordaba cuando pensaba en las primaveras del sur, sólo el palpitar de sus arterias al sentarse junto a él en clase, o aquella única vez que le tocó la mano, como distraído.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-59097541585164627522011-03-19T19:59:00.004+01:002011-03-19T20:09:44.577+01:00El universo y la nada.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifPjLOLIyWB2emRpmaQVZfdYjR8MXrYzfw7Zh8g_uQ08dE-owgH5bi3NSh9YHwNH8DeG3vNCoxtQ9tTYwdOw-ET4e5h2oCl0KjOS-2uCOWMXhQb6ZSSiHLwefIF90KrWxlrUIW/s1600/milky_way.gif"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 484px; height: 340px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifPjLOLIyWB2emRpmaQVZfdYjR8MXrYzfw7Zh8g_uQ08dE-owgH5bi3NSh9YHwNH8DeG3vNCoxtQ9tTYwdOw-ET4e5h2oCl0KjOS-2uCOWMXhQb6ZSSiHLwefIF90KrWxlrUIW/s1600/milky_way.gif" border="0" alt="" /></a><br />"Una vez, en quinto o sexto de primaria, fui con mis amigos a acampar a la montaña y vi por la noche un cielo cubierto de incontables estrellas. Tantas, que parecía que el cielo no iba a poder soportar su peso, que se partiría y caería en pedazos. Nunca antes había visto un cielo estrellado tan prodigioso, ni volvería a verlo jamás. Después de que todos se durmieran, como yo no podía conciliar el sueño, me deslicé fuera de la tienda, me tendí boca arriba y permanecí inmóvil contemplando aquel precioso cielo estrellado. De vez en cuando, la línea brillante de una estrella fugaz cruzaba el cielo. Pero me fue entrando miedo. Había demasiadas estrellas, el cielo de la noche era demasiado vasto y profundo. Aquel abrumador y extraño ente me rodeaba, me envolvía, provocándome inseguridad. Hasta entonces había creído que la tierra que pisaba seguiría siendo eternamente sólida. No, ni siquiera me había parado a pensar en ello. Lo había dado por supuesto. Pero la tierra no era, en realidad, más que un pedrusco que flotaba en algún rincón del universo. Visto desde la inmensidad, no pasaba de ser un andamio efímero. Sólo con un pequeño cambio de fuerza, o con un destello momentáneo de luz, la Tierra, con todos nosotros, podría ser barrida mañana mismo. Bajo un cielo tan magnífico que cortaba el aliento, pensé que iba a desmayarme en cualquier momento pensando en la pequeñez e incertidumbre de mi propia existencia."<br /><br /><b><i><span class="Apple-style-span" >Hakuri Murakami (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, 1994)<br /></span></i></b><br /><br />Si, realmente sí. El mundo es un pequeño andamio, una cáscara de nuez en medio del océano más grande que podamos imaginar. Un frágil recipiente en el que es asombroso contemplar cómo un inmenso infinito estrellado no se desploma ante nosotros en esas noches en que somos capaces de observarlo. El equilibrio y la relativa estabilidad del suelo que pisamos no deja de ser algo milagroso, cabria decir que hasta excepcional.<br /><br />De pequeño también miraba las estrellas de esa manera, allá donde no había luz, especialmente en el pequeño pueblo donde solía pasar los veranos. Supongo que hoy en día cada vez existen menos lugares así.<br />Recuerdo nítidamente sentir como si la vía láctea entera, de tan densa e infinita, fuese a desplomarse con todos aquellos puntos blancos que parecían una red sin fin, sobre la tierra. A veces, sin embargo, me gustaba imaginar la sensación de aquellos muchos miles de kilómetros por hora a los que se desplazaba nuestro planeta, según había leído en alguna parte. En realidad, todas aquellas millones de partículas blancas se movían a tal velocidad que era imposible descubrir cómo hacían para no chocar entre ellas. Incluyendo, por supuesto, planetas miles de veces mayores que la tierra. De hecho, aquellos puntitos eran probablemente soles cientos de veces más voluminosos que el nuestro.<br /><br />Fue entonces cuando aquel pensamiento recurrente empezó a vagar por mí, como un virus de los que se quedan en el cuerpo de por vida. La pequeñez de nuestro tamaño, y más allá de ello, lo minúsculo de nuestra existencia y de nuestra importancia. Fue trágico descubrir que podía empezar a pensar en la vida desde fuera y sentirla como algo pequeño y con final. A mí también me asustaba mirar a los cielos estrellados, pero ya no tanto porque pensara que el universo podía ser incapaz de sostener aquello. No, lo que me asustaba a mí era la capacidad que me daba aquella visión para poder imaginar una escala con la que comparar la vida, y sentir la terrible angustia de lo extremadamente pequeño. Aquel pensamiento redundante era como un bucle: como un bucle en el que el infinito iba pasando por el ojo de una aguja, llenando la consciencia al otro lado, hasta casi estallar.<br />Aquel infinito apenas sospechado se parecía en realidad, de manera irremediable, a la nada: en el fondo siempre he pensado que son parecidos, al menos parecidos en la forma en la que uno puede imaginarlos.<br />Así, llegué a pensar en la nada siendo casi un niño. No sé por qué me daba por pensar aquellas cosas, cuando en lo demás no dejaba de tener la inocencia (acentuada incluso) de un crío de mi edad. Jugar con aquel concepto de la nada, era un desafío que me asustaba, pero al que no podía evitar lanzarme.<br />La nada debía ser lo que uno sentía una vez muerto, imaginaba yo. No, una vez acabada la vida uno no siente nada. Sentir es estar vivo. Yo imaginaba la nada, sintiéndola, desde la vida, y ya me parecía terrible, así que imaginar no existir, pasar a ser la nada, me resultaba desconcertante. No había sufrido aún la muerte de ninguna persona cercana, así que mi primer pensamiento de la muerte vino así, imaginando el universo infinito y de ahí la nada. Es curioso.<br />Sentí miedo, evidentemente. Un miedo al que quise hacer frente pensando que en los millones de años que tenía el mundo hasta que yo había nacido tampoco había sido yo nada. Esa misma nada de la que pasaría a formar parte cuando se acabara mi vida. Nada antes, nada después. Y esta vida, en medio de la nada del tiempo, pero rodeada del infinito físico del universo (aunque ahora digan los físicos que sí que tiene límites).<br /><br />Llevo casi toda la vida perseguido por ese sentimiento al que con el tiempo he puesto yo también (como los físicos) límite. Límite a mi propia angustia, y límite al desconcierto de algo que no parece tener vía de escape ni de salvación. Un límite sobre el que me apoyo a diario, para mantenerme a salvo, para intentar ejercer mi credo de disfrute de placeres, de belleza y de humanidad.<br />Somos demasiado pequeños, y demasiado frágiles. Aunque nos creamos superhombres la nada está ahí rodeándonos siempre. A nosotros, al planeta entero. No, no somos superhombres aunque hayamos descubierto cómo llegar a Marte, o cómo fundir el núcleo del uranio para generar energía. Somos especiales y albergamos dentro de cada uno de nosotros, la posibilidad de un universo. Pero la piel de ese universo es tan fina y quebradiza que puede borrar en un instante fuerza e inteligencia, universo y existencia. A pesar de que nos resulte imposible concebir que todo eso pueda desaparecer de esa manera tan inexplicable.<br /><br />Será que la muerte me ha tocado de cerca hace poco, será que no entiendo por qué vivimos, ni por qué me sigue persiguiendo, como un huracán, esa imagen nítida de la nada, desde mi infancia, que ahora se hace más sólida, casi soberbia, usando el nombre de alguien de mi propia vida. Será todo ello lo que me trae por el camino del silencio, de la observación, de la trascendencia. Querría arrojarme a la vida con soberbia, con vehemencia. Sin embargo permanezco quieto, apocado, como con miedo, con incomprensión. Un miedo y una incomprensión que en el fondo me han rondado toda la vida, pero que ahora me desafían más, recordándome que siempre han estado ahí, pero que la madurez que tengo ya me sugiere que he de decidir qué hacer, si vencerlos o hacerme amigo de éllos.