Una tarde fría de invierno es suficiente excusa para dejarse caer en el sofá y hacer una de esas excursiones por la belleza sin salir de casa con las que me gusta agasajarme.
Mozart e Italia en el reproductor de dvd. El chocolate lo pongo yo, la mirada, el director estadounidense Joseph Losey. A pesar de que el salzburgués (o más bien su libretista, en este caso Lorenzo Da Ponte siguiendo los textos de Molière y Tirso) sitúa la acción en Sevilla, al americano debía apetecerle más en ese momento rodar en el norte de Italia. Para ello eligió la espectacular ciudad de Vicenza y, como escenarios, algunos de los edificios y espacios más significativos de uno los arquitectos más notables del renacimiento italiano: Andrea Palladio.
Si alguno ha visto película me dirá que, a pesar de ser mítica, tiene deficiencias en la puesta en escena, en el concepto dramático y de la acción, en la forma en la que retrata a los personajes (en una ópera que como ninguna otra lo hace a través de la música) o en la rigidez de los planos (que no se adaptan del todo a las constantes modulaciones y humores de la música de Mozart). Entramos aquí en la eterna discusión de la Ópera en el Cine. Matrimonio imposible a mi parecer, pero que aquí, sin embargo, alcanza un nivel aceptable. Y eso porque más allá de discusiones, sinceramente, darse un paseo por la Piazza dei Signoria de Vicenza, recrearse en la espectacular Villa Rotonda o entrar en el escenario renacentista del Teatro Olímpico es siempre un placer para los sentidos. Y más si se hace de la mano de una de las grandes versiones de esta ópera de Mozart: la que firma el también americano Lorin Maazel (uno de mis directores fetiche), con entre otros el rotundo Ruggiero Raimondi, el elegantísimo José Van Dam, la siempre correcta Kiri Te Kanawa o nuestra siempre exquisita Teresa Berganza.
Al final todo anda un poco desajustado en esta producción pero la belleza intrínseca de cada elemento es tan poderosa que su visionado es siempre reconfortante.
En fin, sólo hay que ver algunas de las imágenes, que os dejo aquí... La cita en casa, que se apunte el que le apetezca.
11 comentarios:
MMMMMMMMMMMMMM....
es que no es comparable mi vídeo con el tuyo ¡¡¡¡donde va a parar!!!!
Aunque he de reconocer que un poquito de vergüenza ajena si me da (mi vídeo) pero sólo un poquito, que los hay aún peores, jajajaja.
Todo se supera.
Un besote chirigotero
Ah, cuanto link!
Pues si me pagas el vión!
Es verdad, los rígidos planos no se adaptan del todo a las constantes modulaciones y humores de la música de Mozart, yo creo que pegaría más la música de DJ MAE jajajajaj
Me gusta mucho lo que he visto en el vídeo, a ver si la bajo del emule y la veo.
Salud y Libertinaje
ay! No sé nada de ópera más allá del "nessum dorma", "la donna e mobile" y cosas así. En algún momento tendré que remediarlo. Pero sólo pensar en el Véneto y las ciudades que aparecen en tu post me emociona.
Besos
Me quedas un pelo lejos, pero cuidado, que cuando el AVE entre en funcionamiento igual te tomo la palabra.
jajajaja
se me va a hacer un poco difícil esta asignatura, pero poquito a poquito la iré llevando.
Y una fría tarde de invierno se llenó de calor y luz.
Paseando he llegado ha tu blog, me gusta mucho. Gracias
Cuánta intelectualidad por dior, a ver si se me pega un poquito. Que me debes unas clases. Qué bonitos los domingos lluviosos de invierno, ¿verdad?
ni idea, pero me apunto la recomendación, que joseph losey me ha gustado siempre bastante ...de lo que he visto.
un abrazo.
ritualizar
paladear
abrir los ojos la mirada y la mente
acurrucarse junto a otro/s/unomismo
velas
ralentizar
ritualizar
abrazos
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