"Y bajo los congresos, las giras, rodajes,
las ferias agrícolas y convenciones,
gira inexorable el otro engranaje,
la noria invisible de las transgresiones."
Jorge Drexler
La noria invisible que gira en nuestra cabeza. La sutil tentación de trasgredir. La transgresión misma. Esa otra vida que todos llevamos dentro. La vida en constante duda, en perpetuo caminar por un borde de vértigos, por un acantilado de afilada arista. La vida a un lado y la no vida al otro. Y las nubes que arrecian. Porque siempre arrecian. Porque incluso en la mayor de las felicidades, siempre está ahí el abismo de la necesidad de saber qué hay bajo la escarpada arista.
La necesidad inexorable que siempre impulsa, que empuja esa débil concepción de lo que somos. ¿somos lo que somos, o también lo que no somos? ¿por qué somos? Vivimos en perpetua elección, en un continuo abandono de vías que no sabemos dónde llevan, que se pierden el el horizonte difuso del abismo. ¿Por qué debemos elegir? ¿Hemos elegido bien?
La vida es un universo infinito, y a medida que lo vamos viviendo, más conscientes somos de lo infinito que es, y también de lo ínfimos que somos nosotros. Y así, se va abriendo poco a poco esa brecha inmensa entre la realidad consciente y lo que no sucede, que pasa a ser olvido, y a veces deseo. Imposibles que nos empequeñecen ante el gran sin sentido de vivir tan poco, tan pequeños. Tan pequeños, y tan inconscientes de nuestra pequeñez. Pero a la vez, cada elección, cada irrepetible camino elegido, a pesar de dejar atrás otro universo, nos regala uno único, grande, sin igual, que con frecuencia no admite otros para ser vivido.
La vida está hecha de renuncias, pero cada renuncia implica una ganancia: la de vivir de forma plena el camino elegido. Es una cuestión de calidad, de asunción de nuestra humana grandeza, de nuestra humana miseria. Los otros universos siguen ahí, y para ellos quedó el mundo del deseo y los sueños, la literatura y la palabra, la mente y los instantes de (in)visible transgresión... ¡Qué sería la vida sin ellos!
La necesidad inexorable que siempre impulsa, que empuja esa débil concepción de lo que somos. ¿somos lo que somos, o también lo que no somos? ¿por qué somos? Vivimos en perpetua elección, en un continuo abandono de vías que no sabemos dónde llevan, que se pierden el el horizonte difuso del abismo. ¿Por qué debemos elegir? ¿Hemos elegido bien?
La vida es un universo infinito, y a medida que lo vamos viviendo, más conscientes somos de lo infinito que es, y también de lo ínfimos que somos nosotros. Y así, se va abriendo poco a poco esa brecha inmensa entre la realidad consciente y lo que no sucede, que pasa a ser olvido, y a veces deseo. Imposibles que nos empequeñecen ante el gran sin sentido de vivir tan poco, tan pequeños. Tan pequeños, y tan inconscientes de nuestra pequeñez. Pero a la vez, cada elección, cada irrepetible camino elegido, a pesar de dejar atrás otro universo, nos regala uno único, grande, sin igual, que con frecuencia no admite otros para ser vivido.
La vida está hecha de renuncias, pero cada renuncia implica una ganancia: la de vivir de forma plena el camino elegido. Es una cuestión de calidad, de asunción de nuestra humana grandeza, de nuestra humana miseria. Los otros universos siguen ahí, y para ellos quedó el mundo del deseo y los sueños, la literatura y la palabra, la mente y los instantes de (in)visible transgresión... ¡Qué sería la vida sin ellos!
18 comentarios:
Sin ellos la vida seria tan triste y sencilla, que no seria la misma, y quizas no la llamariamos vida. Lo bonito es elegir caminos, y no plantearse demasiado que hubiera pasado si... es un poco perdida de tiempo lamentarnos por lo que nunca podrá ser (no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamas sucedio) y vivir, sabiendo que las cosas no suelen ser mejores ni peores, son, simplemente, y hay que disfrutarlas...
