5 de noviembre de 2008

Sueño Breve


Llegó tan fugaz como se marchó, a pesar de volver al escenario hasta en tres ocasiones. Pero es que ella hace que todo sea leve y ligero. Su entrada discreta, como entre olas, fue con una caracola marina en la mano, como arrastrada por las mareas suaves que anuncia su nuevo trabajo discográfico que (incomprensiblemente) aún no ha sido editado en España.
Adriana Calcanhoto no es una artista brasileña al uso. Carece de los rasgos habituales de lo que tendemos a pensar que es un artista de aquella latitud. Ella proviene de un Sur que no es tropical, que tiene estaciones y cuyo carácter seguramente no se adhiere a la voluptuosidad propia de aquellas tierras. Su acento ya nos dice algo de ella. De su seriedad y su corrección. De su elegancia escueta. De su gesto casi circunspecto. En ella se une lo diminuto y lo inmenso. Lo diminuto de su melancolía, de su ironía, de su fino humor, de sus medidas palabras, de su sutilidad para todo. Inmensa su musicalidad, la aparente facilidad con la que parece cantar, el poder magnético de las letras de sus canciones, llenas de poesía y de sueños. Sueños como el de anoche, que se hizo breve, porque uno no se cansaría nunca de escucharla. Porque, a pesar de las grandes dimensiones del Teatro donde vino a cantar, ella sabe crear esa intimidad, esa relación directa con el espectador, ese clima como de salón, de estar con ella en casa. Y así pasaron sus nuevas canciones, que sonaron frescas y delicadas, como siempre en ella. Y las de siempre, sembradas de esas palabras que ella parece haber recogido de nuestra propia intimidad, como robadas en secreto a las almas sensibles. Porque ella lo es.
Comenzó sentada y casi inmóvil en su silla para ir poco a poco, despacio, como parece hacer todo ella, levantándose, moviéndose, jugando con sus compañeros y con el público, contagiándonos su espectáculo con orden y sentido. Regalándonos al final una sorpresa protagonizada por su amiga Misia cantando a capela para nosotros uno de sus fados de siempre. Elegante hasta el final, seria pero cercana, su concierto de ayer fue como un sueño, como un sueño breve e intenso en el ecuador de la semana. Gracias, Adriana.


SEU PENSAMENTO.

A uma hora dessas
por onde estará seu pensamento
Terá os pés na terra
ou vento no cabelo?

A uma hora dessas
por onde andará seu pensamento
Dará voltas na Terra
ou no estacionamento?

Onde longe Londres Lisboa
ou na minha cama?

A uma hora dessas
por onde vagará seu pensamento
Terá os pés na areia
em pleno apartamento?

A uma hora dessas
por onde passará seu pensamento
Por dentro da minha saia
ou pelo firmamento?

Onde longe Leme Luanda
ou na minha cama?

4 comentarios:

Martini dijo...

Vamos... que disfrutates de lo lindo!!

Tomás Ortiz dijo...

Me encanta Misia. Ya era hora de algo que no fueran tus viajes, que son geniales, pero quería leer algo nuevo, y es que "Mantra" ya me cansa!

Besotes, guapo!

Anónimo dijo...

vaya si llego a enterarme del concierto, me hubiese apuntado...

Javier dijo...

Brasil tan inconmensurable como las voces que alientan su musicalidad. Está bien aportar nuevas visiones de un mundo que nos llega un tanto restringido......., mejor dicho, muy restringido.