31 de diciembre de 2008

2008

A pesar de no ser una persona con especial afecto por los rituales, supongo que de alguna forma no puedo evitar el aluvión de los mismos que llueve en estos momentos previos a los finales de año. Que si ponerse prendas rojas, que si cena, que si las uvas, que si pedir deseos, que si brindar... Pero sobre todo esa costumbre de hacer balance, como si pasáramos a otra dimensión y tuviésemos que dejar escrito el resumen de lo que pasó. Como si el tiempo y la memoria que de él queda se rompiesen en añicos y pudiésemos clasificarlos para decidir qué mosaico nos vale más para guardar en la memoria, o qué pedazos hay que arrojar al olvido y cuáles al saco de la memoria selectiva.

Yo no quería este año seleccionar nada. Los recuerdos se auto-seleccionan y pasan ellos solos donde no siempre queremos que estén, los buenos y los que no son tan buenos.
Proponerse desechar lo equívoco, lo errático, lo negativo... creo que tampoco es una buena acción, la verdad. La vida de uno y su camino es un todo, y ese todo nos hace como somos y contribuye a que cada día, si nos lo proponemos, podamos ser un poquito más quien soñamos ser, sin pensar que en ello se nos va la vida, sino más bien que con ello la ganamos. Un poco de perspectiva nunca viene mal, intento tomarlo por ese lado. Y, como cada vez que lo hago, creo que sigo pensado que al menos he intentado ser y hacer lo que siento, a pesar de ser consciente de las innumerables equivocaciones, de las dudas que poco a poco consiento que vayan siendo parte de mí, y de lo difícil que es a veces entenderse a uno mismo y a toda esa incoherencia vital tan humana para la que nunca nos educaron.

Un año en el que me escondí un poco en mí mismo, en el que hice innumerables propósitos que no cumplí -y atesoré no menos frustraciones por ello- , un año en el que visité las dos grandes capitales del antiguo imperio romano por primera vez, donde el verano fue breve e irregular, donde comenzamos a oír hablar de crisis y donde los primeros han comenzado a vaticinar que el sistema actual no puede seguir funcionando... donde nuevos amigos se instalaron de verdad, donde aprendí secretos del pasado, donde -en fin- me enamoré de la música de Handel o de Janacek... y donde tantas y tantas cosas pasaron como en sordina, en silencio, como debajo de la vida del día a día, pero si escucho bien sé que más de una inflexión tuvo lugar. Me siento feliz, ansioso de más, deseoso de seguir en la función, con necesidad también de saber aportar y crear... Whatever will be, will be.

Y en este silencio final (tan ritual, al fin y al cabo) me sumerjo en una de las músicas que marcaron quizá el momento –musical- más sublime del 2008 que se va, uno de esos que quedan para siempre con fuerza en el recuerdo más accesible e intenso. Ese final del Caso Makropoulos del Real, bajo la mirada excesiva de Warlikowski que nos proponía una inmortal Emilia Marty, perturbadora y transfigurada en diferentes mitos del cine (ay, eternidad) en búsqueda de su fórmula perdida para la eterna juventud, pero que tras los innumerables avatares y dificultades para conseguirla, una vez está ya en su mano, le resulta demasiado vertiginoso y duro adivinar otros tantos siglos más –como los que ya lleva- de existencia... Ese vacío infinito del sentido de estar aquí y ahora, sabiendo que no estaremos para siempre, que recorría el teatro mientras finalmente ella decide morir y hacerse libre, la fórmula secreta arde para siempre. Y la música que se nos impone como única vía de expresar el secreto de la vida y de su sentido como inicio y final, como sin sentido mismo, pero que nos abre un universo de inmensidad y belleza en el pecho que puede con todo... La de aquí es, evidentemente, otra grabación. Imaginadla, como fue en el Real, fundida con las imágenes del final del Crepúsculo de los Dioses de Wilder. Y huid... pero siempre hacia delante.



Y a seguir mañana, como otro día más.

Feliz 2009 a todos.

9 comentarios:

Martini dijo...

Feliz 2009!!

nocheoscura dijo...

Yo también te deseo un Feliz 2009.

Siento ser un poco ignorante pero no caigo ahora en las dos capitales del Imperio Romano, una fue Roma y la otra ? Ya me lo dices en mi blog, ¿ok?

Feliz 2009

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Feliz 2009 a tí también!! ^^

senses and nonsenses dijo...

feliz 2009

un año más,
o nosotros, o el mar.

un beso.

Argax dijo...

Yo siento que este año las distancias se acortaron y comparto contigo esas ganas por continuar en el juego, por sorprenderme, por crear, por sentirme como cuando visitas un lugar nuevo y esperas cualquier sorpresa al doblar la esquina.

Un abrazo bien fuerte amigo.

Unknown dijo...

besos para los dos... urte berri on.

Anónimo dijo...

Feliz 2009.
Siempre hacia adelante...

Javier dijo...

Ya de regreso !!!, me estreno aquí deseándote un Feliz año 2009, y como siempre nunca dejarás de sorprenderme.

Anónimo dijo...

es un año que has disfrutado. eso se ve.
y que sean todos así.