La ducha fría ha deshecho ya
el ardor consumado,
el sudor huye veloz por el desagüe,
los humores regresan
tras filtrar en el agua su disfraz.
Retorna la mirada perdida
y la normalidad.
La sonrisa no huye,
se incrusta rebelde sobre las cejas
No la doblega ni el hidratante
aplicado con ahínco.
El temblor se ha agarrado con fuerza
al guante de la tarde,
en silencio.
Se duerme entre tus dedos,
viaja lento,
sedado entre las horas,
jugando en el olvido,
en la desidia y la memoria,
camuflada la mentira,
la estéril normalidad.
No sabes cuándo,
Pero intuyes que el deseo
se despega en su cloaca
la máscara de sudor
y navega afilando
su quilla subterránea.
En sus colmillos se respira
de nuevo tu nuca mojada,
tu olvido,
tu desidia,
tu memoria,
tu mentira,
tu jodida normalidad.
5 comentarios:
Como esa ducha helada, este poema tuyo me recuerda en estas horas tempranas de las mañanas, unos momentos vividos tan parecidos a estos, perp yo nunca hubiera podido expresarlos así.
Bach me da el equilibrio que necesito para comenzar el día, gracias.
Un cálido abrazo.
Hola amigo Vulcano: muy bella forma de visitar tú blog ésta mañana otoñal y tan soleada (por fin!).
Como bello es ese poema, y el video que lo acompaña.
Sabes? te quería recomendar ésta vez, que veas los adelantos de un film maravilloso que acaba de salir en Francia y que estoy seguro te gustará como buen melónamos que eres.
Se trata del film 'Le Concert' del rumano Radu Mihaileanu y cuyos adelantos y sinopsis puedes leer aqui:
http://www.leconcert-lefilm.com
Luego me comentas! Buen fin de semana! GusPlanet
¡Ay Vulcanete! Siempre partidos por la mitad.
No sé si era tu intención pero pintas al deseo como una auténtica bestia furiosa. Quizás lo sea.
El hombre que siempre quería estar deseando, irracional, animal. Una especie de llamada de la selva.
Un beso.
Pero siempre recurriremos a esos momentos que quedarán agarrados a nuestra memoria como intensas ráfagas luminosas que nos alejarán de la jodida normalidad, porque a quién le importa la jodida normalidad.
yo tb quiero un polvo como este, que me deje temblando toda la tarde. y que le den, a la jodida normalidad.
un abrazo.
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