<div><br /><div><iframe width="425" height="344" src="http://www.youtube.com/embed/pQ3-9P8FjSc?fs=1" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe></div></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-37334728479301007932011-02-08T20:26:00.005+01:002011-02-08T20:48:29.082+01:00Nueve<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8qFF3BQDwk4XBm7bLlzWVyLH45yaj7a6xl-HEKJGTuXnYPuKBCtvGNUqtuf5YjgqkZn_njJlG2QZ1gIPwECeKTk7DyuYiipSoaZANnffBq84Co-Pc_PZ9raibXk7Fwgy1-Qok/s1600/PC300240.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8qFF3BQDwk4XBm7bLlzWVyLH45yaj7a6xl-HEKJGTuXnYPuKBCtvGNUqtuf5YjgqkZn_njJlG2QZ1gIPwECeKTk7DyuYiipSoaZANnffBq84Co-Pc_PZ9raibXk7Fwgy1-Qok/s400/PC300240.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5571402565905448994" /></a><br /><br />El que acaba de empezar es un año que se inició de la manera más triste posible, y que además daba por terminado uno de los más anodinos y apagados de toda mi vida. A veces la pérdida nos sacude con tal violencia y fatalidad donde menos lo esperamos que el resto de la existencia cobra, de repente, una óptica diferente, aunque no lo pretendamos. Con la tristeza y la ausencia aún en muchos rincones de mi día a día, esa quiebra de la perspectiva de la realidad me ha dejado la sensación de que hay cosas que empiezan a moverse. Dentro de mí, de repente, siento que tras muchos meses de ausencia de motivación y de ganas de hacer cosas, por fin, algo comienza a inspirarme entusiasmo, energía, vitalidad. Me considero una persona vital, enérgica, contundente en ejercer lo que me apasiona, siempre atento a disfrutar de la vida, de aquellos a los que quiero y de todas las cosas en las que veo o siento belleza y por las cuales, irremediablemente, siento una sana obsesión. Aún no ha sucedido nada, pero me siento más responsable de intentar continuar la búsqueda de mí mismo, que creo que abandoné accidentalmente hace un tiempo, de manera gradual. Igual de gradualmente espero que surja de nuevo ese camino, donde lo dejé, y con quienes lo dejé. Estar en el mundo no es fácil, y sobre todo precisa de un cuidado continuo, que quizá desatendí, animado o preocupado por otras inquietudes que ahora ya ni recuerdo. En fin, así es la vida: perderse, para poder encontrarse de nuevo.<br /><br />Así, esta semana recupero muchas cosas con entusiasmo y con intensidad. Es curioso cómo sin que apenas haya cambiado nada, el hecho de uno sea capaz de mirar las cosas de otro modo, que uno decida vivir con honestidad y con los ojos bien abiertos su vida, puede cambiar absolutamente la manera de sentir. Siempre he sido demasiado inquieto, demasiado exigente, demasiado precipitado con el deseo (a pesar de que quienes bien me conocen discreparían en algunos de estos puntos). No es fácil entender qué le hace a uno feliz, cómo, por qué y con quien; implica mirarse demasiado a uno mismo por dentro, y eso es algo que nos suele asustar. A mí el primero. Por ello, muchas veces lo más importante que tenemos, por obvio que sea (o quizá debido a ello) queda como escondido, y hasta termina por hacerse invisible.<br />Casi siempre tenemos ahí, al alcance de la mano, lo que más nos hace sentirnos bien. Sólo hay que cuidar de ello. Yo, acabo de empezar a hacerlo.<br /><br />Y todo ello precisamente esta semana, una semana con mucho significado, que me llega con cifras que suman ilusiones, deseos, decisiones y voluntad. Me escapo a celebrar. A celebrar que vivo, que siento, que estoy con quien quiero estar. Con serenidad, como en uno de esos dúos maravillosos de felicidad que escribió Handel. Porque la felicidad más rotunda se escribe así, sin estridencias, con caligrafía discreta y serena, pero firme, sin artificios.<br /><div><br /></div><div><iframe width="480" height="295" src="http://www.youtube.com/embed/yhBNtoWPbYw?fs=1" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-29870157420247815752011-02-01T14:52:00.005+01:002011-02-01T20:27:12.754+01:00Colpo di fulmine.<div style="text-align: left;"><b>(Colpo di fulmine: innamoramento immediato e intenso)</b></div><div style="text-align: justify;"><b><br /></b></div><div style="text-align: justify;"><b><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; "><a href="http://racked.com/uploads/2011_01_LoveSimons.jpg"><img src="http://racked.com/uploads/2011_01_LoveSimons.jpg" border="0" alt="" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 528px; height: 351px; " /></a></span></b></div><div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><b><i>Io sono l'amore</i>, Luca Guadagnino, 2010</b></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(0, 0, 238); -webkit-text-decorations-in-effect: underline; "></span>No sé qué ha sido lo que me ha atrapado de esta película. Quizá que está muy bien contada, más allá de posibles carencias. Quizá que, a pesar de un tono demasiado épico y grandilocuente, sabe llegar a la médula de la historia de este <i>colpo di fulmine </i>arrebatado e inevitable que nos cuenta con gran sutilidad. Y que lo hace con una mirada, posiblemente criticable, pero inmensamente poderosa.<br /><br />Como ocurre con la mayoría de las atracciones fatales, el azar más inocente e inesperado enciende de manera inicialmente inapreciable una curiosidad que en un momento dado empieza a rodar y a acelerarse, a ganar pasión, desconcierto y fuerza descomunal, siendo capaz de quebrar todo lo que se interpone en su camino.<br /><br /><iframe title="YouTube video player" class="youtube-player" type="text/html" width="640" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/ZzUgfF-zkZ8" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe><br /></div><div><br />La atracción se presenta aquí como lo que es muchas veces: Un vértigo poderoso que nos consume, que nos arrastra sobre todas las cosas. Que destapa de repente todos los vacíos existenciales, las insatisfacciones, los deseos ocultos e invisibles que nunca evidenciamos. Un sentimiento que, en definitiva, es capaz de hacer desmoronar el esqueleto de una vida entera que en realidad lleva muchos años sin funcionar. Un nudo que se va estrechando cada vez más hasta ahogar a la protagonista en su propia existencia.<br />Y aquí uno puede llegar a preguntarse si es posible que ese sentimiento, abrasador donde los haya, no nazca precisamente como respuesta a una frustración vital acallada durante años. Que el cuerpo y la mente respondan de manera salvaje haciéndonos experimentar lo más intenso que podemos imaginar, como revulsivo a una vida que no funciona, o a una insatisfacción que nos envenena. ¿O verdaderamente la pasión descontrolada de un <i>colpo de fulmine</i> como éste tiene una razón física o química que la sostenga? Seguramente hay un poco de ambas cosas. La pasión no es parangonable, imagino, y cada historia es única, con sus condicionantes y sus razones. Sin embargo no es difícil identificarse en ese tobogán de sentimientos que provoca la pasión de la protagonista. La película lo muestra de una forma sutil, pero carnal y volputuosa, en fusión con una naturaleza excesiva de belleza y esplendor, como lo es el éxtasis al que conduce.</div><div><br /></div><div><iframe title="YouTube video player" class="youtube-player" type="text/html" width="640" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/eF1uxvVNKNM" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe><br /><br />Después viene el vacío, un vacío que comienza casi en sordina pero que después continúa como un ruido que se eleva por encima de todo y de todos, ensordecedor, aniquilante, visceral, simbolizado por una música estridente y desproporcionada, pero que nos conmueve hasta el agudo final. Y ya no hay nada que hacer: el golpe de pasión se transforma en golpe seco que hace desmoronar la familia, los vínculos, las rutinas, los cariños, evidenciando así la inhóspita y frágil naturaleza que los soportaba, a pesar del aparente halo con el que casi nos había cegado al inicio.