3 de julio de 2009

Pasión desde la pasión.


Nos confiesa Annie Liebovitz que es así, tal como aparece en esta foto, como le gusta recordar a Susan Sontag, la que fue su compañera durante 16 años en una relación que sorprendentemente nunca terminaron de confesar como sentimental.
Recortada, casi superpuesta sobre los bordes caprichosos del desfiladero, la minúscula imagen detenida de Susan, de espaldas, permanece absorta ante la magnitud del capricho fabuloso de los edificios de la ciudad de Petra, que surgen como espejismos, entre oníricos e imposibles. La instantánea es de una privacidad salvaje, si pensamos bien, pues nos hace penetrar directamente en el universo de la escritora americana, alter ego de uno de sus grandes protagonistas, Sir William Hamilton, apasionados ambos y llenos de una curiosidad y una avidez inmensa por el arte, por la belleza y por lo desconocido. Un juego de espejos en el que, como ocurría en el bellísimo Amante del Volcán, se nos confunde la mirada entre la pasión misma, y la mirada apasionada que la contempla. Annie Liebovitz ejerce de testigo apasionado de la pasión de la mirada curiosa, infinita de belleza y de conocimiento, de Susan Sontag.

Es un ejemplo bien ilustrado de la imprescindible muestra que la americana nos deja este año en PhotoEspaña. En ella, la fotógrafa se nos desnuda con un collage tan sólo aparentemente desordenado en el que vida privada, viajes, memoria y trabajos profesionales reconstruyen a modo de un impresionante puzzle un retrato de sí misma. En él tienen cabida desde sus trabajos para Vanity Fair o Rolling Stones, hasta fotos familiares y retratos de amigos, pasando por fotografía más comprometida o innumerables instantáneas de paisajes tomados en sus viajes, todo ello en los más dispares formatos y tamaño que se conjugan también sin aparente criterio. Entre ellas, casi sempiternas, los retratos de su padre o de Susan en sus últimos periodos de vida, cercanos ya a la muerte, en viajes a Venecia o a Long Beach, y en situaciones domésticas casi íntimas, como evidenciando ser auténtica médula del paso de Annie por el mundo. Muerte que se enlaza a la vida de manera necesaria a través de las fotos llenas de vida y esperanza de sus hijas, ya en el nuevo milenio. Su trabajo es abrumador y nos alcanza sobre todo por la sinceridad y honestidad que consigue en sus retratos, con una finísima capacidad para llegar a la esencia de los personajes y a la emoción misma que transportan. Su técnica tiene mucho que ver con una composición absolutamente impregnada de los grandes retratistas de la historia de la pintura. Su clasicismo y su limpieza son evidentes a la hora de componer espacios y miradas como si de un cuadro de Wermeer, Velázquez o Goya se tratase. Su mirada parte también de una absoluta pasión por la fotografía en sí, lo cual combinado por su incisiva capacidad para desnudar a sus modelos con una humanidad generosa y llena de asombro, nos ofrece un singular testimonio de vida, de humanidad, de pasión y de belleza que sin duda sobrecogerá a quien se acerque a observarla, hasta el 6 de septiembre, en la Consejería de las Artes de la Comunidad de Madrid, Alcalá 31. No os la perdáis.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

tiene que ser duro exponer al público fotos personales, y explicarlas del modo tan cercano como lo hace leibovitz aquí.

más allá de las fotos a famosos, pasará a la historia como gran retratista.
el clasicismo que tiene y que tanto comentamos, resulta maravilloso

Javier dijo...

Otra expo que me perderé !!!
La verdad es que poco se puede añadir al bello texto que has escrito.

Gus Planet dijo...

Querido Vulcano: tuve la posibilidad de ver ésta muestra hace varios meses aquí en Paris y realmente es digna de destacar!

Annie Leibovitz es una de mis artistas favoritas y hace años que sigo su trabajo porque me resulta de una belleza abrumadora. Sus 'puestas en escena' son increibles, tal es así que siempre me las ingenio para coleccionar Vanity Fair (la versión americana) por sus trabajos allí ...

Sus pocas fotos personales de Susan Sontang también me impactaron (como ésta instantánea en Petra): es como si nos permitieran asomarnos a su mundo tan privado.

Qué bueno que gente tan genial mantenga su mundo en privado, hoy que se usa todo lo contrario ...

A Bientôt mon ami !

senses and nonsenses dijo...

sí, qué bonito has explicado la foto de susan sontag en Petra, con la referencia a El amante del volcán.
imprescindible, eh?, te ha gustado...
otra que me gustaría ver, y que me perderé...

un abrazo.

Unknown dijo...

pues el muga y yo aprovechamos el domingo por la mañana, ya más tranquilos de todo el jaleo del finde madrileño, para ver la exposición.
la verdad es que salí con la mirada terriblemente relajada... como una cura necesaria para ver las cosas de diferente manera....
pena no coincidir loco!!!
un beso.

Arquitecturibe dijo...

Llevo días con una visita pendiente a al museo del banco de la república a ver una exposición de arte muy nombrada.... y aun así, me quejo que no hacen las suficientes!
En tu honor y para comentarla aqui, contigo, no me la perderé
Besitos desde mi lejana galaxia

Argax dijo...

Yo me lo perderé. Me hubiera gustado ir de tu mano y que después me compraras una piruleta.