4 de agosto de 2008

Despedidas.

Fernando Argenta y Araceli González Campa.

La semana pasada la radiotelevisión pública puso punto y final a uno de los programas que desde mi punto de vista más han contribuido a la difusión de la música clásica en nuestro país. La prejubilación de Fernando Argenta y Araceli González Campa, en una de esas maniobras de naturaleza inhumana (también llamados ERE) que a veces incomprensiblemente realizan tantas empresas hoy en día, ha provocado el final del programa de radio que Fernando dirigía y presentaba desde hace más de 32 años: Clásicos Populares.

Clásicos Populares siempre se ha caracterizado por un indudable espíritu didáctico y con él se han aficionado generaciones de niños y de adultos a este mundo tan especial y tan enriquecedor que es el de la música “seria”.

Yo les he seguido intermitentemente a lo largo de muchos años en su emisión diaria a través de Radio1 y Radio Clásica. Pero en el último año diversas circunstancias han hecho que les escuche cada día a las tres mientras vuelvo a casa del trabajo. Han sido siempre una compañía excepcional que mientras cruzaba la ciudad me conseguía evadir de todos los problemas por dura que hubiese sido la jornada laboral y al tiempo me dibujaba una sonrisa de felicidad. La del placer por la música reconocido en la forma de hacer y de presentar este programa. A Fernando estoy seguro que muchos le criticarán por su aparente carácter campechano, por su simplicidad a la hora de comunicar, por su falta de seriedad a veces. Y sin embargo cualquiera que tenga conocimientos musicales sabe que es alguien con una amplísima formación en musicología que no nos inunda con su conocimiento, sino que se sirve de él para combinar entretenimiento y rigor como herramienta didáctica que ha hecho entender, aficionarse y sobre todo dejarse contagiar de su entusiasmo a tantísimos oyentes a los que ha hecho entrar al mundo de la música clásica de la forma más efectiva. Su labor, por lo tanto, es impagable y creo que con sinceridad no valen las críticas cuando el resultado es evidente.

Todos los melómanos nos reconocemos entre sí y somos conscientes de la dimensión tan enriquecedora para la vida que supone el amor a la música culta, el universo precioso e insustituible que nos proporciona. Los que como yo hemos aprendido a amarla en familia hemos sido unos privilegiados, pero sabemos también que es un mundo con un acceso difícil y que requiere esfuerzo y trabajo por querer aprender y entender muchas de las cosas que se escapan a un neófito y que son necesarias para poder disfrutarla de verdad. Por ello, también somos conscientes de la importancia de que existan programas así de libres y comprometidos, que llevan tantos años contribuyendo a la difusión de esta parcela de la cultura que los que conocemos sabemos cuánto puede contribuir al desarrollo personal y a la humanización de la vida. Así, considero una pena no ya la retirada de este programa de la parrilla de la programación, sino más bien la forma tan aséptica en que radio nacional ha hecho finalizar el programa y la labor de estos dos maravillosos profesionales (afortunadamente los oyentes y sus compañeros de oficio han dejado en la web de rtve y a través de las ondas el homenaje merecido y sincero de todos los que nos hemos sentido tan acompañados por el viaje de descubrimiento y de placer con el que nos cuidaban día a día) y también el aparente vacío que dejan, que no parece vaya a ser sustituido por nuevos proyectos de naturaleza similar.

Yo desde aquí quiero dejar a todo el equipo del programas mi agradecimiento por la labor que han realizado en todos estos años. Y la esperanza de que programas como éste vuelvan a nacer en la radio y en la televisión pública, pues la cultura musical de nuestro sistema educativo está tan llena de lagunas en este sentido que la labor didáctica que desde los medios de comunicación públicos se pueda llevar a cabo me parece fundamental.

Os dejo con el enlace al programa del viernes, que fue un resumen de momentos muy intensos de la historia del programa, creo que merece la pena escucharlo, sobre todo para el que no conociera el programa. Toda una lección de cultura, emoción, entretenimiento y humor.