<br /><br />Después no hay nada más que contar. La continuación, el futuro, la fortaleza del amor que nace, ya no interesa. Es una historia quizá predestinada a acabar rápido. O no. Pero eso es ya otro cuento, uno que desde ese mismo instante empieza a contar hacia atrás. Y así, tras el estruendo, volvemos de nuevo a un silencio que nos deja mudos, absortos en la idea de un esplendor que no hace más que rondar nuestro propio deseo.<br /><br />La mirada de <b>Luca Guadagnino</b> es abiertamente efectista, pero no deja de ser personalísima. Por el ángulo con el que nos muestra los espacios, por los silencios y las miradas, que encierran tantas cosas, por una lectura honda del poder de los sentidos, reflejado en un sólo aparente preciosismo que sin embargo oculta todo un universo de sensaciones, por una estética contundente, pero del todo coherente y llena de sentido. Un sentido que intenta provocar algo físico en nosotros, algo que nos evoque, aunque torpemente, el nudo en la garganta, el vacío, el vértigo que se produce en la vida de la protagonista. A mi juicio, lo consigue. Repito, la película tiene carencias, y se puede criticar desde muchos aspectos, pero también, si te dejas llevar, puede conquistarte, hacer que sientas, de repente un intenso y afilado <i>colpo di fulmine</i> hacia ella. Yo, así lo confieso, lo he sentido.<br /><br />¿Qué opináis de los amores fatales?<br /></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-4629825964527937732011-01-26T23:23:00.007+01:002011-01-26T23:41:25.035+01:00CincoEsta semana hace cinco años que comencé a escribir en este espacio. Iniciar un blog supuso para mí una aventura y un cambio importante en mi vida, porque era el primer paso en firme que daba para desarrollar una inquietud que tenía desde siempre, y que había practicado de manera discontinua durante mucho tiempo. El blog significaba en aquel momento, además, una apuesta por trasladar a las palabras la memoria y las búsquedas que más me asaltaban entonces. Y, sobre todo, una forma de recuperar una intensidad que había perdido, o creía haber perdido. Surgieron relatos, música, prosa pseudo-poética, reflexiones, viajes, crítica de espectáculos, guiños, etc. En suma, un conjunto de historias, pensamientos y sensaciones que me han ayudado no solo a construir quien he sido en este tiempo, sino a recuperar en mí una intensidad que yo consideraba perdida. En este tiempo aparecieron cómplices y compañeros de escritura que me aportaron cosas, pero sobre todo aparecieron personas con las que la química fue importante y especial. Algunas de ellas entraron también en mi vida y ocuparon (y continúan haciéndolo) lugares importantes en ella. Era un momento de auge, y muchos estábamos dispuestos a poner entusiasmo e imaginación en las palabras que volcábamos aquí, de manera que el conjunto hacía un efecto tremendamente reforzante, inspirador y motivador. Después esto empezó a perder aire. Al principio muy poco a poco. Después de manera casi dramática. Muchas de aquellas bitácoras fueron cerrando y otras disminuyendo el ritmo, especialmente desde la explosión del uso masivo de las redes sociales como vía de comunicación de ideas y emociones en la red. Así ocurrió un poco con el amante del volcán. Quise mantener un cierto ritmo, una cierta sinceridad con lo que ocurría dentro de mí. Pero lo cierto es que la batalla la ganaron la pereza, la inmediatez y la no necesidad de tener que elaborar ideas para crear algo único y sincero.<br /><br />Tras unos meses inactivo, he estado pensando que de alguna manera, para mí, resultaba más satisfactorio y me llenaba más personalmente escribir aquí que dedicarme a cultivar redes sociales. Y a pesar de que parece que el mundo del blog no ha muerto, sí se ha transformado bastante, y resulta ahora más bien un medio de comunicación profesional, técnico o de especialización. Así que escribir hoy en un blog como se hacía antes es una aventura en solitario, y precisa de mucha fuerza de voluntad. La inmediatez y la potencia de otros medios nos han empujado a un proceso de invertir poco en esfuerzo y en reflexión sobre lo que comunicamos en la red. Y ha coartado mucho la iniciativa para ciertos tipos de creación.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg46CTsj-u272A_HQMVHGdvcQeqC0ymjvnJg0evMOcE1JtQbX6z8SRd7IifgPB9sCXUVrelB5WUyTJCDG_cXiom4vfXX-snpZPS5LbH-_-JallEy0vIHeNkYfU8MNNiagFiYxsj/s1600/perro+semihundido.px.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg46CTsj-u272A_HQMVHGdvcQeqC0ymjvnJg0evMOcE1JtQbX6z8SRd7IifgPB9sCXUVrelB5WUyTJCDG_cXiom4vfXX-snpZPS5LbH-_-JallEy0vIHeNkYfU8MNNiagFiYxsj/s400/perro+semihundido.px.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5566625312494551890" /></a><span style="font-weight:bold;"><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" >Perro semihundido, Francisco de Goya.</span></div></span><br /><br />Quiero empezar este año, y esta nueva etapa del blog con esta imagen en la que llevo pensando unos días, de uno de los frescos que Goya pinto en su “quinta del sordo”. Un cuadro calificado de rupturista y en el que se ha querido ver un retrato de inmensa soledad, de insignificancia frente al universo. Estudios recientes, basados sobre todo en fotos que se pudieron hacer antes de retirar el cuadro de la pared donde fue pintado para ser trasladado a un lienzo (proceso muy invasivo en el que se perdieron matices e incluso detalles enteros del cuadro) parecen indicar que podríamos estar simplemente ante una escena inacabada. En cualquier caso, lo importante de este cuadro para mí es lo seductor de la falta de límites y de la indefinición. Quiero situarme un poco en esa mirada, quizá algo desolada y lastimera, del perro ante un abismo que uno ni siquiera acierta a adivinar en cuál los dos planos que parecen abrirse se nos representa (¿cielo y tierra? ¿Tierra y horizonte? ¿Suelo y nada?). Un poco así me encuentro: agotado de no ser capaz de sacar palabras, argumentos e historias como lo era antes, hundido por la vorágine cibernética del universo 2.0 actual, estéril frente a mis necesidades vitales. Creo que me voy a volver a agarrar a este instrumento que tanta energía y deseo comenzó a proporcionarme en 2006. Aunque esta vez, lo sé, estaré más solo. Pero quiero volver a intentarlo. Me hundo, pues, en este albero espeso de Goya, sin límites ni reglas, esperando no perder ese incierto rumbo que parece esconderse en los ocres del horizonte de un perro semihundido.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-40830460219608872792010-10-19T10:48:00.006+02:002010-10-20T07:37:36.043+02:00Como de otro planeta, pero en éste<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFyFs3d0wLXDXlwBEooG8MnO5ZSqFnYnHuYfPZ7a0e_SWwZR2EpreVj0MjM53GETRteQRfFOswSeoinvUn-qHgVCshxATm4iiUbIU6NwT1vdO24aa2dKT_GYIDUEh_2ucxHGpU/s1600/Claudio_Abbado.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 254px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFyFs3d0wLXDXlwBEooG8MnO5ZSqFnYnHuYfPZ7a0e_SWwZR2EpreVj0MjM53GETRteQRfFOswSeoinvUn-qHgVCshxATm4iiUbIU6NwT1vdO24aa2dKT_GYIDUEh_2ucxHGpU/s400/Claudio_Abbado.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529676574942347922" border="0" /></a><div style="text-align: center;"><b>Claudio Abbado.