7 de enero de 2008

Invierno en Barcelona.


Siempre he medido las ciudades a través de sus habitantes. La belleza de la arquitectura y del urbanismo nunca es completa si no la rodeamos de quienes la aprecian a diario, de quienes la conforman con su imaginario, y con sus deseos caminando entre las piedras. Estas vacaciones de navidad en Barcelona me lo han vuelto a demostrar. La ciudad es ahora una de las “vedettes” más solicitadas del turismo europeo. Impecable en la conservación de su patrimonio, ejemplar en la recuperación de zonas degradadas, vanguardista en la creación de tejidos urbanos que regeneren la ciudad, creativa y única en su forma de concebir la cultura... A pesar de todo eso, uno no puede dejar de tener la impresión de que camina por una ciudad en cierta medida, plastificada. Los ríos de turistas lo invaden todo y una inevitable impresión de torre de babel europea nos acerca más a la sensación de una visita a un parque temático que a una de las ciudades con más sabor y personalidad del mediterráneo. La ciudad es bella, sin duda. De una belleza, además, evidente y provocadora... pero sin sus habitantes, diluidos entre la avalancha, la belleza se queda como huérfana.

Afortunadamente creo que cuento con amigos en esta ciudad y en las que la alimentan, que me ayudan a dibujarla en su entramado más humano. En su pasado más vibrante, en su incomparable sociedad llena de contradicciones y de maravillosa herencia. O en quienes nos regalan sus sueños, que vagan en hilos invisibles por las calles rectas de la ciudad, o su fuerza y su entusiasmo con casi todo. Son pequeñas muestras de lo que vibra detrás del aire de esta ciudad, de lo que viaja en sus vagones sin que seamos conscientes de ello. Son auténticos testimonios, no sólo de la vida que sigue palpitando en la ciudad, sino de amistades antiguas y nuevas. Son las que verdaderamente me hacen considerar a esta ciudad como una de mis ciudades, una de esas ciudades a las que uno siempre desea volver. Así lo haré. Por ellos. Porque son ellos lo más importante que encuentro en la ciudad condal. Y es que más allá de los paseos por las ramblas, de los instantes de silencio en el barrio gótico, de los atardeceres en el ensanche o junto al mar, de las exposiciones o de los restaurantes (tristes si uno no puede compartir sus mesas con un autóctono), están las miradas y las palabras, los gestos de amistad. Por ellos, Barcelona me conquista. Muchas gracias a todos. Ya sabéis quiénes sois.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

bcn es una ciudad en la que he estado tres veces, pero que no he visto, ni vivido.
no la conozco, me suena lejana, diferente, desconocida.
de ella tengo sus postales, su imaginería, pero aún no sé qué me puede dar.

CRISTINA dijo...

ahhhh...nooooooooooo!!!!

Barcelona como un parque temático...¡¡llorando me tienes!!

Escribí un post hace poco de mi última visita a Barcelona. No era ni mucho menos una referencia turística, más bien quise plasmar el recorrido de un par de días y las sensaciones siempre buenas que me transmite Barcelona.

Creo que parte del encanto de la ciudad es precisamente la gente de fuera que la visita. Esa mezcla que ahora se ve en muchos sitios, hasta hace poco sólo era posible en Barcelona.

Pero, por otra parte, en cuanto te apartas dos calles de los recorridos típicos, el sabor de la Barcelona auténtica se encuentra y se vive y se disfruta.

Y, desde luego, lo mejor, como tú dices, recorrerla con alguién que viva allí y que sea tu amigo.

Un beso.

Mityu dijo...

He buscado a Quignard en google, que por algún motivo me ha remitido a ti, cuyo blog he ojeado, escuchado y leído algún poema. No he encontrado al escritor pero sí un nuevo espacio que visitar.

Barcelona es para mí una ciudad amada.Varias veces al año voy, brevemente, y apenas la conozco. Sólo desde hace dos años, por razones muy concretas, surrealistas casi.

Una de ellas es cumplir una cita casi amorosa con el Liceo. No puedo describir qué siento cuando subo las escaleras y aguardo a que se levante el telón.

No quiero describir el olor de las ramblas cuando la ópera termina y sólo la noche y pasos presurosos regresan no sé bien a dónde.

Pero yo, viviría en Barcelona.

Un saludo.

pon dijo...

http://nadamasquepon.blogspot.com/2006/10/la-bella-senyora-del-mediterrani.html#links

Es largo para un comentario, asi que te dejo el link de lo que escribí la primera vez que volví de Barcelona. La llevo en el bolsillo. Me ha encantado tu post, me has llevado allí, aunque siento que nunca me he ido.

