9 de febrero de 2010

Donde pongo la vida pongo el fuego


Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo, y juego

lo que me queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.
Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

Ángel González.



Y en la frontera de nunca o amor, el fuego se divide y se multiplica, y se repite desde el fuego en el que pongo la vida, desde la fe segura con la que me arrojo al nunca, desde la postura de la esperanza con la que toco la herida, cada partida, cada perdida, perdida la de ayer, la de hoy perdida. Y no me doy por vencido, y sigo, y juego.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay...

Javier dijo...

Y qué haríamos sin no jugáramos, cada día es una apuesta, y si no apostamos qué vamos a hacer. siempre hay la esperanza de ganar.

Tirando lo triste dijo...

Y porque la ilusión nace cuando se apuesta al todo o al nada, porque el dolor de la pérdida es más grande, pero igual de grande es la alegría del amor cuando se gana.

Argax dijo...

Eres como eres. Esclavo del fuego, satisfecho esclavo del fuego.