</b></div><div><br /></div>La orquesta del Festival de Lucerna sólo ofrece dos o tres conciertos al año fuera del Festival, siempre con Mahler en el programa. Es una orquesta hecha por y para Claudio Abbado, que reúne jóvenes de las mejores orquestas europeas, y consagrados solistas que admiran al director italiano tanto como para ponerse bajo sus órdenes como un músico más. En resumen, un conjunto de ensueño el que hemos tenido la ocasión de escuchar los días 17 y 18 de Octubre pasados en el Auditorio Nacional de Madrid.<br />Para esta ocasión, Abbado ha escogido la última sinfonía completa del compositor bohemio. Una sinfonía inmensa y compleja, que destila todas las miradas de Mahler y las sublima en un tremendo viaje vital que representa la culminación de toda una etapa de la historia de la música a punto de llegar a su límite y desmoronarse para siempre. La dramática y angustiosa vida del compositor está siempre presente en la partitura melancólica y sombría de esta sinfonía, a pesar de que las incursiones pastoriles, tan propias de su música, también lo están. La sinfonía construye un universo aparentemente desordenado, como en forma de una amalgama que incluye casi todos los humores, pasiones y vicios humanos, desde lo grotesco y vulgar, hasta lo sublime, pasando por la pasión o el humor. Un verdadero retrato no sólo de la experiencia vital de Mahler, sino de toda una sociedad que se agotaba, en un momento, justo antes de las dos guerras mundiales, en el que se encontraba a punto de caer en un abismo de consecuencias insospechadas. La música de Mahler se impone aquí moderna, visionaria, obscenamente humana, en el borde de la ruptura de la tonalidad en muchas ocasiones. Un mundo que se terminaba, un universo que se extinguía. Y así la traduce Abbado, con una soberbia inteligencia, fruto de sus muchos años de peregrinaje mahleriano, de sus reflexiones en torno a la música. Abbado, pese a su edad y a los problemas de salud afortunadamente superados, está en un momento de madurez esplendoroso. No ha perdido la pasión a punto de descontrol con la que desconcertaba al mundo musical en los años 70 e inicios de los 80. Pero ahora su mirada ha ganado en hondura, en sinceridad, en profunda humanidad. Y la orquesta del Festival de Lucerna es el instrumento perfecto para traducirle. Una orquesta que exhibe una perfección que produce estupefacción, pero que al mismo tiempo suena humana y viva, vibrante, llena de vida y de expresividad. En el primer movimiento, el despliegue cromático que exhibieron de la que es una de las páginas sinfónicas más redondas de la historia de la música, fue casi desconcertante. El tiempo justo, los matices adecuados, el tono apropiado: sin estridencias ni efectos, dibujando el poder hipnótico que descansa en la esencia de la partitura. Después, la orquesta se hizo cada vez más y más grande, encajando el complejo mosaico del universo sonoro que imaginó Mahler con una genialidad que no he escuchado antes, destacando cada familia de instrumentos, casi cada instrumento, con identidad propia, pero sin perderse en ese océano sinfónico monumental que es la novena. Los movimientos segundo y tercero resultaron rotundos pero sin efectismos, apasionados y fervientes. La emoción iba creciendo, y con ella la sensación colectiva de que estábamos viviendo un sueño, casi irreal. El adagio final de la novena es una música bellísima y crepuscular, un canto de cisne que impone tras el viaje cósmico por la identidad compleja e irracional de lo humano, su melodía honda, perturbadora, como triunfo de la esencia espiritual del hombre. De un hombre y un mundo al borde del cataclismo de su destrucción. La batuta de Abbado exprime de la orquesta una delicadeza casi religiosa. El final, injustamente trufado de sonidos de móviles, no entorpeció, sin embargo, el éxtasis de un auditorio que dejó de respirar al unísono mientras la música se extinguía poco a poco y las luces, en un efecto hábil y sincero, con ella. Al final, silencio y penumbra. Como parte ineludible del final, de la metamorfosis intelectual, de la caída en el vacío, de la visión fascinante del límite de la realidad. Un silencio impagable que duró varios minutos, tras los cuales los aplausos y vítores llovieron de manera atronadora.<br />Pocas veces he sentido que asistía a algo tan trascendente, tan efímero a la vez, pero que marcará un antes y un después en la vida como melómano de gran parte de los que asistimos. Algo, como de otro planeta, pero en éste. Algo profunda y sinceramente emocionante. Mi deseo de inmensa gratitud a Claudio Abbado, sin duda el más grande director vivo.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-33146646042315017632010-07-23T16:15:00.003+02:002010-07-23T17:24:42.613+02:00El último gran Mozartiano.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIwvMTPFp_GGapS7AU2TE-VfGMVY6WLLx_5ZPgebHnqT4ziN59xEd_se-iVcbNGdbDqzNDdGpd4NlJNndGcTWCb2qOChnjuoN7wWzuev1A4hHWpmhvk2_a8lXOGOO2jXRMluqK/s1600/mackerras_sir_charles_w482__482x309_5ffd4bf44d276098b307055d1314c438.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 256px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIwvMTPFp_GGapS7AU2TE-VfGMVY6WLLx_5ZPgebHnqT4ziN59xEd_se-iVcbNGdbDqzNDdGpd4NlJNndGcTWCb2qOChnjuoN7wWzuev1A4hHWpmhvk2_a8lXOGOO2jXRMluqK/s400/mackerras_sir_charles_w482__482x309_5ffd4bf44d276098b307055d1314c438.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5497105584399219858" /></a><br /><div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#FF0000;"><b>Sir Charles Mackerras (1925 - 2010)</b></span></div><br /><br />Hace unos días tuvimos que decirle adiós. Quizá el último de los grandes del siglo XX, y uno de los directores más completos y personales de la historia reciente de la música. Su nombre no brilló tanto como los de Karajan, Celibidache, Giulini o Bernstein, por poner algunos nombres a la altura de él.<br />Siempre fue más discreto, pero los que amamos la música clásica sí sabemos de él, de su impresionante currículum, y de sus inolvidables grabaciones. Creo que lo más destacable de él fue su inmensa curiosidad hacia la música, lo cual lo convirtió, sin pretensión alguna, en un increíble visionario. Apostó siempre por géneros, autores y formas de interpretación que muchos años después adquirieron una justa valoración e importancia. Tal es el caso de la opereta, de la música checa o de la interpretación con instrumentos originales, por destacar algunos de los géneros y aproximaciones a la interpretación que él indagó desde sus comienzos como director, cuando nadie apostaba por ellos.<br />Es el gran difusor de la música de Janáček, de cuyas óperas (hoy aclamadas mundialmente como un corpus de referencia en el género) realizó la primera (y hasta hoy aún no igualada) integral. A finales de los cincuenta ya se atrevió a realizar grabaciones de música barroca con instrumentos originales, versión que el mundo de la música no supo entender muy bien pero que terminó constituyendo una gran e impulsiva corriente de la interpretación de la música anterior al siglo XIX que hoy es la que probablemente más interés (y beneficio económico por lo tanto) reporta a las casas discográficas.<br />Sin embargo, algunos lo recordaremos siempre como uno de los más grandísimos intérpretes de la música de Mozart de todos los tiempos. Es un compositor que siempre ocupó un lugar primordial en su discografía. Un músico que le ha acompañado toda su vida, desde sus inicios hasta este triste final que a los 84 años le ha sobrevenido repleto aún de energía y proyectos. Sus grabaciones de las óperas mozartianas, si no de referencia, siempre han sido de las más equilibradas y completas. Su Idomeneo para el presente festival de Edimburgo quedará huérfano sin su dirección, lo cual no deja de ser un símbolo de la importancia de la música del salzburgués en la carrera de este director incomparable.