Javier dijo...

Esta vez comienzo la ronda de visitas por ti, y me encuentro mi adorada ciudad reflejada en tus palabras, esta ciudad que entre tanto exceso de diseño, tanta pulcritud, y tanto turista haciendo el turista están intentando robarnos, pero aún quedan recuerdos y zonas de esa Barcelona que baja por las Ramblas hacia el mar, aún quedan olores del sur en exceso de plastificación.
Todavía queda el cierto regusto canalla que siempre la ha caracterizado, la Barcelona del Makoki, la de La Burra, la ciudad anarco-sindicalista, porque hay tantas Barcelonas como corazones palpitamos en ella, y a los que nos duele esta ciudad de escaparate, yo soy de los de Manolo Vazquez Montalbán, de los que respiramos Barcelona en cada poro, y nos enrabietamos cuando se pretende vendernos la moto, porque amamos la ciudad de verdad, la que palpita en la Boquería, la que desayuna displicente en Mauri, la que come en Can Cullaretas, o rememora el pasado en el Siete Puertas, o en Can Parellada, ciudad de secretos inconfesables, de noches negrísimas en los callejones del Barrio Gótico, y borracheras en el Sidecar, o cerveza y calamares en el Glaciar. Ciudad de miradas en las esquinas entre vueltas y decoraciones modernistas. La ciudad que ama a Wagner, la ciudad que no se rinde ni a ser segundona de nadie, ni capital del rerapaís. La ciudad bañada por el mar y que creció de espaldas a el, soñándolo más que viéndolo y oliéndolo desde las golondrinas del puerto................

senses and nonsenses dijo...

estoy de acuerdo en todo lo que dicen cristina y pejota, y yo tb recuerdo alguna noche del Glaciar y el Sidecar, qué gracia.
hace mucho que no voy pero te entiendo en esa imagen de plastificación de las ciudades, aquí tb está pasando. que como dices, sólo puedes escapar de esa sensación si te pierdes en las ciudades con gente conocida o desconocida que te la va descubriendo.

a mí tb me llevaste a barcelona un poquito.

un abrazo.

Anónimo dijo...

Qué preciosidad, tengo tantas ganas de conocer Barcelona y de saborear cada pequeño detalle, cada momento singular que tiene que ofrecer... Espero que sea pronto mi visita a la Ciudad Condal
Salud y Libertinaje

Alfredo dijo...

Conozco y amo a Barcelona desde hace muchísimos años, tengo allí buenos amigos. Y es cierto, el turismo está convirtiendo determinados recorridos en un parque temático. Pero eso está pasando también en París, Londres o Cuenca. Es el efecto secundario y no deseado de una excesiva comercialización de la belleza urbana. Por lo menos en BCN no se han dedicado a destruir concienzudamente el centro, caso de mi amado-odiado Madrid.

Cvalda dijo...

Qué suerte conocer gente en Barcelona; quizás fue ese lado humano lo que me faltó cuando visité la ciudad, aunque me gustase tanto...

David dijo...

Hablando de las sensaciones que nos provocaba Barcelona, también me di cuenta de lo que le pasaba. Me temo que tengo varias visitas por delante para poder confirmarlo.
Enhorabuena por la fotografía, es una técnica a explorar.

QuijoteExiliado dijo...

Me alegro de qlo pasaras bien!!

Yo a ver si puedo ir pronto a Barcelona q el año pasado me dejé muchas cosas por ver

Un besazo y Feliz Año!!

PD: AL fianl no nos vimos en Diciembrem, no nos vemos en Navidad. Esto q es??

Vulcano Lover dijo...

Gatchan
Barcelona hay que penetrarla, descubrirla, deshojarla... es sólo así cuando descubres lo que te puede aportar... poco a poco, como todo lo bueno
no?
Besos

Cristina
Es cierto que si uno se aparta de los recorridos turísticos la verdadera barcelona, la de toda la vida, vuelve a latir como siempre... pero es que estos recorridos turísticos en barcelona han acaparado ya a estas alturas algunas de las zonas con más sabor de la ciudad... Y sí, caminar entre cientos de turistas, aunque ellos ni sepan a qué van ni a qué huele en realidad la ciudad (ni les importe) al final desilusiona... Las Ramblas, por ejemplo, ya no son lo que eran... y eso da pena, la verdad... En fin, sería para hablarlo con tranquilidad, no crees??? La sigo adorando, de todas formas.
Besos

