12 de septiembre de 2006

Bálsamos.

Sonatas para violín de Mozart
Daniel Baremboim, piano
Itzhak Perman, violín.


Todo en esta vida es cíclico. Al menos, demasiadas cosas sí lo son. No me cuesta dejar de escuchar ciertas músicas de manera radical, porque sé que un día, de repente, vuelven a aparecer con fuerza y con necesidad en mi vida. Así sucede con la música de cámara de Mozart, a la que no retornaba con esta sed desde que hace justo un año me sumergiese voluntariamente en su balsámico influjo. Porque no es de otra manera que soy capaz de describir su efecto sobre mí. Bálsamo para la melancolía, para diluir el lado dramático de la vida, para borrar las sombras, para sobrevolar los precipicios.
En aquella ocasión escogí las sonatas para piano, que siempre para mí han sido esa suave anestesia contra el dolor. Porque en su gozo para la vida, en su incisiva melancolía, en su perfecto orden, en su desmedida humanidad, en su lírica hondura, me hacen despegar del dolor, y de la tierra herida. Y así, suspendido en esa aérea permanencia de las notas, la sangre vuelve a correr con sosiego, con firme aliento. Recuerdo tardes enteras con la mente en blanco, escuchando una y otra vez aquellas sonatas, como encerrado en una perfección que no quería que terminase jamás. Porque con ellas, Mozart me daba la vida, la pasión, el gozo de la existencia, pero desde una barrera suspendida en el cielo, enfundada en un aire protector que me permitía sentir sin dolor. Y así pasaban tardes y tardes, hasta que un día, sin saber por qué, las sonatas volvieron a su caja para no salir más que ocasionalmente.
Hoy me ha llamado esa salvaje necesidad de sacar otro de mis cofres favoritos de Mozart, el de las sonatas para violín. Mi necesidad es diferente a la de hace un año, quizá no tan radicalmente imperiosa, quizá más caprichosa y leve. Por eso han sido las (más ligeras) sonatas para violín que se han quedado pegadas a los dedos. Inevitablemente, mis manos han elegido el segundo de los compactos, y lo han accionado para que suene la deliciosa sonata K304 en mi menor. Una hermana menor, en tamaño, intenciones e importancia. Pero que sigue contando con mi irresistible debilidad para escucharla sobre todas las demás... Porque he soñado demasiado con ella, porque es en tonalidad menor y siempre me pareció que en las tonalidades menores era donde el genio Salzburgués ahondaba más en la irracionalidad de la existencia, en las sombras de la vida, pero sobre todo en él mismo y en sus inseguridades y fantasmas. Por ello no abusó demasiado de ellas, aprovechando también que la moda no las beneficiaba mucho. La versión de Itzhak Perlman y Daniel Baremboim para la Deutsche Grammophone es simplemente perfecta. Ligera y sutil, sin amaneramientos innecesarios ni efectismos inútiles. Los tempi son con justicia los más acertados que he escuchado en ninguna versión. El binomio Perlman/Baremboim ha hecho escuela en el terreno de la sonata para violín, y sus versiones, absolutamente todas, son de referencia, ya sea en el repertorio clásico o romántico. Es una pena que no se hayan vuelto a prodigar juntos en los últimos años (por no decir lustros). Escoger la forma en la que interpretar a Mozart es algo sumamente difícil, si lo que se pretende es transmitir la grandeza y la profundidad de sus edificios musicales, por eso el resultado de estas grabaciones es aún más valioso. La genialidad de Mozart necesita genialidad en los intérpretes para no perder su perfección. Estos dos grandes intérpretes, además de una técnica asombrosa, están dotados de un conocimiento y una inspiración fuera de lo común. Sus versiones se alejan de las (más al uso) “historicistas” de tiempos recientes. Pero en mi opinión, Mozart, como visionario que fue, no escribió para su época, y ello se refleja también en el aspecto técnico. Así, sus obras requerían particularidades en los instrumentos que no habían aún sido inventadas. De hecho, los músicos de la época tuvieron dificultades con algunas de sus obras. Así que me río yo a veces de algunas versiones historicistas que se defienden por ahí. Baremboim y Perlman llevan estas partituras a su límite, y llenan de arrebato contenido estas obras, incluso mi querida minúscula sonata K304, dejándolas siempre en el límite del precipicio de la desmesura, con elegancia y pasión, con intensa perfección...
(Chapeau!!)
Que suene, que suene, que suene...

11 comentarios:

un-angel dijo...

...llego desde la casa de pe-jota con las canciones de Mina, y madre mia lo que me encuentro por aquí...tengo que sentarme un ratito tranquilo a revolver en tu casa, amante del volcán...

