21 de noviembre de 2007

Besos imposibles.


Siempre quise besarles, aunque ellos no lo supieran. Desde que los conocí. Suelen tener el color de sus labios ligeramente acentuado en un tono más claro de lo normal. Es mi pequeña obsesión, acercarme a ellos y posar los míos lentamente, casi morderlos y deslizar mi lengua lenta, casi imperceptible, entre ellos. La mayoría se quedan ahí, en deseo que envuelve mi garganta. Algunos casi los he conseguido. Es una cuestión de arrojo, de ese que me abunda en el verbo pero que se repliega cuando la atracción me desgarra. He estado a milímetros de distancia, para retirarme después, como si se tratase de puertas de bronce oscuro que no he osado abrir. Están todos a buen recaudo, encerrados en el palacio que mi deseo ha construido mirada tras mirada, estupor tras estupor. Secretos, ocultos en la más remota sala, disfrazados de color y memoria.


Esos que miro ahora no son los mismos. Pero han invadido la ciudad, y nos observan a todos desde lo alto y desde lo bajo, a ras del suelo o desde las esquinas del subterráneo. Labios puros, imaginados castos, impolutos, apenas rozados por otros. No tengo la menor idea de dónde los sacó Alberto, ni de si los imagino o los tomó del natural, de alguien que pasó a su lado atrapando su aliento, o de alguna dama que a él los expuso alguna noche de invierno frío. Y sin embargo no puedo evitar pensar que aunque sean reales, sólo existieron en su deseo, y jamás cruzaron el umbral de la realidad. Me lo delata esa mirada fija y esquiva que los protege, que levanta ese muro invisible envolviendo el beso imposible. Esos ojos desafiantes guardan con celo la cuerda que ciñe el impulso, que lo paraliza. Lo sé porque lo he vivido, porque lo vivo en los que a mí me persiguen, en los que arden en mi estómago silbando entre los cabellos que me rozan, sobre la piel que me precipita al olor, sobre el vértigo sutil que me borra el olvido.
Esos labios... tan cerca y a veces tan lejos. Esos labios (estos días reproducidos en avenidas, multiplicados sobre nuestras cabezas) los conozco. Los conozco porque los deseo. Los deseo tanto, que sigo sin poder besarlos.

17 comentarios:

Fenjx dijo...

el ansia nos ciega
nos paraliza
nos infelicita
es energía que gira dentro de nosotros como el tambor de una lavadora
se acumula sin salir
y nos explota dentro dejándonos huecos como los del coyote cuando por error ingiere una bomba enorme marca acme
como al inicio de la película de la coixet:
"a veces puedes querer tanto a una persona que el miedo de perderla puede hacer que lo jodas todo"
y a veces como dice en final de este post con piel
todo ese deseo nos aleja del objeto deseado como polos magnéticos del mismo tipo

a veces solo hay que darle la vuelta al imán
darle la vuelta al deseo
coger sus riendas
aún a sabiendas de que es él quien nos conduce
para que los labios puedan al fin hacer clik

Habibi dijo...

a veces es más interestante la irrealidad. a veces es mejor mantener la imaginación trabajando. a veces, incluso, los colores no importan.

Cvalda dijo...

Posiblemente, en la historia, se hayan dado muchos más besos con la imaginación que con la boca...

...sigo soñando...

Anónimo dijo...

Tuve un profesor que decía que convertir lo imposible en posible es tan sencillo como borrar el im.

Muaka.

;-P

David dijo...

Realicemos un estudio de viabilidad sobre las posibilidades de implementación de un beso recíproco sobre una figura en dos dimensiones.

Lo siento, estoy afectado :)

Anónimo dijo...

Não sei se vale mais o desejo de beijar ou a realidade, o que é certo é que esta não existe sem o desejo. Beijos com afinidade electiva e mutua são saborosos.. e intemporais. Quanto vale um desejo? E um desejo não concretizado?
PS O anónimo de ontem em português sou eu, devo ter escrito o texto e distraído enviei e não anotei a identidade. bj

senses and nonsenses dijo...

besos imposibles, deseos secretos, los besos que nunca llegamos a dar, esos besos tb son importantes, esos besos, esos deseos, somos nosotros.

un abrazo.

CRISTINA dijo...

En el blog de Senses, a propósito de un post en el que hablaba entre otros de Cernuda, escribí esos versos:

"ADIÓS DULCES AMANTES INVISIBLES
SIENTO NO HABER DORMIDO EN VUESTROS BRAZOS
VINE POR ESOS BESOS SOLAMENTE
GUARDAD LOS LABIOS POR SI VUELVO"

Anónimo dijo...

eu sonho com um beijo impossivel...

NaT dijo...

Y cuanto se echan de menos cuando los necesitas y aún hoy en las calles secas esos labios, esos besos de papel siguen siendo húmedos, insinuantes, siguen llamando a los transeúntes, te siguen llamando... me siguen llamando.

Besos y abrazos, cálidos.

Síííííi´, hace muhco que no hablamos, me tienes perdida y te tengo perdida, es que no em conecto nada de nada.

pon dijo...

Mejor el deseo, mejor, muuuchísimo mejor.......

Unknown dijo...

A mi me gusta hacer realidad los besos...

Vulcano Lover dijo...

gracias a todos por vuestros comentarios.
Como alguno no es de Madrid, os diré que el post nace del cartel que anuncia la exposición que en esta temporada nos ofrece el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid sobre Durero y Carnach.
http://www.museothyssen.org/thyssen/exposiciones/WebExposiciones/2007/Durero_Cranach/index.htm
El cartel que la anunca está por todo Madrid, representando esta serena Madonna de mirada intensa y labios serenos...

Raúl dijo...

ais, para labios bonitos los mios, pero me temo que nunca formarán parte de un museo...
pero sí, hay labios -no los míos- que despiertan el deseo, y quizá no son para nada unos labios de otro mundo. quizá eso es lo más interesante de todo.

Javier dijo...

Te has percatado en la maravillosa y sensual boca que poseía Durero, me pregunto si será obra de su imaginación o realmente fue poseedor unos labios tan sensuales.

Anónimo dijo...

Total, que vas por todo Madrid loquito por besar. Si eso te la paso a tamaño cartera y la llevas encima, a la Madonna digo...
No será la Madonna que le gusta a Oli ¿no?, jajaja.
Besitos.
Pd: Nos vemos el día 7 ¿ok?.

Anónimo dijo...

Precioso post sobre los labios de las figuras de Durero. Yo sí que siento deseos de besar los labios, pero los de él, está tan guapo en su autorretrato...