Mityu
Tuve ocasión también esta vez de escuchar ópera en el liceu, y sigue siendo una experiencia especial, más allá de cualquier otra consideración musical. En este caso, además, la música fue bastante buena, y la salida, en las ramblas, la verdad, es uno de los pocos momentos en los que recupera cierto sabor autóctono...
Bienvenido, gracias por la visita, espero seguir viéndote por aquí


Pon
Barcelona es de esas ciudades a las que hay que volver periódicamente... no sé por qué, pero no tengo duda de ello... y así lo hago, y siempre me enamora de nuevo, a pesar del turismo.
Besos

Pe-jota
qué te voy a decir... que en tus palabras y en nuestra converación me inspiré para estas palabras... Fue uno de los momentos más entrañables de la visita... Muchas gracias :-)
Besos

Senses
Tienes toda la razón...la mirada hace tanto...
besos

Gato
no debes hacer esperar esa visita...
besos

Alfredo
Bueno, el low cost es lo que tiene... que nostros viajamos barato, pero que todo el mundo viaja barato... no sé si será sostenible mucho tiempo...
besos

Cvalda
Como con cualquier ciudad... la mirada de quien te la enseña al final se convierte también un poco en tu mirada... o en parte de tu mirada.
besos


David
Ya me irás diciendo de esas visitas, que parecen prometedoras, como casi todas las tuyas, jajaja... Gracias por el piropo... aquí en Madrid no hay vidrieras así, pero podemos probar con otros diseños... o nos vamos directamente allí a practicar? :-P
Besos

Quijote
Eso digo yo... esto qué es??? Te soplaré las cosas que no te puedes perder... entre ellas el edificio agbar por la noche (tú ya me entiendes, jejejeje)
Besos

Raúl dijo...

vulcano, cómo te has atrevido a comparar barcelona con un parque temático viniendo de madrid, que siempre se queda en las pretensiones? pero mira, te lo voy a perdonar porque estoy de buen humor.

a mí me ocurre un poco lo mismo con berlín, pero creo que de eso ya hemos hablado. y mi opinión sobre madrid, ya la sabes; a ver si cambia en marzo, aunque sea un poco ;)

Vulcano Lover dijo...

No te enfades, Raúl, que ya sabes que Barcelona me encanta. Lo del parque temático no tiene la culpa Barcelona, sino el exceso de turistas... Pero no te preocupes, que es un efecto generalizado (mal de muchos consuelo de tontos)... Hasta aquí en Madrid, si te bajas el eje thyssen-prado-r.sofía, la sensación de parque temático es evidente... Es más, cada vez también lo es más la gran vía, la plaza mayor o sol... Es un sino (me temo)

Pero no te preocupes. Madrid lo que tiene es que no es una ciudad fotogénica como Barcelona, es más bien una ciudad puzzle, donde para entenderla del todo hace falta encajar piezas que a veces están muy escondidas. Pero ya tengo en mente los paseos que te tengo que dar para que empieces a verla de otra forma... Una vez superado el efecto contraste extremo de esta ciudad, empezarás a percibir lo de mágico que hay en ella... y sin pretensiones, de verdad. No percibo Madrid como una ciudad pretenciosa... más bien como una ciudad donde todo se ha quedado a la mitad... cualquier cosas bella que uno ve, de repente está interrumpida y no tiene continuidad... Ni continuidad ni homogeneidad con lo que le sigue... es una ciudad, pues, de trompicones, de mala planificación,de crecimiento atropellado, de equívocos, de falta de personalidad única... pero al final, si estás atento empieza a nacer esa percepción de la ciudad nueva, llena de rincones, donde las cosas hay que verlas y gozarlas en el momento en que se nos muestran, sin esperar a que haya más... Así de efímero, como la vida misma....

Yo sigo con mis rutas para compartirlas contigo... ya verás.

Bertix dijo...

Yo no tengo amigos en Barcelona, sin embargo es una ciudad que me atrae lo suficiente cómo para no importarme, en un momento dado, mudarme a vivir a ella.

Raúl dijo...

chiquillo, que no me enfado ni mucho menos. acabáramos, ¿yo enfadado por llamar a barcelona "parque temático"? lo que sí me cabrea -y mucho, pero mira- es que tú te hayas comprado unas botas de g-star antes que yo...

me vengaré!

Vulcano Lover dijo...

Y bien bonitas que son... en verde militar, con unos cordoncitos blancos estrechitos supermonos... ay, me siento el rey del mambo con ellas, jajajajjaja

me encantas nuestros diálogos en posts atrasados... con el cierre de tu blog creía que había terminado aquello. >me alegra que podamos seguirlo aqui, jejejeje
Besos.