¿Si somos lo que no somos? Totalmente. Nuestras elecciones marcan nuestro camino, de ahí esa nausea sartriana que nos acecha en cada bifurcación. Uno querría mantener siempre un pie en cada rama del sendero. Y cuando tomamos conciencia de la imposibilidad de hacerlo, del hecho de que las ramas acaban separándose tanto que nos obligan a decidir o caeremos al abismo, entonces desearíamos tener dos vidas.
Curioso. Tengo un post a medias sobre este mismo tema. Parece que un mismo "virus" infecta ciertas partes de esta mini-blogosfera.
Un abrazo ;-)
"La vida está hecha de renuncias, pero cada renuncia implica una ganancia"
infelizmente fazemos demasiadas conseções na vida...em nome de principios (ou não) vivemos travestidos, violentads e representamos uma personagem que muita das vezes nada tem a ver com o nosso interior. Como não vivemos o tempo de algumas tartarugas - isto é 200 e 300 anos, porque havemos de passar a vida a renunciar...eu falo por mim, quantas e quantas vezes!!!
Pues, querido Luis, ni aunque viviésemos 1000 años podríamos dejar de tener que renunciar... Supongo que la finitud tiene eso. Creo que, como dice mi querido inquilino, somos mucho lo que no somos, en la forma que sea, pero yo siento que mi interior está lleno de cosas que no soy, de cosas que no logro ser, de cosas que no pudieron ser. Nos vamos haciendo complejos, construídos de aire, de espacio, de silencios, de deseos... pero aún así somos nosotros, en la complejidad que provoca ese sueño turbador de ser infinitos. Mientras nos construímos así, estoy con Luigi, disfrutar de cada instante, de cada elección... Pero las ramas abandonadas siempre nos acecharán, me temo...
Algo me decia ayer que tenia que leerlo con tranquilidad, y reálmente no me equivocaba, somos la suma tanto de lo vivido como de lo deseado y no vivido que pasa a formar parte de nuestra propia mitologia, lo vivido siempre es una elección personal motivada por las circunstancias, a veces opciones asumidas de forma reflexiva, a veces meros impulsos de los cuales arrepentirse es absurdo, ya que aunque una valoración posterior nos lleve a pensar que podiamos haber escogido otro camino, esta ya ha sido recorrido y poco o mucho algo ha marcado nuestra vida para siempre.
El camino de los deseos es otra cosa, es un sueño, una fantasia un a veces intentar huir de una realiadad que a veces se nos hace opresiva, por muy escogida que sea. Y ese intento de huida de la rutina alimentado sueños descartados tambien conforma parte de nuestro propio yo, un yo que no por recondito, deja de ser una parte fundamental de nosotros. El hecho de ser descartes no implica que sean algo subsidiario, a veces los descartes dicen mas de uno que las propias elecciones, ya que a veces vienen dados por la mediatización del entorno y no por actitudes reflexivas.
Siempre me he quedado con lo que soy como con lo que me hubiera gustado ser, en ambos casos siempre soy yo, y no se cual de los dos es mas verdad, los dos intento vivirlos e imaginarlos intensamente, mi realidad y mi fantasia, el de verdad y el imaginado, aunque siempre he creido que mi yo real es mas interesante que el imaginado.
Pe-jota, suscribo 100% lo que me dices... Ays! es que esa forntera de la trasgresión es a veces tan delgada... tan tentadora!!!
Besos, transgresores.
Me encanta el dibujo, muy Magritte ya visité la página de la autora :)
Sé que tengo un universo infinito aquí y en otra vida que yo misma elegiré en algún momento... hoy me conformo con meter los pies en los charcos; siempre elijo esos a al asfalto seco, consiento en ver bifurcados los caminos y poder decidir cual quiero tomas; no siempre el correcto, pero al fin y al cabo es el mio, son mis errores y mis aciertos... y así podría seguir párrafos y pásrrafos, pero he de lidiar una batalla con una maraña de ramas que me impiden el paso.
Besos desde el bosque oscuro.
pero qué hay más en nuestra vida... de lo que somos o de lo que no somos? muchas veces elegimos un camino pero renunciamos a más de uno... ni siendo gatos y teniendo siete vidas diferentes creo que conseguiríamos vivirlo todo... es curioso... y a pesar de ello solemos ser felices!!...qué cosas... en fin,
un besito!
