3 de enero de 2010
Mariposas en la noche
No sé desde cuando deben estar batiendo sus alas esas mariposas. En Singapur, o sobre las montañas del Atlas, pero lo hacen con fuerza, con un sonido sordo que a veces siento en el estómago, espeso y pesado, haciendo nudos con las palabras que nacen del aire que respiro, del mismo que respiras tú, ahora, en este coche que rueda despacio en la noche, que alarga lo que puede su destino para que al salir tú no entre de pronto esa ausencia fría que viajará conmigo de camino a casa y me borrará las luces de las farolas que tan intensas se sienten ahora.
Mi propio relato me da vueltas y vueltas, me llega a la sangre que de repente circula mucho más veloz que las ruedas de este coche, con el agitar de las alas blancas de esas mariposas de Singapur. No, no me salen las palabras, se tropiezan en mi pecho, que se ha quedado estrecho, casi sin espacio, y no encuentran la sintáctica adecuada. Las tuyas salen también rebeldes, incontroladas. Y se hace un silencio de esos de coche en la noche, como si el resto del mundo no existiese ya. Pero sí que existe, y de repente te traga en esa calle que hoy me parece más oscura que nunca. Y me deja con un silencio que trato de romper buscando torpemente una emisora que me acompañe de vuelta. Pero no encuentro ninguna. No acelero, no tengo prisa en llegar, no tengo ya prisa en nada. Como temía, las luces de la ciudad casi no brillan ya. Nada es como hace unos minutos. Las palabras, ahora sí, martillean en mis sienes. De repente, casi como un milagro, encuentro en las ondas esa voz que tanto nos hemos cruzado, rotunda, ordenando de nuevo la ciudad, las palabras, las mariposas que observan allá en la distancia, el año que comienza, y la evidencia de algo que me empuja y me llena cada vez más, a ritmo de bolero, y con la respuesta que me llega casi a los labios.
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7 comentarios:
Qué hermoso, qué humano, y qué digno de los protagonistas...
La noche, las ruedas que quisiéramos refrenar...
Y no, el resto del mundo no existe. No hace falta.
Todas las anteriores.
Amigo Vulcano: excelente post ! qué estética maravillosa la de esa pelicula, con las estrofas de 'Quizás' de fondo es todo muy bello.
Obviamente lo mismo tú relato: impecable es la palabra que me sale ahora, así, rápido, urgente, a borbotones ...
GusPlanet
estamos perdiendo el tiempo, pensando, pensando... hasta cuando...
seguiremos intentando descifrar El enigma en el 2010.
un beso.
Sinceramente no se con que parte quedarme, aunque tal vez lo mejor sería quedarnos con el título original, mejor traducción literal de la película cuyo trailer colocas "La magnificencia de los años pasa como las flores", con lo cual tal vez no vale la pena pasarse tanto tiempo desojando margaritas.
Congelar el momento, escuchar el casi inperceptible batir de alas de esas mariposas, cambiar la incertidumbre del " quizás " por la certeza del sí,
La respuesta no está en el viento, la tenemos en la boca, solo debemos que entreabrir los labios y dejarla salir.
Precioso, amigo.
Madre mía! Se puede estar más cerca, mejor dicho, querer estar más cerca de nadie.
El primer párrafo sublime, el resto buenísimo también. Eso en lo técnico. En lo emocional, chico, me has dejado temblando.
Muchos besos y que sepas que aun te veo en los bares que visitamos.
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