<br />Su visión de Mozart fue haciéndose cada vez más rica y madura. Ya había grabado una de las integrales de referencia de sus sinfonías con la Orquesta de Cámara de Praga. Pero con su actual orquesta (la Orquesta de Cámara Escocesa) nos ha regalado probablemente dos de los mejores discos de la historia de la música de Mozart. Grabados en 2008 y 2010, recogen las últimas sinfonías de Mozart en unas versiones que resultan rotundas, inmejorables. Mackerras expresa en ellas toda una vida de amor por la música de Mozart, y su mirada, sabia y madura nos transporta a un Mozart en el que la luz y la sombra nos asaltan con contundencia, pero en el que la luz se impone claramente. Unas versiones expresivas y enérgicas, como salidas de la mano de un adolescente, atropelladas a veces, pero con un desconcertante análisis de detalles en el que Mackerras nos descubre los infinitos matices de la partitura, casi como si las escucháramos por primera vez. Tengo ambos compactos (4 cd’s en total) y confieso que no me aburro de escucharlos.<br /><br /><object width="640" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/jkn9dASarrA&hl=es_ES&fs=1"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/jkn9dASarrA&hl=es_ES&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="640" height="385"></embed></object><br /><br />Tienen una libertad expresiva y una clarividencia que es difícil de expresar con palabras. Su luz, sus ritmos exactos, que pasan de lo sobrio a lo exultante, pero siempre con una indefinible majestuosidad que los hace siempre perfectos, hacen que estas grabaciones sean una referencia absoluta de aquí al futuro cuando se hable de esta música. La producción de estas grabaciones es simplemente exquisita, y saca a la luz del oyente la riqueza de matices expresivos de la composición, especialmente la de los instrumentos de viento, tan olvidada por los productores habituales. Qué pena que personas así tengan que dejarnos. Una pérdida insustituible para el mundo de la música. Curiosamente este año programó un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid, para el que yo tenía entrada, que guardaba con emoción, pues nunca había asistido a un concierto suyo, pero que por problemas que no termino de entender con la productora del concierto, se terminó cancelando. Una pena. Menos mal que nos quedan sus estupendos discos, que desde aquí recomiendo encarecidamente porque son de referencia casi todos. Pero, especialmente, los dos últimos, con sinfonías de Mozart y la Scottish Chamber Orchestra, esos son imprescindibles para cualquier mozartiano. Y como prueba, el glorioso final de la sinfonía Jupiter, imposible interpretarlo con más inteligencia… Le recordaremos así, para siempre.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=e81abc2" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-46383489225878725672010-06-28T23:36:00.007+02:002010-06-29T19:02:15.331+02:00En el limbo de Scarlatti.<b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF6600;">"No te esperes encontrar en estas composiciones, seas diletante o maestro, una intención profunda, sino más bien una forma ingeniosa para que te ejercites con osadía en el arte de tocar el clavecín"</span></b> advierte en 1738 el propio Scarlatti al lector de sus sonatas.<br /><br /><br />Y sin embargo ahí están, después de casi 300 años, como una isla de libertad de forma y contenido, el corpus de sonatas a las que se dedicó el compositor Napolitano desde su llegada a la península Ibérica, para convertirse en el profesor de música de Doña Bárbara de Braganza, primero en Lisboa y más tarde en la corte de Madrid.<br /><br />Sonatas sencillas, en estilo binario, que evidentemente, como él mismo reza, fueron escritas para ejercitar al intérprete del instrumento (la propia Doña Bárbara) en diferentes problemas técnicos.<br /><br />Y sin embargo, uno no puede dejar de asombrarse ante la enorme riqueza no sólo de efectos, sino de melodías, acentuadas por la influencia de las músicas folclóricas que conoció en España, así como por ese especial gusto de Scarlatti por las repeticiones obsesivas de grupos de notas.<div><br /><div>Estas sonatas son toda una aventura experimental, casi imposible de pensar en el imaginable mundo cerrado de la corte española en la que vivió a lo largo de los treinta años en los que compuso estas obras con dedicación absoluta.</div><div><br />¿Mero ejercicio sin intención? La fascinación que ejercen estas sonatas sigue contagiando hoy a muchos, porque detrás de ellas parece que siempre hay un secreto, un mensaje oculto, una intencionada intensidad, una muy concreta emoción. De su vida poco sabemos, por lo cual el secreto está sellado.</div><div><br />Así, sólo queda escucharlas, una y otra vez, y seguir sedientos de continuar dando vueltas a sus espirales como locos, pensando que tal vez sí exista un limbo extraño que se sitúe entre la realidad y el deseo. Igual que el de esta misma noche, entre la certeza de un cielo que aparentemente alberga pocas nubes y los truenos que no dejan de caer, cada vez más cerca.<br /><br /><object width="640" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/q4v9Hw4QcWo&hl=es_ES&fs=1&"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/q4v9Hw4QcWo&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="640" height="385"></embed></object><br /></div></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-31570303622283793882010-06-19T12:53:00.006+02:002010-06-19T14:02:38.524+02:00Adeus, adeus, adeus...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoqRjXQohcQJBtHCpCPlicV3MbtApszplPgRcSQcCMw1fXNTCeju7a05nVcPgaY8d7rTYl8InLLKReBa8Lb4K2useQlaFiXEzEb7yKgbYti1JgWXzOk91TjjznTEiYcFNxKf1K/s1600/saramago.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 388px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoqRjXQohcQJBtHCpCPlicV3MbtApszplPgRcSQcCMw1fXNTCeju7a05nVcPgaY8d7rTYl8InLLKReBa8Lb4K2useQlaFiXEzEb7yKgbYti1JgWXzOk91TjjznTEiYcFNxKf1K/s400/saramago.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5484442790408016514" /></a><br />Se fue Saramago, desde su autoexilio volcánico y marino. No se fue a ninguna parte. Desapareció. Desapareció su vida, su energía, sus ojos curiosos, su voz quebrada. La vida se detiene así, de repente, y desaparece.<div>Desaparecemos.<div>No desaparecen sus palabras, ni su lucidez, ni su humanismo, ni su espíritu crítico y solidario, ni su esfuerzo por hacerse escuchar, desde la sencillez, desde la modestia, con su palabra redonda y rotunda, con su pensamiento voraz y lleno de reflexión y duda. </div><div>Sus palabras, sus personajes, sus universos, forman una obra monumental que quedará para todos nosotros, para el futuro del mundo, iluminando conciencias, asombrando lectores.<br /><br />Desde su pensamiento incisivo:<br /><b><span class="Apple-style-span" style="color:#FF0000;"><br />"Por que foi que cegámos, Não sei, talvez um dia se chegue a conhecer a razão, Queres que te diga o que penso, Diz, Penso que não cegámos, penso que estamos cegos, Cegos que veem, Cegos que, vendo, não veem"<br />(Ensaio Sobre a Cegueira)</span></b><br /><br />Hasta la inmensa grandeza de su palabra.<br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color:#FF0000;"><b>Tu estavas, avó, sentada na soleira da tua porta, aberta para a noite estrelada e imensa, para o céu de que nada sabias e por onde nunca viajarias, para o silêncio dos campos e das árvores assombradas, e disseste, com a serenidade dos teus noventa anos e o fogo de uma adolescência nunca perdida: </b></span><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FF0000;"><b>- O mundo é tão bonito e eu tenho tanta pena de morrer.