Y como última aportación, una de las anécdotas que más me emocionaron de los últimos tiempos. Hace meses, mientras realizaban en directo una entrevista a la famosísima mezzosoprano italiana Cecilia Bartoli en su última gira por España, se abrieron los micrófonos para que los oyentes pudieran participar en el programa (cosa que afortunadamente siempre han hecho mucho) y felicitarla personalmente. Ocurrió entonces que un señor de Palencia llamó a la emisora, profundamente emocionado de poder hablar con Cecilia a la que admiraba muchísimo. Fernando Argenta, que siempre ha sido muy curioso, le preguntó qué estaba haciendo. Él contestó que estaba montado en su tractor, arando el campo, que siempre ponía Clásicos Populares a las tres, que le acompañaba mucho.
Imaginar esos campos silenciosos de Castilla atravesados por la bellísima voz de la Bartoli era algo tan embriagador que ella misma confesó su agradecimiento y emoción por compartir algo tan sumamente bello e íntimo a la vez. Sí, algo tan bello e íntimo como sólo la música puede conseguir: abrir el tiempo y dejar que nos alejemos del mundo para descansar un poco del terrible peso que a veces supone existir, para entregarnos a la música, que también es existir, y lo es en una de sus vertientes más intensas, de las que más ganas de seguir viviendo nos pueden contagiar, porque en ella se concentra gran parte de la grandeza del ser humano con sutil e inefable belleza.
Algo así como lo que el gran Mozart nos hacía sentir con tanta facilidad con músicas como la que hoy os dejo, que no por ser compuesta en una muy temprana juventud es menos certera en hacernos vislumbrar la eternidad.
E imaginar tras ella los campos y su silencio. Y detrás de ellos el nuestro, como en tantos y tantos mediodías que se han ido ahora para siempre.

9 comentarios:

-- dijo...

pues vaya.... a ver que ponen en su lugar... yo hoy voy a ver Carmina burana.. no se si pasa por clásico popular pero clásico tiene un rato.. a ver que tal :)

Tomás Ortiz dijo...

Desde que era adolescente me entusiasma la música clásica, algo que me valió el apelativo de "raro" entre alguna gente. Menos mal que sólo me tachaban de "raro" por eso...

Es una lástima el fin de este programa, yo lo escuchaba antes, hace mucho que no lo seguía, pero reconozco que marcó una etapa de mi vida, ésa en la que descubría el sota, caballo y rey de la música clásica.

Una pena.

senses and nonsenses dijo...

y antonio gasset, o rosa m. calaf, y otr@s...
no entiendo nada...

un abrazo.

Javier dijo...

El sentimiento de desconcierto comienza a convertirse en algo habitual, al menos para algunos, ya que estamos viendo como profesionales de prestigio, poseedores de un buen hacer y que son enormemente válidos son desplazados, relegados, prejubilados como si de trastos viejos se tratasen, uno acaba por no entender qué está sucediendo en este país, es el demérito de la experiencia y el triunfo de lo banal, lo inmediato, el escaparate de falsas y juveniles vanidades.
Sinceramente, no entiendo nada.

mikgel dijo...

Hará como diez años escuchaba el programa casi a diario, yo que no tengo especial apego por la música, que la tengo de fondo y me da igual una que otra, también apreciaba a Fernando y Araceli.

mikgel dijo...

Hará como diez años escuchaba el programa casi a diario, yo que no tengo especial apego por la música, que la tengo de fondo y me da igual una que otra, también apreciaba a Fernando y Araceli.

NaT dijo...

Sabes, ayer mismo mi madre y yo lo comentábamos, que qué pena ya no tener el programa, porque reuerdo de siempre las comidas aqui teniendo Clasicos Populares puesto. Ya sabes que los horarios aqui varían mucho y comes a unas horas muy raras.
Ha sido una pena no haberos visto el finde que estaba Roberto por aqui, pero las obligacione familiares son las obligaciones. Volveré el 20 y los de Jaén vienen ese día o el 21 y se quedan en casa hasta el 24 ¿Nos veremos? ¿Estaréis por aqui? ¿Tomaremos algo en la terracita? que me lo debes y además tengo aún tus regalos de cumple...
Mientras tanto disfrutad de los días y del calor como podáis.
Un beso enorme

Anónimo dijo...

nunca he escuchado el programa más que por accidente, ya sabes que la música clásica (salvo excepciones) me supera, pero valor enormemente su trabajo.

CRISTINA dijo...

Es una pena.
Ayer lo hablábamos entre unos amigos. Ellos, entendidos y amantes de la música clásica, algunos también músicos, estaban realmente desilusionados por la noticia.
Yo, a pesar de estar rodeada de músicos y música, también desde mi infancia, reconozco que soy una total ignorante en el tema, o casi, pero sé el valor de un programa como el que hacía Fernando ARgenta y lo que he disfrutado escuchándolo.

Un beso, Vulcano.