12 de mayo de 2008

Mozart y el Teatro.


Hace tiempo que quería trasladar aquí un párrafo de un libro que he leído últimamente. Ma vie avec Mozart. Se trata de un libro que el escritor y dramaturgo francés Eric-Emmanuel Schmidt escribió hace un par de años con motivo del 250 aniversario del nacimiento del genial músico. Apasionado del compositor salzburgués, el autor escribe esta obra en forma epistolar, dirigiéndose al mismo Wolfgang para confesarle cómo su música le ha acompañado a lo largo de su vida, al mismo tiempo de compartir con los lectores las razones de este amor con gran sinceridad y detalle, a pesar de estar escrito para un público no iniciado en música clásica.
Creo que su visión como dramaturgo, que por lo tanto tiene en cuenta no sólo la música, traduce muy bien las razones de la genialidad de la Ópera de Mozart y del porqué estas óperas (especialmente sus cuatro mayores obras, Las Bodas de Fígaro, Don Giovanni, Così fan tutte y La Flauta Mágica) después de más de doscientos años, continúan siendo una de las cimas del género y siguen conquistando audiencias cuando son representadas. El fragmento hace referencia a las reflexiones del autor cuando le fue pedido que hiciese una versión francesa de Las Bodas de Figaro que la hiciese accesible al público francófono no familiarizado con el argumento de esta genial pieza.

Como inicio y final he querido acompañar este texto con un par de fragmentos de las representaciones de esta obra que tuvieron lugar en el Festival de Salzburgo de 2006 a cargo del director aleman Nikolaus Harnoncourt y sque me parecen notables por su calidad musical y por lo acertado y contenido de su puesta en escena. La calidad de sonido no es muy buena, pero os animo a verlos porque de verdad merecen mucho la pena.



"(...) Digamos, por resumir, que se trata de practicar a la vez el teatro, la música, las matemáticas, la traducción y la poesía.
La paciencia que exige una prueba como ésta, me la das tú permitiéndome poder tratar con tu genio. Trabajar en las cocinas de una obra maestra desentumece al aprendiz. ¿Es que acaso necesitas halagos allá arriba en tu sillón de nubes? Entonces, siéntate recto y abre tus orejas.
Como si de un gran dramaturgo se tratase, tú le das oportunidades a todos los personajes. Cuando entras en cada uno de ellos, no los juzgas, sino que les concedes tu simpatía, les permites respirar. Tan justo en el lacayo Fígaro como en el Conde voraz, tan feliz en Susana como nostálgica en la Condesa. Descarado cuando toca Cherubino, afectado mientras Bartolo adivina, de repente infantil si Barbarina se pierde en medio de la noche, demuestras ser capaz de expresar la humanidad en todos sus aspectos, en todos sus sexos, en todas sus edades. Lo mismo Don Juan que Elvira, igual verdugo que víctima. Sin limitar en ningún momento al verdugo a su función de verdugo ni a la víctima a su estatus de víctima, tienes sentido del espesor, de la complejidad, permitiendo así al público codearse con personajes muy diferentes de sí mismo. Contigo, nuestro lejano se convierte en nuestro cercano. Sabes contarlo todo porque haces que todo se torne palpable.

Sostuviste que el teatro era el arte de la ruptura y de la discontinuidad. Sin cesar, cambias de ritmo, de tempo, acelerando aquí, conteniedo allá, sólo deteniéndote la pausa de un silencio para poder recomenzar mejor.

En Teatro se fracasa cuando se piensa en uno mismo. Los escritores ebrios de su lenguaje o los compositores encantados con su música fallan en la escena ya que en lugar de escuchar a los personajes y a las necesidades de la acción sólo se escuchan a ellos. Incluso aunque tengan talento, el oído que acercan con demasiada complacencia les impide escuchar lo esencial: el corazón de los personajes, el recorrido de los pasos, el reposo necesario, la vida que se organiza y se improvisa, autónoma. Tú, antes de tener oído de músico, has tenido ojo de escenógrafo, Tu música regla los movimientos, las entradas, las salidas, acentúa un detalle, destaca una emoción. Ella crea la acción en lugar de interrumpirla o acompañarla. Con frecuencia tus colegas se preguntaron, en diferentes momentos de la Historia, cómo debía funcionar la música, ¿primacía de las palabras? ¿primacía de la música? Falso dilema al que tú respondes: ¡Primero el teatro!

Preferir el teatro a la música, preferir el teatro a la literatura... son pocos los compositores y los escritores que han cortado de esta manera, De ahí la estrechez de nuestros repertorios."

7 comentarios:

Anónimo dijo...

la complejidad de la creación. cómo la obra va más allá del autor. temas que tengo ganas de tratar en una conversación a tres.
la ópera es un arte muy complejo enel que me cuesta entrar, pero mozart, un genio que nació en el lugar y momento preciso, musicalmente me conquista desde la primera nota.

NaT dijo...

Recuerdo y recuerda, que me debes un post hablando de La flauta mágica y buscarme esa película de antaño basada en ella y que he sido incapaz de encontrar.

Y también prometista hablarme del concierto de arpa y flauta, que aún me sigo poniendo en el tacadiscos cuando tengo ocasión.

Besines hoy como el tiempo, algo confusos.

Tessitore di Sogno dijo...

Gran parte en que me identifico con Mozart es en no ceder en los caprichos de la realeza y hacer lo que le apetecía, anteponiendo sus propios intereses económicos o los de la popularidad de su carrera en aquellos días, también en su vida llena de excesos aunque bueno, comprar trajes lujosos en épocas de escasez vaya que lo es... basta con ver una pieza como el KV622 tan sutil al borde de su muerte para casi seguir (y culminar) con un requiem tan intenso y macabro como el KV626.

Así Mozart viene a mi con los colores y matices de las flores y con la nostalgia y profundidad de los bosques, con la eternidad que el Voyager enviara en un disco de oro en voz de Edda Moser interpretando la reina de la noche, en busca de ser descifrado por otras inteligencias, representando así a esta, nuestra desgastada humanidad.

Gracias por las visitas :)

Arquitecturibe dijo...

Mozart me vive y lo vivo... y me envuelve y lo siento...
Y se vincula con parte de mi que no sabía, que no conocía... partes de mi que ni siquiera existian antes de la musica....
eso es la musica para mi... mi punto basico de nacimiento.
Saludos desde mi lejana galaxia

Tessitore di Sogno dijo...

Por cierto, te dejo una liga donde encontrarás varios CD's de música barroca novohispana...

http://sonidosysilencios.blogspot.com

:-)

Javier dijo...

Hace tiempo que no encarabas a tu autor favorito, y esta vez de una forma sorprendente y original dotándolo de nuevas lecturas.

Cafeína dijo...

No he tenido la oportunidad de ver una ópera en vivo, pero durante años mi padre me ha despertado los domingos con ellas. La música clásica es mi mayor desconexión y el teatro un placer ocasional, quizá la fusión sea el punto justo.