27 de octubre de 2009

El volcán del barroco español


Ha sido uno de los discos revelación de este año. Llegó a mis manos en una mezcla de curiosidad y magnetismo por su portada y su título. Pero sobre todo ha sido el disco que me ha llevado a iniciar el descubrimiento del patrimonio musical español del siglo XVIII del que no tenía ninguna referencia antes.

Si en los últimos decenios se ha invertido mucho esfuerzo investigador y fonográfico en descubrir y difundir la música española de los siglos de oro con un éxito innegable (esta música es reconocida y escuchada hoy en día en casi cualquier auditorio del mundo), la recuperación de nuestro patrimonio musical se ha detenido ahí, con dos siglos de producción musical abultada (XVIII y XIX) pero prácticamente inédita hoy en día. Hay muchas causas para argumentar este abandono, sobre todo la dificultad de recuperación de unas partituras que en el siglo XVIII pasaron a copiarse de manera manual y a archivarse con mucho menos cuidado que en el pasado, pero también el prejuicio musical de que la música barroca y de transición al periodo clásico en este país era una copia de lo que se hacía en Italia y tenía tan pocas características de identidad que era poco interesante recuperarla.

La tradición musical española en el XVIII es de una naturaleza napolitana evidente; las relaciones políticas, comerciales y sociales con Nápoles, uno de los focos de creación musical más intensos y personales del continente en aquel momento, lo hacían casi inevitable. Pero hubo mucha más influencia mutua de la que podríamos pensar inicialmente. Centrándonos en la música que se hizo aquí en ese periodo, un análisis más detallado nos permite descubrir muchos rasgos característicos, además de una calidad sorprendente. Pasando por alto el capítulo de la música instrumental, del que verdaderamente sólo han sobrevivido ejemplos testimoniales, tenemos todo un corpus de música religiosa, popular y escénica aún por descubrir, y que gracias a la labor de grupos como Al Ayre Español o esta Orquesta Barroca de Sevilla, están poco a poco comenzando a ser divulgados.

En mi caso, como ya he dicho, este disco ha sido la puerta de entrada a todo un mundo de grabaciones de zarzuela barroca, cantadas, jácaras y tonadillas que me ha proporcionado un año de muchísimo placer musical, así como un sentimiento de enorme cercanía con esta música que está vinculada en muchos aspectos a nuestra sensibilidad cultural. Autores como José de Nebra, Antonio de Líteres o Juan Francés de Iribarren deberían estar en un lugar más importante de nuestra cultura musical, porque son de una calidad excepcional, igualable a otras grandes figuras del barroco europeo. Esperemos que poco a poco vaya sucediendo, no sólo por merecimiento, sino porque eso permitirá que muchas obras que están guardando polvo en los archivos, puedan ver la luz en discos y en conciertos.
Mi intención es poder ir hablando poco a poco aquí de todos estos discos a medida que los voy descubriendo. Tengo ya varios en la lista, pero quería que este fuese el primero de la serie, porque es un trabajo de investigación y de interpretación excepcional y porque es el disco que me ha llevado al barroco español, hasta ahora desconocido para mí.



Arde el Furor intrépido no es otra cosa que el nombre de una de las cantadas religiosas que se incluyen en este disco, que recoge trabajos escritos por Juan Francés de Iribarren (1699-1767) y Jayme Torrens (1741-1803), dos de los maestros de capilla de la Catedral de Málaga, que se sucedieron en el cargo a lo largo del siglo XVIII.
Es el primer número del disco, y llama la atención por su tono festivo y luminoso. Con una escritura muy inspirada en lo musical, muy italianizante, pero sobre todo con una esmerada coloratura en la parte vocal, inteligentemente adaptada a un texto de palabras subyugantes. No hay que olvidar que una de las características de este dieciocho musical español es la gran calidad literaria de los textos teatrales y religiosos, lo cual nos diferencia del resto de barroco europeo que tuvo que consolarse con libretistas mucho más mediocres.
A pesar de tener tema religioso, las letras de estas cantadas son ciertamente poéticas, y hasta ardientes:

Arde el furor intrépido
Del enemigo osado,
Furioso y obstinado,
Al ver que Dios benéfico
Su Cuerpo al hombre da.