</b></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="color:#FF0000;"><b>Assim mesmo. Eu estava lá<br />(Pequenas memórias)</b></span><br /><br />Adeus, José, Adeus :'(</div></div></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-8005255482701235252010-05-25T09:04:00.004+02:002010-05-25T09:14:48.622+02:00La felicidad dionisíaca.La felicidad tiene muchas formas de manifestarse. A veces la sentimos como una ausencia de problemas, como un estado de placidez y despreocupación. Otras como un placer, físico o intelectual, como la culminación de un empeño o de un deseo, como el premio de un esfuerzo realizado.<br />Otras, sin embargo, la felicidad es un estado de catarsis, una revolución que nos hace aflorar vivencias que corren más internas, sentimientos que se van gestando poco a poco y que, de repente, encuentran una fuerza dionisíaca, visceral y desatada, que nos agarra por dentro y nos entrega de manera febril al abandono de la razón. La música y la danza son proclives a despertar estos estados, y así lo han hecho este pasado sábado, llevándome a explotar de júbilo ante la felicidad de los que quiero, ante el cariño y la complicidad que siento por ellos, ante la suerte de tener relaciones tan ricas y tan llenas de pasado y de futuro, tan libres y comprensivas, tan auténticas. Por ello, como nunca antes había hecho, me dejé llevar por la música, y por la embriaguez de la felicidad. La resaca, dulce, aún me droga caminando firme por la nueva semana anodina. Hay que seguir viviendo, hay que seguir bailando, hay que seguir desatándose...<br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgklES-kPTHW6IBiZPUDLOJIuPK1qz1I9PBl7iY2IOFQ6vLsPjXoAsM0-y5lk28QNggVVxeSZw4LGo2s1ZkRNWibTTM3oHnDotldJ5mOpMcKhq_2tB-WjMNtySsVfKP-1xR9jvt/s1600/bailando.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 379px; height: 370px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgklES-kPTHW6IBiZPUDLOJIuPK1qz1I9PBl7iY2IOFQ6vLsPjXoAsM0-y5lk28QNggVVxeSZw4LGo2s1ZkRNWibTTM3oHnDotldJ5mOpMcKhq_2tB-WjMNtySsVfKP-1xR9jvt/s400/bailando.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5475100705399519250" /></a><br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=1cda6a1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-91992979266788028982010-05-06T15:23:00.005+02:002010-05-07T07:50:22.054+02:00Paraíso inhabitado<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzFKPbni-xHzZ50xVvrxPVurNxmTO0h-naNRh021pPG1AR_GOwuOUsih9pDsm0K5psfHfhW-hykoXSPg39jmkOGw9__Kg0ZoGfiZYguJfmO5M9mGqFdSLGV5KYcBEvXsx1NNrx/s1600/Paraiso_inhabitado._Foto_cubierta.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 246px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzFKPbni-xHzZ50xVvrxPVurNxmTO0h-naNRh021pPG1AR_GOwuOUsih9pDsm0K5psfHfhW-hykoXSPg39jmkOGw9__Kg0ZoGfiZYguJfmO5M9mGqFdSLGV5KYcBEvXsx1NNrx/s400/Paraiso_inhabitado._Foto_cubierta.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5468153055427700898" border="0" /></a><br /><i><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(204, 0, 0);">"A lo mejor no estaba triste por ninguna de estas cosas, pensé. La tristeza parecía un sentimiento muy delicado, que se podía rasgar en cualquier momento, que se podía convertir inesperadamente en otra cosa, algo que me repelía. Todo esto bullía en mi cabeza, sin saber muy bien lo que significaba, pero anticipando un vacío. Un vacío parecido al que sentí aquella mañana en que Isabel me llevó con ella al terrado, y me apoyé en la baranda y miré hacia abajo y me invadió un irresistible impulso hacia el abismo. Sólo la voz rotunda de Isabel y sus brazos vigorosos me apartaron de aquel atractivo. El imán, la atracción que recogía las piezas caídas del Meccano, se abría ahora, sutil, bajo cuanto hacía o decía papá.<br />- Pide lo que quieras, hoy no tienes que comer lo que no te guste, y, cuando ya no tengas apetito, puedes dejar en el plato lo que no quieras…<br />Creo aún recordar, como en una neblina, casi todo lo que ocurrió en aquella comida, y la voz de papá. Intentaba ser amable, intentaba darme confianza, intentaba quizá, darme cariño. Pero yo tenía miedo: y así supe que siempre lo había tenido, y que el miedo acababa apoderándose de todo lo que hacía o decía, o escuchaba. Era un miedo sutil, frágil, y sin embargo, poderosamente destructor. "</span></i><br /><br /><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(204, 0, 0);"><b>PARAÍSO INHABITADO, Ana María Matute, 2008</b></span><br /><br />Los ojos de Adriana, la protagonista de la última novela de Ana María Matute, desde sus diez años, observan el mundo y ya se dan cuenta que ella va a ser (es) diferente a casi todos los que la rodean. Rara, hasta mala la empezarán a llamar. Desde su inocencia es capaz, sin embargo, de perturbarnos con su mirada sobre cosas que conforman el universo particular de los seres sensibles, frágiles, pero que se beben la vida a tragos largos: el miedo, la duda, el vértigo, la atracción… Todo ello comienza a despertar, desde sus diez años, y lo hace con una capacidad asombrosa para hacernos cómplices a los adultos que leemos estas páginas, y para conseguir que nos identifiquemos, desde la distancia temporal y emocional, con esas sensaciones que, sin embargo, ya, son tan puras, tan definidas. La pérdida de la candidez, la consciencia de la turbidez de la vida, de la pulsión, del deseo, de la fascinación. Todo eso leemos en Adriana, sin que resulte impostado, fuera de lugar o de edad. Por eso esta novela, a medida que voy avanzando en ella, se me antoja un ejemplo absoluto de literatura, de humanidad, de universalidad. ¿Qué es la vida sino un experimento, una continua reacción, una temblorosa, oscura y progresiva clarividencia de uno mismo y de los demás? Y por encima de todo ello, la fantasía desatada, la realidad inhabitada pero intensamente existente, casi palpable, como dimensión añadida que nos explica el infinito, aunque con ello nos condene a esa inefable melancolía vital.<br /><div><br /></div>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-1412087679684379982010-04-26T21:13:00.005+02:002010-04-27T18:44:04.266+02:00Sunshine<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRTvXsM5OjnYlF1VtqqZphlg0C-aLYAw_lRj_ihPSRnUayZZnoOaf7RZhsIquXyZPQ8V3H3D1Ev6oiMLE_-51C8s53-DZ-_SnjCJPitWl4Ruf8EZDbY1_twMqgGhNR8oC9h0ao/s1600/sunshine_2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRTvXsM5OjnYlF1VtqqZphlg0C-aLYAw_lRj_ihPSRnUayZZnoOaf7RZhsIquXyZPQ8V3H3D1Ev6oiMLE_-51C8s53-DZ-_SnjCJPitWl4Ruf8EZDbY1_twMqgGhNR8oC9h0ao/s400/sunshine_2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5464526759619076274" /></a><br /><br />Lo primero que observa al salir es aquella chimenea de metal que gira al viento de la primera tarde de calor. Arriba, tan arriba. Los guiños, al incidir en su acero el sol, como cuchillas en la retina, son veloces, apenas se puede distinguir entre la realidad física que la hace dar vueltas, y el fuego que imagina en su retina, el mismo que aquella vez. Abajo, sobre las aceras, la rutina se desplaza despacio, algún abanico de papel improvisado se agita al aire, y los coches, con la luz poderosa de la tarde, desprenden un brillo irreal, casi mortecino. El primer calor pesa sobre las pieles, aunque la gente lo disfrace con sonrisas desiguales. A él le parece que todo es leve, muy leve. Y se siente hundido en la escena, arrastrado por un torrente de apatía y normalidad, incapaz de apreciar que camina sobre el primer verano. Paso a paso se siente enterrar entre los coches, los abanicos, las mangas recortando la piel de los brazos. Y la chimenea, que por más que ande, sigue allá en lo alto, impasible y ardiente sobre todos, como si se fuera a deshacer a cada instante, arrojando llamas sobre la calle. Saber que las llaman existen, piensa, es a veces una especie de maldición, una jodida maldición. Y al tiempo roza con los dedos la verja del pequeño jardín a lo largo del cual camina, a la misma altura a la que sintió los barrotes fríos sobre su espalda, en enero. No, ya no están fríos, ya no están tan fríos como aquella noche. Y la chimenea no se precipitará. Seguirá allá en lo alto, observándole hasta que se pierda de vista, como un puntito. Hace buena tarde, se dice, y sigue caminando, casi convencido de estar contento, entre tanta normalidad.