14 de septiembre de 2006

INFINITO PARTiCULAR

Marisa Monte


Ya nos lo advertía ella al inicio, en un insólito despertar de concierto a luces apagadas completamente en escenario y platea... "Só não se perca ao entrar, no meu infinito particular" (sólo no te pierdas al entrar, en mi infinito particular). Ciertamente infinito fue el mundo que nos atisbó anoche, intensamente personal, provocadoramente bello, conscientemente delicado.
Desde que la conozco, hace unos años ya, he visto cómo su música se estilizaba, se hacía cada vez más y más envolvente, pero sin duda no a través de hacerse más compleja, sino a través de llegar a la raíz misma del acto musical como esencia de vida (ya sea pop que samba, bossa nova que balada). Esencias de melodías y esencias de ritmo desveladas con gravedad e ingravidez. Desde un inicio quizá un poco frío, desde su elevada silla, la música comienza a sonar, un poco envuelta en perfecta imitación de la factura de sus dos recientes discos. Luego, vamos asistiendo al desplegarse de la música, que esos maravillosos y absolutamente talentosos músicos que lleva con ella modulan en contínuas recreaciones que sorprenden por su inspiración y calidad. Ella también se despliega, se levanta, baja a la parte más cercana al público del escenario y baila, se mueve, se entrega con esa sensualidad que la caracteríza, en una puesta en escena cuidada a la perfección, envuelta en un aparato escénico minimalista y poético que más parece creado por la mano de un escenógrafo teatral que por uno de conciertos de pop como en el fondo lo es éste. Elementos sencillos y llenos de poesía y simbolismo (sublime esa luna) que, sin asfixiar, se combinaban con iluminaciones insólitas y escenarios que transformaban atmósferas y espacios de manera bellísima.
Siempre pensé que lo que más caracterizaba la voz de esta brasileira, como digo, es su profunda sensualidad, sus modulaciones carnosas que, sin embargo, se mueven en un elegante registro agudo que ella eleva hasta la poesía. Nunca la había visto en directo, y no sé por qué imaginé que su directo sería más tendente al apasionamiento y el exceso de un Carlinhos Brown del que es estrecha amiga y que ha compuesto muchas de sus músicas... Pero no. Ella se mueve en un universo elegante y siempre contenido. Sin estridencias ni excesos, entregandonos el relevo de su visión de la música como "celebración de la vida" (sic). Ni siquiera en un final lleno de ritmo y melodías más conocidas por los que menos sabían de ella se excedió. Nos hizo cantar con elegancia y bailar con sensualidad y, en un gesto de generosidad, incluso nos invitó a continuar la fiesta con ellos en su hotel. Espíritu brasileiro entregado, que ella ha tocado de su elegancia y de su belleza para crear todo un "universo ao seu redor". Universo del que, al salir de la sala, aún flotan esas frases en su hermoso portugués, entre melodías que se adhieren a la volutad. Palabras que se mezclan entre ellas, y en un sencillo acto de placer, te acompañan horas, incluso días...

pra ser sincero, meu remédio é te amar, te amar

o tempo vai passar e tudo vai entrar no jeito certo de nós dois

não pense, por favor, que não sei dizer que é amor tudo o que eu sinto longe de você

só porque disse que não me quer não quer dizer que não vá querer, pois tudo o que se sabe do amor é que ele gosta muito de mudar, e pode aparecer onde ninguém ousaria supor.

quando un descaminho acha o seu desvio tudo se alivia

Deixa o amanhã dizer
Apesar de tudo existe uma fonte de água pura, quem beber daquela água não terá mais amargura...

Para que compartan la magia de anoche, un pequeño instante de un reciente concierto de ella (sí, fue algo así)

7 comentarios:

Javier Herce dijo...

Cuánta música nos enseñas últimamente!

NaT dijo...

Se ve que hoy sigues estando en una nube, de esas algodonosas, que guardan sueños y músicas. De esas que te hacen ver que los problemas, todo lo demás, está ahí abajo y de momento no puede alcanzarte.
Besillos y abrazos muy volcánicos, que hoy estoy helada y necesito algo de calor.

senses and nonsenses dijo...

bello, muy bello. imagino que fue un concierto intenso, sensible, mágico, como todo lo que nos cuentas.
gracias por acercarnos el concierto con un aroma brasileiro.
un abrazo.

amilamia dijo...

Sólo puedo sentir un suave cosquilleo que asciende lentamente por mis venas, ¿será envidia?. Me conformaré con que en algún instante te hayas acordando de mí.
Bicos
Ami

Aquiles dijo...

marisa es divina...
ay qué envidia...
esperaré a que vuelva de nuevo.
por cierto, sabes que la calcanhoto va el verano que viene a murcia?
saludos

Vulcano Lover dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios... Besos volcánicos

Claro, amilamia, ¿¿cómo no me iba a acordar de ti??? Sabes que sí. Fuiste la única que recibió sms esa noche... Bicos.

Javier dijo...

Te alabo el gusto, y no es peloteo.

Marisa Montes enganchada en la piel