12 de noviembre de 2008
El amante viajero
Estas semanas me he dedicado a viajar en el tiempo y en el espacio. He retornado a Italia y al verano, y he hecho memoria de las rutas, de los sabores y de los colores que mi memoria acumuló y que ha estado atesorando estos meses para desplegarse ahora en un cuaderno de viajes que inicia mi otro blog, con el que no sé muy bien dónde viajaré, pero que se ha convertido de momento en un querido compañero de miradas y reflexiones. Creo que merece la pena al menos acercarse a las fotografías en uno de estos días en que el frío barra con furia la tibieza de nuestras cabezas.
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10 comentarios:
A veces hace falta recordar que, pese al frío, existe la calidez. Viajando no sólo conocemos mundo, sino algo más importante: a nosotros mismos. Esto, que puede sonar a topicazo, es absolutamente real. Para mí, viajar es una fuente de autoconocimiento.
Por cierto, hace unos días entré en "tu otro blog", aunque no tuve mucho tiempo para detenerme. Eso sí, prometo volver para que me "cuentes" la historia ésa del suelo de la catedral de Bari, que por lo que comentas debe de ser una pasada.
Besotes
Preciosas fotografías precioso lugar como hermoso e interesante es viajar: Vivir es viajar. Un saludo!
Vengo de pasearme por tu otro blog, ¡¡¡ Otro blog !!!!, de dónde sacas el tiempo ?????, todo un lujazo.
Viajar es mi pasion, voy a ver el otro blog.
Saludos
Como te dije, me pasaré y te leeré. Me gusta como hablas del verano. Joder, que lejano me parece ya el calor cuando hace apenas unos pocos días que nos ha abandonado.
Me gustaría vivir en un verano interminable.
Te leo y te comento también en el otro blog...
Un besazo.
chulísima la foto. hace daño a la vista de tan azul que es.
haces bien en recordar el otro blog, que ya ni me acordaba. no ando con mucho tiempo estos días, pero viajaré contigo por el espacio y en el tiempo.
un abrazo.
vi la entrada al otro blog de camino aqui, pero pense en saludar primero en la principal para pasarme por las sucursales...
un besote desde mi lejana galaxia
yo viajo todas las mañanas en el tren con los ojos cerrados
inventando paisajes nuevos cada día
aventuras pausadas
sexuales
deslizándome sigiloso tocando cuidadosamente
las cosas a las que me agarro
no pasa seguir hacia la siguiente estación
sino para seguir adelante
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