26 de abril de 2010

Sunshine



Lo primero que observa al salir es aquella chimenea de metal que gira al viento de la primera tarde de calor. Arriba, tan arriba. Los guiños, al incidir en su acero el sol, como cuchillas en la retina, son veloces, apenas se puede distinguir entre la realidad física que la hace dar vueltas, y el fuego que imagina en su retina, el mismo que aquella vez. Abajo, sobre las aceras, la rutina se desplaza despacio, algún abanico de papel improvisado se agita al aire, y los coches, con la luz poderosa de la tarde, desprenden un brillo irreal, casi mortecino. El primer calor pesa sobre las pieles, aunque la gente lo disfrace con sonrisas desiguales. A él le parece que todo es leve, muy leve. Y se siente hundido en la escena, arrastrado por un torrente de apatía y normalidad, incapaz de apreciar que camina sobre el primer verano. Paso a paso se siente enterrar entre los coches, los abanicos, las mangas recortando la piel de los brazos. Y la chimenea, que por más que ande, sigue allá en lo alto, impasible y ardiente sobre todos, como si se fuera a deshacer a cada instante, arrojando llamas sobre la calle. Saber que las llaman existen, piensa, es a veces una especie de maldición, una jodida maldición. Y al tiempo roza con los dedos la verja del pequeño jardín a lo largo del cual camina, a la misma altura a la que sintió los barrotes fríos sobre su espalda, en enero. No, ya no están fríos, ya no están tan fríos como aquella noche. Y la chimenea no se precipitará. Seguirá allá en lo alto, observándole hasta que se pierda de vista, como un puntito. Hace buena tarde, se dice, y sigue caminando, casi convencido de estar contento, entre tanta normalidad.

4 comentarios:

senses and nonsenses dijo...

...si entre el frío y el calor te ocurre todo esto, no sé a qué llamarás normalidad.

un abrazo.

Javier dijo...

Te has hecho esperar, pero realmente ha valido la pena. Casi se nota esa sensación que por cierto he de reconocer que no me es ajena, creo que todos la hemos sentido alguna vez.

Por cierto me tienes frito con la publicidad, a ver hoy toca......¡¡¡Consigue un iPad!!

Argax dijo...

Niño, como hacía tiempo que no pasaba por aquí, al ponerme al día este micro me ha impactado, me ha aplastado más bien. Bajo el calor y la búsqueda de los barrotes, todo ese autoengaño, mucho apuntado en estas letras tan peligrosas.

Besaco

Timothy dijo...

Gorgeous!