(Quizá del lat. vulg. *abyssimus, der. de abyssus, y este del gr. ἄβυσσος, sin fondo).
1. m. Profundidad grande, imponente y peligrosa, como la de los mares, la de un tajo, la de una sima, etc. U. t. en sent. fig. Se sumió en el abismo de la desesperación.
2. m. infierno (ǁ lugar de castigo eterno).
3. m. Cosa inmensa, insondable o incomprensible.
4. m. Diferencia grande entre cosas, personas, ideas, sentimientos, etc.
5. m. Heráldo. Punto o parte central del escudo.
6. m. Nic. Maldad, perdición, ruina moral.
Abismo siempre me ha parecido una palabra grande y sagrada, a la que me he ido acostumbrando con el discurrir de los años.
Dice el diccionario de la Real Academia que abismo es una profundidad grande, imponente y peligrosa, como la de los mares, la de un tajo, la de una sima, etc.
Durante gran parte de mi niñez, encontraba esta definición algo oscura y dolorosa, nada que ver con esa espléndida sensación que me producía la contemplación del atlántico infinito desde aquel faro tímido que observaba mis pasos todos aquellos veranos de julio. El abismo pintado de azul de innumerables matices no podía ser peligroso.
Poco después, la vida comenzó a brindarme esos momentos de mareo vital de la existencia, que tenían más que ver con el otro lado de la contemplación del abismo. El diccionario se atreve a dar un ejemplo: “se sumió en el abismo de la desesperación”. Sí, algo así sentía yo a veces. El abismo comenzaba a dibujarme poco a poco sus dos inseparables caras.
La segunda definición del diccionario alude directamente al infierno, lugar de castigo eterno, aclara. Me parece una combinación de palabras espantosa, para mí que la crearon los mismos que ante el lado oscuro de los abismos se dejaron dominar por el pánico y sintieron envidia de los que seguían viendo el azul intenso en ellos.
Pasando a la tercera acepción, me encuentro con la definición siguiente: “cosa inmensa, insondable o incomprensible”. Sí, es cierto, en todo este tiempo he aprendido que ese estupor ante al abismo sólo lo podía superar admitiendo que su naturaleza es insondable e incomprensible. Y que a pesar de todo la vida es diminuta y sencilla, más agradable en sus momentos de gloriosa mediocridad, esos en los que uno se ríe un poco del abismo.
La cuarta definición me aclara muchas cosas: “Diferencia grande entre cosas, personas, ideas, sentimientos, etc”. Tanto tiempo buscando una misteriosa razón que explique el desconcierto que siento ante la inmensidad me ha conducido irremediablemente a pensar que nunca he sabido contemplar con serenidad lo desconocido, lo inabarcable. Y sin embargo lo diferente existe, lo infinito también. Y existen ambos a pesar de que ante ellos demostremos miedo o silencio, respeto o furor.
Al llegar a esta altura del diccionario, siento que ya es suficiente, que no necesito leer más. Tomo las llaves del coche y subo a él. Dejando atrás el atasco de la ciudad, me dirijo hacia el norte, al atlántico de mi abismo preferido. A ese azul que me reconcilia con el mundo y su imperfección. Además, el mejor pulpo a la gallega del mundo lo hacen allí al lado, en la playa. Pero eso, creo que no lo indica el diccionario.
Dice el diccionario de la Real Academia que abismo es una profundidad grande, imponente y peligrosa, como la de los mares, la de un tajo, la de una sima, etc.
Durante gran parte de mi niñez, encontraba esta definición algo oscura y dolorosa, nada que ver con esa espléndida sensación que me producía la contemplación del atlántico infinito desde aquel faro tímido que observaba mis pasos todos aquellos veranos de julio. El abismo pintado de azul de innumerables matices no podía ser peligroso.
Poco después, la vida comenzó a brindarme esos momentos de mareo vital de la existencia, que tenían más que ver con el otro lado de la contemplación del abismo. El diccionario se atreve a dar un ejemplo: “se sumió en el abismo de la desesperación”. Sí, algo así sentía yo a veces. El abismo comenzaba a dibujarme poco a poco sus dos inseparables caras.
La segunda definición del diccionario alude directamente al infierno, lugar de castigo eterno, aclara. Me parece una combinación de palabras espantosa, para mí que la crearon los mismos que ante el lado oscuro de los abismos se dejaron dominar por el pánico y sintieron envidia de los que seguían viendo el azul intenso en ellos.