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-1400168105049738492010-04-12T14:01:00.005+02:002010-04-12T17:12:46.201+02:00Obsesión y olvido<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK4nDSke0SMv48YejNI245EsbBEjrcIFZ8fxkkfC-c2VKhnx7UTICHqobJS_Ljk8jcPDV1-OPi5J8r4vhMgtA-NEKC1FYUafcgqLZgPpJuSQgqfX_IfUowrYM4xxod42R344AG/s1600/IMG_0162%5B1%5D"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK4nDSke0SMv48YejNI245EsbBEjrcIFZ8fxkkfC-c2VKhnx7UTICHqobJS_Ljk8jcPDV1-OPi5J8r4vhMgtA-NEKC1FYUafcgqLZgPpJuSQgqfX_IfUowrYM4xxod42R344AG/s400/IMG_0162%5B1%5D" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459268145091052738" /></a><br />Después de 10 años no había logrado olvidarla. Le seguía persiguiendo, pese a la disciplina con la que intentaba hacerla desaparecer. En el momento más banal e inesperado, de repente, aparecía de nuevo como si fuera la primera vez, dando vueltas en su cabeza, afilada y curva como una hoz. No le abandonaba en días. Era una melodía tonta, sin sentido, y no soportaba que comenzara a invadir el resto de su producción. Cada vez que intentaba componer algo, se colaba aquí y allá, contagiaba esto o lo otro. Al principio dejó que lo hiciera, lo asumió como algo normal. Después se fue dando cuenta de que aquello lo desestabilizaba, lo volvía casi loco. La necesitaba, resultaba enfermizo cómo la silbaba desde la mañana a la noche cuando le venía a la mente. <div>Hasta que decidió que se enfrentaría a ella sobre el papel. Se encerró durante dos días y la exprimió hasta que no quedó nada de ella. Cuando terminó, le pareció tan mediocre que la desecho en un cajón del que poco tiempo después hasta llegó a olvidar la existencia. De hecho, tan sólo años más tarde de su muerte la rescató su hijo de allí, por casualidad. Él... Él no volvió a componer una sola nota desde entonces. Y lo extraño es que nunca achacó a aquel episodio su repentina y definitiva falta de inspiración. Vivió desde entonces dedicado otras labores, menos creativas. Nadie le preguntó nunca por aquello, todos lo atribuyeron a la edad. Nadie supo, tampoco, quién le había susurrado la melodía aquella vez. Eso, también, quedó en el olvido.</div><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=148b0a7" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-1110410138116336032010-03-26T17:01:00.005+01:002010-03-26T17:23:28.392+01:00Placebo primaveral<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHOORKV-A0SVRTQzowqEgIWaZgUwfCAHjc2i4DwMmaVxVNkM1RDVk0amZkQ0HewivRT1Ca5iNZ6Vobsonut5HeQHNy-i90v16QKahj-DcKTitDydSZopLVKky9JQvQBKMqs_5f/s1600/IMG_0157.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHOORKV-A0SVRTQzowqEgIWaZgUwfCAHjc2i4DwMmaVxVNkM1RDVk0amZkQ0HewivRT1Ca5iNZ6Vobsonut5HeQHNy-i90v16QKahj-DcKTitDydSZopLVKky9JQvQBKMqs_5f/s400/IMG_0157.JPG" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452976523052168946" /></a><br /><br />La primavera ha traído la calma,<br />las tardes ordenadas,<br />desbaratadas letras sobre el sofá.<br /><br />Alejo de mí el recuerdo del torrente,<br />su fuerza transparente, helando mi piel,<br />alejo de mí el incendio de mis dedos<br />en las tardes de lluvia,<br />alejo de mí las esperas del aire<br />sobre la pantalla inclinada,<br />las migas que ya no quedan en el sofá.<br /><br />De tanto alejar, sobre el borde del deseo<br />se aproxima la nada,<br />una nada que medra y se hincha,<br />que acaricia la mejilla,<br />que se contagia a mi estómago,<br />a mis tendones,<br />al aire entre mis dientes.<br /><br />Me lanzo a un océano<br />de orden involuntario,<br />de placeres discretos,<br />de placebos secretos,<br />de engaños del antídoto<br />de lo trivial.<br /><br />Trivial como el lodazal tras la tormenta,<br />como las tardes cada vez más largas,<br />como los paseos programados,<br />como las rutinas y las conversaciones.<br /><br />Paso tras paso,<br />huella tras huella,<br />caminando de nuevo al lejano futuro,<br />a las improbables noches,<br />a la pasión deshecha<br />que sólo entonces recordará quién es,<br />para volver a precipitarse<br />sobre el torrente.<br /><br />La nada,<br />amordazada,<br />continuará sonriendo en secreto.<br /><br /><br /><div><b><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre"> </span>*<span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre"> </span>*<span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre"> </span>*<br /></b><br />Celle qui fait tout mon tourment,<br />Je l'aime à la folie;<br />depuis longtemps je suis amant<br />De l'aimable Sylvie,<br />la voir et l'aimer seulement,<br />C'est toute mon envie.<br />Je n'ai point passé de moment<br />Sans l'avoir bien servie.<br />Les maux que je souffre en l'aimant<br />Me coûteron la vie.<br />Dès que je la vois cependant,<br />Mon âme en est ravie.<br /></div><div><br /></div><b>Marc-Antoine Charpentier</b>: Chanson à danser.<div>Anne Sophie Von Otter, mezzosoprano.</div><div>Les Arts Florissants, dirigidos por William Christie.</div><div><br /></div><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=f84eed3" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-69010560508330446322010-03-17T21:30:00.002+01:002010-03-17T21:51:17.440+01:00Cuando las palabras no salen<object width="480" height="385"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/oGWKvm7Vykw&hl=es_ES&fs=1&"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/oGWKvm7Vykw&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-59689727563435136962010-03-02T00:39:00.005+01:002010-03-02T00:46:49.717+01:00Austerlitz<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEbJbt3U5jKrmSI_O_Wwe-4CMqcpDpAcbWdK42vUuSFWfqeI_RwCfmrobVvKLopH61xMAAk8VX435gCYeW0YZNm_Tp_-ywyff4Gs6RjFv03FTYPtAgjQWQVK3WsdzaQ0WDKMWk/s1600-h/austerlitz.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 263px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEbJbt3U5jKrmSI_O_Wwe-4CMqcpDpAcbWdK42vUuSFWfqeI_RwCfmrobVvKLopH61xMAAk8VX435gCYeW0YZNm_Tp_-ywyff4Gs6RjFv03FTYPtAgjQWQVK3WsdzaQ0WDKMWk/s400/austerlitz.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5443815067492553634" border="0" /></a><br /><span style="color: rgb(153, 0, 0);">Incluso ahora, cuando me esfuerzo por recordar, cuando he vuelto a ocuparme del plano de cangrejo de Breendonk y leo en la leyenda las palabras <span style="font-style: italic;">antigua oficina</span>, <span style="font-style: italic;">imprenta</span>, <span style="font-style: italic;">barraca</span>, <span style="font-style: italic;">sala Jacques Ochs</span>, <span style="font-style: italic;">celdas de confinamiento</span>, <span style="font-style: italic;">depósito de cadáveres</span>, <span style="font-style: italic;">cámara de reliquias</span> y <span style="font-style: italic;">museo</span>, la oscuridad no se desvanece, sino que se espesa al pensar lo poco que podemos retener, cuántas cosas y cuánto caen continuamente en el olvido, al extinguirse cada vida, cómo el mundo, por decirlo así, se vacía a sí mismo, porque las historias unidas a innumerables lugares y objetos, que no tienen capacidad para recordar, no son oídas, descritas ni transmitidas por nadie (…)</span><br /><span style="color: rgb(153, 0, 0); font-weight: bold;">De “Austerlitz” (W.G. Sebald)</span><br /><br /><br /><br />Austerliz es una historia, pero podrían ser cientos de historias. Igualmente podría no ser ninguna. Muchas, como las de los cientos personajes anónimos que la cruzan y que quedan reflejados por una imagen, por una mirada, por algo que en un momento se quedó grabado, quién sabe por qué, en la memoria de alguno de los narradores de esta novela. Ninguna, porque la historia de Austerliz es la historia de un hombre desarraigado que intenta descubrir su identidad pero que a fuerza de convertir su vida en un ejercicio obsesivo para conseguirlo, va vaciándose de vida propia poco a poco.