(por cierto, el de las fotos de abajo eres tu? simple curiosdidad...)
Nat, equivocarse forma parte de la vida, y precísamente somos tan especiales porque llevamos a cuestas nuestros errores y sus superaciones... Eso nos hace grandes... Y hermosos... como tú, guapa...anda, sonríeme un poquito hoy, sí?
Besos con doble ración de lava.
anita sí, el ser conscientes de ello nos hace ganar la partida (mayoría de las veces) a la felicidad... (y sí, el que se ve en la foto -y el que medio se ve también- soy yo... ¿¿decepcionada???)
Lo peor de todo es que después de estar caminado por el abismo, eligiendo y renunciando, todo sea para nada. Que nuestras decisiones tengan una influencia tan mínima como nosotros mismos sobre el orden de las cosas. Que al final lo que se impone es el "lo que tenga que ser será". Pero parece que no es humano aceptar eso y seguimos luchando y seguimos eligiendo y renunciando. No sé si decir "afortunadamente".
Un beso.
Pedro, yo no creo que el destino sea algo impuesto e inevitable. Hay algunas cosas en la vida que sí lo son, desaforunadamente, pero en la mayoría de las cosas, el destino tiene demasiadas posiilidades como para pensar que es algo fijo e insalvable. Nosotros, con nuestras elecciones, lo vamos esculpiendo. Sí creo más en las consecuencias de las elecciónes. Mejores o peores con respecto a nuestras expectativas, a nuestras ilusiones, a nuestros ideales... Pero aún así, también las "malas" elecciones nos conforman de la forma que somos, con su dosis de dolor, de crecimiento y de belleza... Uno también es sus errores, pero eso lo hace tremendamente humano, por fortuna...
Un beso
Tantos componenentes y posibilidades posibles en una sola vida que hace engrandecerla y simplicarla al mismo tiempo sin saber con que quedarte exactamente o mas bien...que dejar.
Por eso a veces me grito a mi misma desde dentro para que no pare de dejar de hacer...A mi me da mucho miedo llegar a los momentos de encrucijada(como yo los llamo..sin tener tanta connotación desesperada en la mayoria de los casos)cuando el elegir supone en la mayoría de los casos que pasará con lo que dejé,pero como dice Luigi..es mejor eso,dejarlo ahi,a un ladito.
Supongo que lo mas importante,al fin y al cabo,es ser muy consciente por donde andas,y por qué elegiste este y no aquel...asi,todo tiene sentido y puedes vivir...
Cogemos un poquito de cada elemento cada dia...y vivimos.
Besos,azules.
Los garabatos...para muy prontito,bieeen!!
guapooooooooo! ;)
Drexler, mi faro espiritual.
Las transgresiones son los elementos que nos hacen crecer, aprender, descubrir nuevos mundos.
Porque lo que importa no es lo que nos enseñan a respetar, a comprender, a reconocer.
Lo que importa en verdad son los 12 segundos de oscuridad.
Saluditos apretados
azul, prepara el rotulador que voy para allá y espero ya una hoja de ruta---> besos azules.
anita, que me ruborizas... Jajajaja. Besos, guapa.
reality bit, bienvenido a mi volcán y gracias por la visita... NO sé si has visto un post que hice sobre el nuevo disco de Drexler, tiene fecha de 21 de septiembre. En tu blog he entrado alguna vez,pero no me atreví a comentar. Te devolveré la visita y los saludos de cerca. Apretados. 1 beso
hoy, ahora, en este momento en el que se me cuelga la última palabra de tu texto, lo que has escrito me ha ayudado, a creer un poco más...
solo paz.
si se puede más.
efesor precioso, te echaba de menos... Para cuándo ese puente entre mares, entre universos, entre esos personajes tan nuestros que nos acompañan desde septiembre en tu sonrisa, en mi mirada perdida..?
vulcano, ya encontré tu post sobre "12 segundos de oscuridad", ahí te he dejado mi granito de arena.
Jo, me ha encantado descubrirte.
Saluditos apretados
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