Aquiles dijo...

yo soy un poco melómano también, aunque mi bálsamo son las sinfonías y los conciertos de Brahms. Me los sé de memoria. De todos modos, escucharé estas sonatas, soy muy aficionado a la música de cámara. Además, puede que me reconcilie con Baremboim, la verdad es que es un as, pero su interpretación de las sonatas para piano de Beethoven me pareció demasiado fría para mi gusto.
Espero que sigas compartiendo con nosotros este gusto tan exquisito.
besos

Aquiles dijo...

por cierto, acabo de leer en un post anterior que te gusta adriana calcanhoto. yo soy super fan, es total!
besos

Javier dijo...

Bueno aquí estoy, y..
Y no se que decir, está todo dicho, se podría polemizar y sería palabrería, entrar en disquisiciones absurdas.
Mozart fue un genio, simplemente, él era la música, él era pura melodía llena de brío, jugó con las notas, los compases, todo lo encaró como un juego, disfrutó de lo que hacia, tal vez esa sea la clave, puso su corazón en lo que compuso y disfrutó de ello

Vulcano Lover dijo...

Un-angel.
Nada, nada, tú revuelve tranquilo, hay mucho cd por ahí... También libros, dvd's... ideal para pasarse una tarde ahí enterrado curioseando. Hasta te invito a un café para que sea más agradable. De momento puedes curiosear por la casa virtual (blog) El café con leche o sólo? Muchas gracias por

Aquiles.
Pues Brahms es mi "préféré", pero no precísamente para sosegarme. Con Brahms me esalto, me apasiono, me desbarato en ímpetus de intensidad, a golpe de volcán en erupción... También me sé de memoria todos sus conciertos y sinfonías. Y su música de cámara es terreno sagrado para mí... Baremboim como solista de pianao tienes razón que me parece desigual y que en el repertorio romántico no da la talla, aunque cuando se trata de acompañar (y sobre todo a solistas como Perlman) la cosa cambia...(Beethoven es una excepción, yo sí creo que ahí está sublime, pero es cierto qeu no es de las versiones más apasionadas). En el repertorio cásico consigue su mejor intérprete, siempre arrebatado, siempre sutil en la descomposición de la música, siempre atento a explorar con delicadeza los pliegues de la partitura... sus versiones de las sonatas de piano de Mozart para le EMI están entre mis cofres favoritos de toda mi discoteca. EN fin, espero que sigamos confrontando opiniones... Besos y gracias por la visita. Ya dejé yo comentarios por el tuyo ayer...
pe-jota.
Sí pe-jota. Mozart es un genio absoluto, un iluminado, un ejemplo de la grandeza humana, de talento, de sensibilidad... Un pozo inagotable, en el que buscar, interpretar, disfrutar su música nos llevaría la vida entera... Tengo por ahí en meses pasados bastantes posts comentando obras de él a propósito del centenario... Besos y gracias por tus palabras aquí

NaT dijo...

Yo sólo dire ¡¡¡QUE SUENE, QUE SUENE!!! hasta el infinito y más allá...
Sería absurdo que yo deliberara sobre música clásica ¿Dónde a quedado Richard Clayderman? JAJAJAJAJAJAJAJAJA

Pero se nota en tus letras la pasión; tú pasión volcánica...

Un besote de esos intensos y abrazos de los mejores

Anónimo dijo...

Estoy volviendo...

www.caminosblancos.blogspot.com

hermes dijo...

Gracias por la recomendación de las sonatas de Mozart, pienso comprarme el CD. Yo soy de ideas fijas y de una temporada a esta parte casi siempre escucho a Bach, ya es hora de escuchar algo distinto.
Gracias por permitirme entrar en tu casa.

Vulcano Lover dijo...

Nat... más besos volcánicos... y gracias por las palabras de anoche... siguen sonando en mi cabeza.
José... deseando saber de nuevo de ti... Mucha suerte y ánimo en el estreno... Y un beso grande.
Hermes. Sí, yo para una primera compra elegiría las sonatas de piano sólo, donde, como te digo, la referencia para mí (inigualable hasta ahora) es la grabación integral de Baremboim con la EMI. Además las venden a un muy buen precio, no creas. Ya sabes, cuando quieras alguna opinión (de aficcionado, claro) o alguna referencia, no tienes más que pedírmela... Bach es lo que tiene, que podrí auno estar escuchándolo perpetuamente...
Besos.

Anónimo dijo...

bueno bueno, veo q no se han asustado tanto con tu post sobre mozart... yo ando escuchando ahora a los gallegos Holywater, q no tiene nada que ver... pero lo importante es despertar cosas, no?

lopezsanchez dijo...

Estupendo post, as usual. Hecho en falta, sin embargo, una mayor profundización sobre las dificultades técnicas de interpretar a Mozart. Ya sabes, mi infinita curiosidad. ¿Podrías poner un ejemplo? ¿A qué particularidades de los instrumentos?