17 de abril de 2007

Pequeñas ramas quebradas

Me sucede de vez en cuando. Me da por soñar con personas que se han ido, con deseos que no fueron, con situaciones que ya no se pueden repetir...
Normalmente no suelo tener conciencia de lo que sueño, y esta vida que sucede por la noche tras mis ojos, ahí se queda, sin molestar más, supongo que como un reajuste de las cosas que nos pasan por el inconsciente.
Sin embargo, a veces, esas situaciones que aparecen en los sueños, no sé bien por qué, se cortan con el despertar en el momento más intenso, y esos personajes, como por arte de magia, pasan, desde la mañana ya, a martillearme la imaginación. Siempre que me ocurren estas interrupciones, los sueños corresponden a situaciones y personas que no suelen ser las más importantes de mi vida, pero regresan con fuerza recurrente, como si quisiesen escapar de la censura a la que les obligo en mi mente.
A las personas que necesito olvidar de verdad, las suelo mantener bien en los sueños que no cruzan al día. A éstos no. Supongo que mi voluntad de hacer que estén en la zona oscura no es tan fuerte, o no tan necesaria.
En estos sueños aparecen preguntas a las que jamás podré responder, personas que se fueron sin razón, personas cuyas razones nunca supe entender, personas que me dejaron al borde de abismos... Casi siempre personas ya ausentes, que se fueron sin entender yo muy bien cómo, dejando un rastro irrecuperable de culpa. Esos días me levanto silencioso, y le doy muchas vueltas a la cucharilla del café, como si deshaciendo bien el azúcar en la taza consiguiera disolver los fantasmas.
Es como si, de alguna forma, esas personas me quisiesen decir algo, como si no estuviesen conformes con el olvido al que los tengo relegados, como si quisiesen insistir en que algo no funciona bien dentro de mí. Mi revuelo no suele durar mucho más que un desayuno. Pero siempre me pregunto si, en el fondo, no es ésta una representación más de la insatisfacción que siempre me persigue, de mi inconformidad con la consecución del deseo, de esa disfunción, esa anomalía que a algunos nos impide pararnos y asumir lo que tenemos, aceptarlo sin sucumbir al pozo oscuro que siempre nos llama desde la nada más cercana. Ese pozo que nos llama al imposible, a la necesidad de perseguir los brotes y lamer de ellos, de buscar sin descanso las ramas rotas, de recomponerlas, de sentir la llamada de lo que no existe, pero puede existir. Un desorden del deseo quizá, una necesidad infinita de llenar ese espacio de la imperfección de la existencia. No sé qué será. Siempre pensé que con una vida en general más ordenada (en lo sentimental, en lo laboral) aquello iba a suavizarse... Y de alguna forma así es. Pero la insatisfacción es una especie de estigma, y aparece con fuerza cuando menos lo esperas. Él tiene nombre y apellidos, y debe existir en algún lugar, imagino. No fue tan importante, no influyó tanto en mi vida, pero ahí lo tengo, desde la mañana, mirándome con descaro desde el sueño, intentando componer pedazos de recuerdos que se ha dedicado a extraer a lo largo del día, para dejar que corran por mis neuronas. Ahí está, frente a mí, y me mira fijamente, me mira con melancolía, con melancolía y rencor. Y una parte de mí, inevitablemente, se arroja al pozo sin pensarlo dos veces.

16 comentarios:

Fenjx dijo...

yo en algunos de mis sueños
tengo conversaciones telefónicas
o quedo a tomar café con personas con las que no pude cerrar determinadas historias
personas que por una razón u otra ya no están en mi vida
en mis sueños
ellos me dicen palabras que necesito
y yo les digo palabras que necesito decir
y me despierto

salva dijo...

Niño, una definición propia del hombre es del animal que se encuentra en un estado de permanente insatisfacción.
A veces la insatisfacción está justificada, otras veces no entendemos porqué se da pero surge sin más.
Y eso muchas veces matiza la felicidad, la diluye como el azúcar en el café, la hace menos intensa.
A pesar de que digan que nos tenemos que contentar con las pequeñas cosas que nos provocan la felicidad, valorar nuestra situación desde un punto de vista objetivo no podemos evitar tener siempre esa brizna de insatisfacción, y no podemos erradicarla, sería completamente imposible.

Y respecto a lo de los sueños, a mí lo que describes más que pasarme en sueños me pasa en la vida real, de repente oyes una canción, o ves algún objeto, alguna situación o persona que te recuerda a otra persona, a otro momento de tu vida y en alguna de esas reminiscencias inconscientes te das cuenta de que no actuaste consecuentemente, y que lo que creías olvidado vuelva a resurgir a través de un pequeño matiz de culpabilidad, y no podemos evitarlo, es un ciclo, un círculo cerrado, la pescadilla que se muerde la cola, alguno lo llaman VIVIR, en mayúsculas otro lo llaman NO VIVIR, porque el recuerdo está en el pasado y no en el presente inmediato, pero ¿y la sensación de no haberlo hecho bien, los remordimientos que te atosigan son presentes también?.