* * *

Nebado albergue
De un amor bizarro
En cuio Centro fino
Compitiendo lo humano y lo Divino
Con toda la deydad,
Dio allí en el barro
Mas con tal gusto que su amante excelso,
Se vino a tierra de su propio peso,
Recíbele mortal no seas alebe
Ve que su fuego prenderá en la nieve
Ya que tu ingrato pecho
No atendiendo al favor y a tu probecho,
Consiente que su abrigo,
De tu indocilidad sea testigo,
Pues tan humilde espacio
Le has dispuesto a su ser, para Palazio

* * *

Soberano señor
De tierra y Cielo
Que en esse blanco velo
Ocultas amoroso
El volcán de tus rayos luminoso,
Y que en abrasada hoguera
Te ciñe de un biril
La breve esfera
Oy tan amante fiel
Por mi te veo
Que excede tu fineza
A mi desseo
Pues en suave calma
Te entregas a mi pecho
En cuerpo y alma



Palabras que evocan imágenes seductoras y magnéticas, que estos músicos que trabajaron en Málaga se encargan de ilustrar musicalmente con mucha inteligencia e inspiración. Este tono alegre y hasta triunfal de la cantada de Iribarren da paso a otros ejemplos de él y de su heredero y malagueño Jayme Torrens, en las que tenemos ocasión de oír desde reelaboraciones de conciertos de Corelli que sirven de interludio musical, hasta arias que nos evocan un barroco más evolucionado o incluso el primer clasicismo vienés.



Me da muchísima envidia la experiencia que ha debido suponer para estos músicos investigar en el archivo de la catedral de Málaga y descubrir estos tesoros musicales (experiencia en parte descrita en las notas del disco) y más aún imaginar la emoción de sospechar qué inmenso legado albergan los archivos municipales y religiosos de todo el país, cuánta música estupenda ha quedado en el olvido.



Este proyecto de descubrimiento del patrimonio musical de la Catedral de Málaga en el siglo XVIII se inició con un disco publicado hace un año en el Sello del Centro de Documentación de música de la Junta de Andalucía. Entonces el nombre escogido fue el sugerente “Serpiente venenosa” tomado del título de una cantata de Jayme Torrens. Hablaré en otra entrada de él.
Para “Arde el Furor Intrépido” la orquesta ha creado un sello propio. Se nota, además, que los músicos de la orquesta se han tomado este proyecto con cariño. Un cariño que se plasma en un sonido barroco vibrante y lleno de vitalidad, de la mano de su director, el italiano Diego Fasolis. En la parte vocal, la agrupación cuenta con la deslumbrante colaboración de la soprano extremeña María Espada, una soprano que en este trabajo está en un absoluto estado de gracia, toda una especialista que interpreta estas obras con una coloratura de vértigo (a veces vértigo real el que nos produce su voz, especialmente en sus osadas ornamentaciones de las arias da capo). En resumen, una verdadera fiesta para el oído. Música de calidad estupendamente interpretada que emociona e impacta. Y todo un descubrimiento para los amantes de la música del XVIII, porque se trata de música absolutamente nueva para el oyente actual. Esperemos que su ejemplo se repita y no sólo ellos, si no que más grupos se animen a rescatar todas estas obras injustamente olvidadas. Intentaré desde aquí subir más ejemplos, para contribuir a su difusión.

6 comentarios:

TUT dijo...

Cuando visito tu blog siempre estoy seguro de encontrar alguna recomendación musical interesante, como es el caso de hoy.

Tenemos gustos musicales parecidos aunque mis conocimientos no llegan a ser los tuyos ni mucho menos.

Gracias por tus recomendaciones

NaT dijo...

Que rabia me da no poder oir!!! a mi las cantatas me encantan, el barroco musical me gusta y me complace saber que hay algo más que Mozart en esta vida. Y me gusta que sigas aprendiendo y enseñandonos.
Besos cantados!

Gus Planet dijo...

Querido Vulcano como siempre tú escribiendo post ESPECTACULARES!
Aunque yo no sea del medio musical ... bueno, en alguna época lo fuí ... he disfrutado muchísimo leyendo y escuchando tus recomendaciones.
Me estoy poniendo al día con tú blog y como siempre es un placer acercarme hasta aquí!
Un saludo grande desde una aún muy primaveral París!

Anónimo dijo...

Qué descubrimiento más maravilloso!!!
Muchas gracias.

senses and nonsenses dijo...

estoy convencido de que ha sido uno de los discos revelación del año...
...el Volcán, no ha tenido que ver?, jeje, ;-)

te envío un beso
...al menos

Javier dijo...

Coincidencias, cruce de caminos o sencillamente caminos naturales que nos llevan a confluir en ciertos puntos, la verdad es que no lo sé, pero yo también adquirí este CD atraído tanto por su portada como por su título y rápidamente ha pasado a convertirse en uno de mis imprescindibles.