29 de marzo de 2008

Noche barroca.


Discretamente casi escondido en la programación del Teatro Real de Madrid como complemento a las representaciones del Tamerlano, de Handel –ambas óperas barrocas y con el mismo libreto- nos encontramos el jueves noche con una de las veladas más deliciosas que recuerdo en el escenario madrileño. La versión del concierto de la ópera de Vivaldi Bazajet. Una sola representación que por lo tanto sólo pudimos disfrutar unos poquitos afortunados (comprar la entrada el día que salieron a la venta fue toda una odisea internauta)

El mundo de la ópera barroca necesita de una contextualización histórica y musical correcta y que nazca de una inmersión espiritual decidida. No es un tipo de ópera que suela ser demasiado apreciado por el público general de la ópera y más bien recoge adeptos entre los incondicionales de la música barroca en general. Todo esto era evidente en los comentarios que se podían escuchar en el intermedio a los asistentes. Yo mismo confieso que mi interés y comprensión de la música barroca es fruto de mi esfuerzo personal por asimilarla y dejarme llevar poco a poco por su intrínseca belleza.

Pero el jueves íbamos con los deberes hechos y la ópera escuchada en casa. Y el resultado fue realmente cautivador. Vivaldi es un mago de la música, capaz de inyectarnos la belleza en el aire que respiramos, toda la esencia de esa Venecia ya decadente del s. XVIII que retorcía hasta el infinito el hedonismo de sus habitantes y su incisiva recreación en la belleza, fruto del influjo abrumador de una de las ciudades más oníricas del mundo.

Fue un sueño de casi tres horas, y daba igual que no hubiese escenografía, pues el saber hacer de Fabio Biondi y su trouppe de la Europa Galante, rodeada de un conjunto de cantantes solistas de la mejor calidad en este tipo de repertorios nos dejó sin aliento y literalmente rendidos ante esta música de irregular hondura, pero de innegable magnetismo.


El Bazajet es un buen ejemplo de lo que se denomina Pastiche Barroco, en el que el autor recogía arias de otras óperas de él mismo e incluso de otros autores, y las añadía a alguna nueva compuesta ad hoc.
Fabio Biondi, del que ya he hablado aquí en alguna ocasión con cierta pasión, ha recuperado y revisado esta partitura de innegable calidad y lleva varios años difundiéndola por el mundo en una prodigiosa prueba de su idilio con esta obra.

La música vocal de Vivaldi está extrañamente poco explorada, pero el ejercicio de una nueva generación de músicos como el propio Biondi, Rinaldo Alessandrini, o Christophe Rousset están contribuyendo a verla de otra forma a través de sus visiones renovadoras y serias de este tipo de repertorios, basadas en muchas horas de biblioteca estudiando partituras, anotaciones y demás documentos que son esenciales para poder interpretar una música que se compuso inevitablemente unida a una forma de interpretar que hasta ahora se desconocía bastante. A quien le interese este tipo de música yo recomendaría que escuchara alguna interpretación de estos nuevos (ya no tanto en realidad) músicos y renueve su visión de obras que creía monótonas, aburridas o exentas de pasión. No lo fue la interpretación del jueves del Bazajet vivaldiano, que a los que nos quedamos hasta el final nos robó espontáneos y desgañitados bravos a un conjunto que nos respondió sin divismo y con las sinceras expresiones de felicidad de quien es inmensamente feliz haciendo música.

Consiguieron que nos enamoráramos de Vivaldi.

Os dejo con un par de extractos, uno más dramático y otro más movido, para que os hagáis una idea de lo que os estoy hablando.


10 comentarios:

Anónimo dijo...

vi la foto de fabio boni en el periódico y me quedé con esos ojazos.
de la ópera, ya sabes... lamentablemente me deja indiferente.

Martini dijo...

Yo nunca he estado en la ópera...

Anónimo dijo...

Qué suerte tienes de vivir en Madrid y poder acudir a tantísimos eventos culturales... Sevilla tiene una vida nocturna excitante, muchísimo más activa y sórdida que elpropio Madrid,pero culturalmente sólo folclorismo, gitanerías y el Cangrejo Pistolero, para d contar...
Salud y Libertinaje

pon dijo...

Cecilia Bartoli cantando a Vivaldi es para llorar, reír, saltar, bailar, desesperarse, morirse, resucitar y volver a morirse....

NaT dijo...

Te voy a perdonar la ausencia, ehhhhh, pero sólo porque no puedo competir con la música que tanto amas.
Yo me voy a poner los cascos y seguir trabajando.

Muchos besos y ese abrazo olvidado

Tessitore di Sogno dijo...

La musica barroca desde mi perspectiva no tiene precedentes, Bach, Corelli o Scarlatti y esos acordes de clavecínes o la viola da gamba de Savall interpretando a Lully siempre serán para mi notas de amor o como Umberto Eco describiera perfectamente en su "historia de la belleza" a través de ilustraciones.

Este posteo en particular me ha hecho recordar cuando describes como no cualquiera se gana un abrazo tuyo en el de Io t'abraccio de Rodelinda.

Muchos besos desde esta primavera rara.

Fenjx dijo...

a vivaldi lo conozco yo poquico
poco más allá de las 4 estaciones
recuerdo tenerlas en casa en un casette
yo soy muy chopinero
además chopin me recuerda a madrid
a suelo de madera, calefacción, andar descalzo, gata siamesa, metro quevedo y zumo multifrutas del corte inglés

guillo dijo...

EXCELENTE OPERA LA DISFRUTE MUCHISIMO GRACIAS POR RECORDARMELA... MUY AUGUIRIOSOS TODO EL COMENTARIO GUILLERMO

Javier dijo...

Debes ser el madrileño que mejor partido le saca al abono del Real, no es crítica, haces bien.

Anónimo dijo...

Bueníssimos los extractos que aquí nos dejaste. A Fabio Biondi y Europa Galante le escuché un par de veces aqui en Oporto, Portugal y me encantó. Pero apesar de me encantar la musica barroca nunca había escuchado una opera y ahora lo voy a investigar mejor :)

Gracias por compartir
Un saludo