Se trata de una variante que da curso musical a una de las ideas musicales haydnianas más recurrentes: el ascenso hacia la luz, o la recuperación de ésta en la victoria sobre las fuerzas de las tinieblas. Casi todo Haydn gravita en torno a la expectativa de un ascenso hacia la luz. Charles Rosen señala que uno de los grandes gestos musicales de Haydn consiste en una ascensión de notas muy breves escalonadas que llegan a alcanzar una atalaya tonal, expresión simbólica de ese impulso ascensional hacia la luz. Los introitos lentos de las grandes sinfonías últimas también presagian y presienten la oscuridad y tiniebla que se logrará esquivar y vencer. (…) En la sinfonía el reloj, el preludio es pura indeterminación tonal y temática; apenas se puede reconocer la melodía; no hay tema. Parece una página postwagneriana.
Eugenio Trías, El canto de las sirenas, ed. Galaxia Gutemberg.
En este año en el que se conmemoran los 200 años de la muerte del compositor austríaco, no quería dejar pasar la ocasión de usarlo para terminar el año. Un año que, entre otras muchas cosas, me ha servido para conocer a este grandísimo compositor mucho más. Nadie niega que sea uno de los grandes, pero también es cierto que casi nadie lo cita entre sus favoritos, ahogado por el efecto mucho más intenso y sentimental de su gran amigo Mozart o de los primeros románticos, como Beethoven o Schubert. Y sin embargo, todo el universo musical que usó el salzburgués, y la posterior ruptura que se produjo con el romanticismo musical, no tendrían sentido sin el orden y la forma que impuso Haydn. No sólo hablamos de que inventara la sinfonía o las sonatas, como formas de expresión musical que siguieron estando en el centro de la creación musical, sino que inventó una forma de escribir, una forma de hacer dialogar los instrumentos, tanto en la música de cámara como en las sinfonías, que a pesar de todo lo que se ha transformado la composición musical, sigue existiendo como un abecedario imprescindible en el mundo de la música.
Pero en el terreno de la intensidad, Haydn también ha sido objeto de una grandísima desconsideración, pues su inspiración afinada, su humor, y su vivacidad han de ser revisadas detenidamente para descubrir que su música es capaz de provocar una gran cantidad de emoción. Quizá siempre dentro de una fórmula, pero su inspiración es inagotable en su capacidad expresiva y en su fuerza. Así lo creo yo, y pienso que, este leif motiv del ascenso a la luz, si bien de raíz religiosa, es un grandísimo antídoto contra la frustración y el lado más oscuro de la vida. Su humor y su luminosidad pueden casi con todo. Por eso, he querido usarlo para despedir este año, como símbolo del viaje hacia la luz que debe ser, periódicamente, nuestra vida.
Ha sido un año extraño y de cambios para mí, el 2009. De personas nuevas, de emociones nuevas, de universos enteros que ahora también están dentro de mí. De frustraciones y de malos recuerdos, de olvidos y de celebraciones. Pero si algo siento con fuerza es que ha sido enormemente compartido, que he sentido una inmensa cercanía de quienes siempre han estado cerca y de aquellos a los que me he acercado.
En mi viaje anual, ha sido especialmente emotivo rescatar a alguien de un pasado en el que no pudimos encontrarnos para, más sabios, más comprensivos, más capaces de todo, emprender el duro camino de la catarsis y de la creación de una amistad nueva y llena de sinceridad como nunca, que ha sido quizá lo más importante que me ha ocurrido y que me ha enseñado muchísimo a saber, un poquito más, quién soy.
Quizá que con un año nuevo (qué más da la fecha) nos veamos sumidos de nuevo en una tiniebla de tiempo y de personas y situaciones que nos obligarán a vivir de nuevo en el día a día espeso y a veces gris que forma el tejido de la vida. Pero lo importante es que uno tenga la sensación de que se van cumpliendo los ciclos, que va pasando el tiempo y que uno va creciendo y transformándose. De momento, este año que acaba tiene un ascenso importante hacia una luz que es lo que hay que celebrar ahora. Con la del finale lleno de fuerza y luminosidad de esa misma sinfonía 101, llamada del reloj, lejos ya de ese titubeante inicio que he puesto antes, os dejo y os deseo un año de nuevos ascensos hacia la luz para todos.
5 comentarios:
lo bueno es que tenemos otro año más por delante.
y estoy seguro de que, como haces con todo en tu vida, sabras aprovecharlo y disfrutarlo al máximo.
beso.
;)
Hola amigo Vulcano: no podía dejar de pasar por tú blog, éste espacio que tambien comparto, para saludarte y aunque parezca cursi, desearte que tengas un gran año, pleno de proyectos, planes, sueños, y mucha, pero mucha luminosidad ...
¡ Qué así sea !
Por fin se acabó este año, es el final de una especie de pequeña o gran pesadilla según los casos, ahora nos asomamos hacia la incerteza, pero al menos con una cierta ilusión. Así que se impone felicitar la llegada del nuevo año y esperar que al menos nos reporte algunos rayos de sol donde refugiarnos de las tormentas.
Más en extenso (un poquito), gracias por haberme acompañado este año y haberme ayudado también a conocerme más, a ser más yo.
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