<br /><br />Sebald nos propone un viaje sorprendente, desasosegante y fascinante a la vez, a través de alguien que busca su origen para poder entender su destino.<br />Austerliz es una novela compleja, que se va tejiendo como un mosaico de historias anónimas, de esas que vieron truncada su existencia como consecuencia del exterminio nazi en la Europa de la segunda gran guerra. Es un homenaje a la memoria perdida de quienes desaparecieron en la nada en un ejercicio no sólo de pérdida de la dignidad propia, sino dejando en un desamparo afectivo y de identidad, lleno de estupor, a familias, amigos y conocidos. Homenaje también a quienes debieron crecer en la mentira, o en la dolorosa ausencia de pasado y de raíces, a quienes debieron abandonar sus pasado, sus hogares, para vagar en una diáspora amarga y silenciosa, en medio de la indiferencia general.<br /><br />En un momento en el que el valor del sacrificio no existe, en una era en la que la memoria carece de valor, porque todo parece poder ser registrado y fotografiado automáticamente, Austerliz se convierte en una reflexión necesaria sobre la importancia de la memoria y del testimonio como necesidad humana y literaria. En ella, el texto se conjuga con la imagen de cientos de fotografías que no son casuales, sino que se nos presentan como piezas ineludibles, fascinantes, junto a las palabras, o a las reflexiones sobre arquitectura, de un texto provocador y magnético, que nos habla de la locura del hombre, de las raíces, del destino, de la fatalidad, pero sobre todo de búsqueda de la identidad. De una búsqueda insistente y perturbadora que a medida que va dibujando un pasado, va borrando sutilmente el futuro, como si la pérdida, ya fuera aquí que allí, nos provocase una condena inevitable. Como si la identidad no pudiese dejar de ser un oscuro misterio que no nos deja vivir tranquilos.<br /><br />Absolutamente recomendable.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-37968132994016108952010-02-24T19:38:00.007+01:002010-02-24T22:40:50.350+01:00El vacío en la piscina.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji6-W0hqEeUeKRhPMxXIimgeUkuPsklCQiYAZrcf-KZJmfdsRwGjYYxyxhksQMXWBscnG_IT3sboDWWPE1DDiVVESOTB0O4pmo2ghS5pRggTNtGvOK4x_DAdSVd344DKbIU4cV/s1600-h/piscina1.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji6-W0hqEeUeKRhPMxXIimgeUkuPsklCQiYAZrcf-KZJmfdsRwGjYYxyxhksQMXWBscnG_IT3sboDWWPE1DDiVVESOTB0O4pmo2ghS5pRggTNtGvOK4x_DAdSVd344DKbIU4cV/s400/piscina1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5441884739111146818" border="0" /></a><br />Hoy te he recordado bajo el agua, mientras nadaba. Me gusta pensar mientras los músculos hacen fuerza, como si de alguna manera también exprimiesen la reflexión, como si todo el cuerpo y la mente trabajasen en una máquina capaz de moverse, de disfrutar del azul subacuático y pensar todo al mismo tiempo. La potencia que obliga a pensar. Pensar que obliga a moverse. En un continuo.<br />No sé por qué me ha parecido reconocerte en la calle vecina. Quizá porque aún recuerdo bien cómo es tu cuerpo. Tus caderas ligeramente anchas, la piel extremadamente blanquecina. El vello, cuidadosamente localizado, pero denso y oscuro. La barba ocasional y estrecha. Y las ondas de tu cabello, escapándose casi como en un descuido bajo tu gorro de baño, como entonces.<br />Esta piscina me la descubriste tú. Veníamos juntos todos los miércoles y los viernes a las siete. Es la piscina de tu barrio de niñez, donde aún vive tu familia, donde te traía tu padre hace muchos años para después comprar el pan en aquella panadería que me enseñaste más de una vez. Tu barrio se convirtió también en el mío, porque yo te seguí. Secretamente. En uno de esos secretos a voces que pueden enternecer y sonrojar al mismo tiempo.<br />Nos hicimos un hueco en nuestras vidas. Más tú en la mía que al contrario, siempre lo he pensado. Me enseñaste a enamorarme de Madrid mientras lo estaba de ti. También fuiste mi primer amor de noche madrileña, de huida en taxi de madrugada o en aquel coche tuyo desvencijado y frío, mi primer desayuno en la cama, entre besos, mi primer despertar junto a la piel de alguien que me hacía vibrar. Nada de eso fui yo para ti, y me produce curiosidad saber cómo me recordarás. Porque aunque tardamos muchos años en desaparecer, al final desapareciste del todo. Y a mí no me dio tiempo nunca de deshacer el hueco que dejaste, la ilusión que tuve que tragarme intacta, el deseo que debí enterrar y que siguió visitándome durante muchas noches, sin avisar. La última vez me hice el despistado en el pasillo del metro, para no saludarte. De eso hace ya años. Pero hoy… Hoy estaba dispuesto a saludarte, a hablar contigo apoyado en el borde de la piscina en la que tantas tardes hablamos. Estaba hasta dispuesto a decirte si querías subir a casa a tomar un café, y hablar de tantas cosas como hablábamos entonces. Te habría dicho por fin que en el fondo tampoco era aquello lo que yo quería, como siempre me dijiste tú. Pero que necesitaba probarlo. Y que, a pesar de aquella forma ambigua e imperfecta de hacerlo, aquel aprendizaje sentimental lo guardo como uno de los más especiales que me han ocurrido. Hasta te habría perdonado por todo lo que pasó después… Me habría gustado contarte lo lejos que estoy de allí, lo mucho que me he acordado de ti, y las veces que he pensado que me gustaría saber qué es de ti, dónde estás, hacia dónde caminas… Pero no, no eras tú el de la piscina. El arca que encierra ese vacío que dejaste ha vuelto a sepultarse ahí, donde lleva años y años. Podría desaparecer, ya no la necesito. Sin embargo, hoy, mientras daba con todas mis fuerzas las últimas brazadas de mi hora de nado, he pensado que me gusta saber que sigue ahí, aunque no me haga falta ya para nada.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=da77f80" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-20122392.post-81241261090866393212010-02-17T00:20:00.005+01:002010-02-18T09:39:44.498+01:00escapó la palabra<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhybWnkiSx0XUxFv9NYQAxLP2KgHvhFfguo1uSBdA5kvBhupefc-XYBw5Z-358iUvm7CAGdV_8NeyWHBFwngsNIpiynfdqdoI0u9S8SHIfKCUuTotfB2x9hGTufNYXDnuveWqi3/s1600-h/IMG_0108%5B1%5D"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhybWnkiSx0XUxFv9NYQAxLP2KgHvhFfguo1uSBdA5kvBhupefc-XYBw5Z-358iUvm7CAGdV_8NeyWHBFwngsNIpiynfdqdoI0u9S8SHIfKCUuTotfB2x9hGTufNYXDnuveWqi3/s400/IMG_0108%5B1%5D" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5439246438375285026" border="0" /></a><br />De su pequeña guarida escapó la palabra,<br />que lo llenaba todo, que todo lo contagiaba<br />con sus zapatos azules sobre la acera.<br /><br />Se hizo grande, inhóspita,<br />Desbaratada.<br />Ignorante de ser de nadie,<br />más grande aún<br />sobre el aire que la medraba<br />sobre las sombras que la nada ahogaba.<br /><br />Ya no es de nadie, la palabra, sólo de ella,<br />pero la usamos, como si fuera de plata,<br />como si siempre hubiese estado ahí<br />en el pecho encerrada,<br />en las sienes escrita,<br />en el corazón,<br />dibujada.Vulcano Loverhttp://www.blogger.com/profile/17985203034226083232noreply@blogger.com4