Como tú bien dijiste Vulcano, la vida es un camino de dolor, y junto a la felicidad hay otras sensaciones, lo mejor es aprender de ellas, y no sobrevalorarlas ni ningunearlas.

Vaya rollo que te he soltado!!!!!!! sorry. Con lo frívolo que estaba últimamente, con lo carnal que estaba xddd ¡ains vulcano siempre sacas lo más profundo de mí!!!!!!!!!!!! xddd (y no la garganta) lo siento pero después de tanta reflexión no he podido evitar volver a la frivolidad xdd,.

Anónimo dijo...

como pasa contigo, mis sueños son algo que se quedan en el abismo de las noches, detrás de los ojos, como bien dices y apenas son recordados... cuando pasa lo contrario, me gusta disfrutar de lo que ocurrió la noche anterior en mi cabeza y voy dandole más vida de la que se le relega en el olvido.

aunque estoy enfocado al fin del curso, siempre es bueno pasar por una buena lectura.

NaT dijo...

Después de leerte y comprenderte perfectamente, no sé si pedirte que intentes no soñar conmigo, eso significará que sigo en tu vida, que no me he ido, que no me has censurado ni relegado al fondo de ese subconsciente, que sólo sale y se recrea, cuando uno se despoja del control.
Está claro que todos tenemos un él/ella, que como tú dices puede que no sea lo más importante, o así lo queremos creer, pero que está ahí y vuelve. ¿Por qué vuelve? Me pregunto si ese descaro de nuestros fantasmas es lo que los hace significativos aunque intentemos negarlos.

Yo llevo soñando dos noches con alguien de aquí… en el sueño necesita ayuda pero no me deja ayudarlo ¿Qué significará? De momento no me importa que esté en mis sueños :P creo que es en el único sitio donde va a estar.
Un besote soñador

Anónimo dijo...

La insatisfacción nace de nuestra ilusa concepción de un supuesto "estado de felicidad permanente", cuando la satisfacción y la felicidad sólo se dan puntualmente. La realidad y el deseo son por naturaleza ireconciliables: aquélla siempre intenta dar caza a éste, sin conseguirlo más que en ocasiones que tan pronto como se han experimentado se disuelven, pues cuando el deseo se hace realidad nos buscamos inmediatamente nuevos deseos inalcanzables para mantener la eterna oposición.
Salud y Libertinaje

Alfredo dijo...

Lo que pasa es que es Ud. un perfeccionista, Sr. Vulcano. Uno supera estas cosas cuando asume que lo que no puede ser, no puede ser (y además es imposible)

Vulcano Lover dijo...

Mmmmm ¿perfeccionista??? Yo siempre me consideré más un soñador empedernido...

Besos a toditos todos...

luigi dijo...

A veces nos empeñamos, conscientemente o no, en perdernos, con quien no debemos y cuando menos debemos hacerlo. Entre la realidad y el deseo. Pero los sueños, como a veces la vida, sueños son, y para eso están, para soñarlos; que no para vivirlos. Vivir un sueño no es sano, al contrario que hacer un sueño realidad. Pero como uno no decide, al cerrar los ojos, podemos ir de paseo por esa delgada linea que separa, lo que pudo haber sido de lo que nunca será... Somewhere over the rainbow...

Martini dijo...

Te entiendo perfectamente y yo he llegado a la conclusión en uno de eso desayunos en lo que tengo intención de marear el café que la mayoría de las veces es porque siempre queremos más (¿no has pensado que cuanto más durmes más quieres?, pues igual) o que las personas que me (nos) han "abandonado" han sido siempre porque ellos han querido o por circustancias a las cuales no he podido controlar...

Besos, sin permiso ninguno.

senses and nonsenses dijo...

he perdido la capacidad de recordar mis sueños: a veces alguna leve imagen, incoherente, decontextualizada...

un abrazo.

Mathieu Saladin dijo...

Yo me he tirado al pozo tantas veces que ya recuerdo si alguna vez salí de él. Pero lo volvería a hacer 100 veces más. Te lo dice un Onironauta empedernido :)

Pedro-Abeja dijo...

Un huequito en medio de la noche pa mandarte un un besito de buenas noches.

Nos vemos en Sevilla y olé.

Baci baci.

Javier dijo...

Permiteme la boutade, pero tengo un familiar que cada vez que sueña con alguien en concreto, este fenece.
Cuando soñamos liberamos nuestro subconsciente y por lo tanto liberamos nuestros miedos y nuestros deseos, ummmmmmmm, un estado de total indefensión y de absoluta sinceridad.

David dijo...

Veo que lo que a algunos nos atormenta despiertos, a otros se os repite en sueños. Habitualmente me cuesta recordar lo que sueño, sólo me suelen quedar vagas sensaciones, normalmente negativas.

Pedro-Abeja dijo...

Cuántas veces he tenido que mover las pilas de ejemplares de este libro para montar una mesa de novedades extranjeras convincete!

Un besote!

Pedro-Abeja dijo...

No era en este post dd iba el comment, era en el último que has publicado... ups!
Se me ha vuelto loco el ratón... y eso que no es de biblioteca.

Besotes.