10 de agosto de 2009

Música para las perseidas



Aquellas noches de agosto eran siempre iguales, tumbados entre la inmensidad oscura del cielo y la hierba fresca bajo el cuerpo. Los insectos parecían silenciarse en aquellas horas, pero nosotros por entonces todavía escondíamos las palabras detrás de los labios. A veces, después de algún fogonazo en el cielo, parecían deslizarse justo hasta la punta de la lengua, pero la magia de los astros pulverizándose suicidas las desviaba de nuevo a la garganta.
Nos susurrábamos que habíamos pedido un secreto. No recuerdo ya qué podía yo desear entonces. Quizá una felicidad que no sentía, o una vida lejos de allí, a pesar de todo, o una imagen de mí mismo en libertad, que se me imponía tan lejana como poderosa. No lo sé. Pero sí sé que en aquellas horas era como si nadie más existiera, y que el Strauss que poníamos religiosamente de fondo sonaba alto, bien alto, dirigiendo la galaxia. La tierra parecía moverse tan deprisa que había que agarrarse con fuerza al césped. Luego, con los ojos cansados de buscar astros, caíamos rendidos por el sueño.
Cada uno siguió su camino, tan diferente, tan lejos uno de otro. Y sin embargo, aquellas noches las recordamos nítidas y contundentes en la memoria, a pesar de que ya no exista aquel lugar, ni los agostos compartidos, ni la inocencia aquella. Sí, cada año siguen ahí aquellas horas, como si nunca se hubiesen acabado.

8 comentarios:

Gus Planet dijo...

Estimado Vulcano: muuuuuuuy bueno su relato, como diria un amigo español 'qué cachondo'! JAJAJAJAJA
Me encantó eso de " ... y que el Strauss que poníamos religiosamente de fondo sonaba alto, bien alto, dirigiendo la galaxia ..."
Muy lindas metáforas y Ud. siempre produciendo una sonrisa :-)

A Bientôt mon ami!
GusPlanet

Leo dijo...

Como entiendo tus palabras!Al leerlas surge la nostalgía, esa persona que a veces te clava un cuchillo en el fondo del alma pero que a la vez te hace revivir unos momentos maravillosos.
Las palabras no dichas en los momentos adecuados ya no se dirán, cada cosa a su debido tiempo, el tiempo que viene después nos arrepentiremos enormemente de no haberlas dicho.

Argax dijo...

Amigo, lo perdido no es más que el sustento de lo que somos, capas y capas de personas y situaciones que nos definen. Emotivo, muy emotivo tu texto.
Suele pasarme con frecuencia que el mundo acelera y yo no tengo donde agarrarme y me caigo.

Un beso.

Fenjx dijo...

que bonito david
este concentrado de palabras
sobre momentos insolubles
me recuerda uno de los momentos que más me gustó de la película up en la que en niño le cuenta a Carl que una de las cosas que más le gustaba hacer con su padre era contar coches sentado en la acera.
Y dice: -ya se que te aburro contándote todo esto, pero es que las cosas más aburridas son ahora las cosas que más hecho de menos-

Luís Galego dijo...

palavras, momentos, memórias recentes...

e a vida passa num instante.

Um abraço enorme desde Lisboa

Stultifer dijo...

Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al miércoles 19 de agosto de 2009 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.
Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
Y si tienes una escalera, o fotografías una, mándanosla y la publicamos inventándonos una historia.

Javier dijo...

Pero aunque las cosas y las personas cambien y muden de lugar, aunque parezca que hemos de abandonar deseos y sueños, algunos seguimos resistiéndonos y preferimos seguir soñando aunque sea un un momento tan fugaz como el paso de las Perseidas.

Anónimo dijo...

Es precioso lo que has escrito.

Besitos de miel.