4 de julio de 2006

Lo que más...

Siguiendo una petición de Mart-ini, expresada en su blog, que yo recojo y añado a la que me ha pedido personalmente, voy a dibujar yo también aquí la sonrisa que me despierta cada día.

Yo vivo con un personajillo especial, medio niño, medio adulto, que se despierta con los ojillos pegados y sin muchas ganas de hablar, pero que siempre me dedica una sonrisa cuando me ve. Que siempre tiene su mano preparada para abarcarme cuando mi sueño es difícil, que siempre tiene un beso dulce para mí, incluso cuando está dormido. Que alguien dormido te dedique un beso sí que es lo más grande que te puede pasar..




Es alguien que me sigue contrariando día a día, sorprendiendo día a día, enseñando día a día. Alguien absolutamente blanco en sus intenciones, repleto de valores, que me ha enseñado a plantear, a interrogar, a dudar, a reformular... Alguien que cree, como yo, que la vida desde la pareja se vive en una dualidad de compartir el crecimiento y crecer con la independencia. Alguien que me ama como nadie me ha amado nunca, y me lo demuestra cada día que pasa. Alguien imperfecto y con zonas oscuras, alguien que esconde en su mirada sombras y placer. Pero que me confiesa su humanidad con frecuencia, que encaja la desigualdad y la incoherencia, la imperfección de la vida, y que ha estado por encima de cualquier consideración a la hora de hacerme sentir con sutilidad que más allá de todo, despertarse conmigo cada día sigue siendo su primera prioridad. En resumen, alguien que para mí no puede ser sino excepcional. Alguien que me ha enseñado la verdadera dimensión de amar. Amar por necesidad carnal y personal, por deseo vital. Por eso, lo demás: las canciones, los libros, las películas, los sabores y olores, las imágenes, cabalgan siempre detrás. Han salido muchas, seguirán saliendo por aquí. Pero de él no hablo tanto, y sin embargo está ahí siempre, en el centro de mi vida. Y cuando regrese a la cama en unos minutos, me dará ese beso delicado desde su sueño, y yo seré de nuevo, como cada noche, feliz.

9 comentarios:

Martini dijo...

Eso si merece un beso

Un abrazo a ambos, sin permiso

lopezsanchez dijo...

Qué dulce puede ser la cotidianeidad bien entendida. Beberse la vida juntos, compartir cada sorbo por más que éstos sean de los más variados licores.

Vulcano Lover dijo...

Pues sí, inquilino, es la anestesía de muchas cosas feas de la vida... Ahí, en la foto, la sonrisilla que me dedicó ayer al llegar a mediodía a casa... Y no deja de perdar la fuerza de siempre... Besos, guapa!

Gracias, Mart-ini, por esas confianzas que te estás ya tomando conmigo al eliminar permisos... Me encanta!!! beso y abrazo también para ti.

Anónimo dijo...

SO SWEET. ¿ QUIEN SOY?

Vulcano Lover dijo...

Espero que seas alguien muy especial y travieso a la vez, a quien espero en unas semanitas por aquí... (no??)

*Laura* dijo...

Tu chico es el hermano pequeño del de Mart-ini?jajaja

Vulcano Lover dijo...

Me hace gracia que me lo preguntes... Je je je. Lo de los dientecillos es inconfundible... El otro día, hablando con Mart-ini, descubrimos que (ellos ambos dos) tenían la misma edad y que habían estudiado en la misma ciudad... Ya más no sabemos, pero igual merece la pena seguir investigando...

*Laura* dijo...

Ja,ja, ok, bss.

Anónimo dijo...

¡Qué bonito!.
Bicos
Amilamia