Pasando a la tercera acepción, me encuentro con la definición siguiente: “cosa inmensa, insondable o incomprensible”. Sí, es cierto, en todo este tiempo he aprendido que ese estupor ante al abismo sólo lo podía superar admitiendo que su naturaleza es insondable e incomprensible. Y que a pesar de todo la vida es diminuta y sencilla, más agradable en sus momentos de gloriosa mediocridad, esos en los que uno se ríe un poco del abismo.
La cuarta definición me aclara muchas cosas: “Diferencia grande entre cosas, personas, ideas, sentimientos, etc”. Tanto tiempo buscando una misteriosa razón que explique el desconcierto que siento ante la inmensidad me ha conducido irremediablemente a pensar que nunca he sabido contemplar con serenidad lo desconocido, lo inabarcable. Y sin embargo lo diferente existe, lo infinito también. Y existen ambos a pesar de que ante ellos demostremos miedo o silencio, respeto o furor.
Al llegar a esta altura del diccionario, siento que ya es suficiente, que no necesito leer más. Tomo las llaves del coche y subo a él. Dejando atrás el atasco de la ciudad, me dirijo hacia el norte, al atlántico de mi abismo preferido. A ese azul que me reconcilia con el mundo y su imperfección. Además, el mejor pulpo a la gallega del mundo lo hacen allí al lado, en la playa. Pero eso, creo que no lo indica el diccionario.
17 comentarios:
Muy interesante.
Y el vacío.
Sobre todo el vacío para los que sufrimos de vértigo.
Lo peor nunca es el infierno: es el vacío: la nada. El caer eternamente...
El abismo, sí.
Saludos.
Precioso post. Quizá es que los sentimientos abismales forman parte de mi, o eso creo creer.
En cuanto a los abismos que vamos encontrando y sorteando en nuestra vida diaria; caemos en todos y de todos logramos salir, por nuestro propio pie o aferrándonos a la mano que se nos tiende. Tú ya sabes que mi mano la tienes ahí; cerquita, para cuando creas que es necesario utilizarla. Esa mano no se vuelve inquieta ni impaciente, sólo silenciosa en su espera.
Quizá si hubieras seguido leyendo y jugando al juego de los sinónimos, hubieras llegado a la conclusión de que abismo no es una palabra tan mala. Yo jugué y me salió esto:
Abismo-> Piélago-> Mar-> Coste-> Valía-> Aprecio -> Cariño-> Amor
Claro que me habría gustado más que me hubiera salido la dirección de ese pulpo a la gallega ;)
Besos mi niño, abismales -> en su apreciación de profundos-> hondos-> íntimos-> intrínsecos-> exclusivos-> especiales
siempre he tenido una clara predisposición a cualquier tipo de abismo... aún no sé si esto ha sido positivo o negativo, sigo luchando para no caer definitivamente, supongo.
un abrazo.
Sigo en mi linea (vamos, que no leo tus post, que me dan mucha pereza y soy la mar de vago, pero yo te lo digo ehh, no te engaño), así que solo paso, saludo, meto la palabra Maxim por algun lado y te envío una sonrisa.
;-P
Que bien se ven las cosas desde fuera... Creo que yo ando un poco salido, del abismo. Que ya me tocaba. Curandome aun algunos cortes que me hice alli abajo y con mis ojos acostumbrandose a la claridad.
Yo no es que me caiga, es que a veces me gusta tirarme. Y si hace falta me tiro a por ti. Que lo sepas. Despues Nat nos coge de la mano y esperemos que no se caiga ella con nosotros.
1 beso muy fuerte que atraviese no el abismo, si no el llano que nos separa... ;)
Pd: ¡Quiero pulpoooo!
Yo es que tengo un vértigo que se caga la perra y ante los abismos tengo que agarrarme a lo primero que encuentre porque me pasa algo curioso: me entran ganas de tirarme. Instinto autodestructivo? Quizá pero es que eso de andar por el borde del abismo y descender a sus profundidades para ver qué hay en ellas, me encanta. Si el tío es un poco raro, misterioso, con tintes oscuros que no dejan ver todo lo que hay, con tendencia a darte quebraderos de cabeza y sentimientos extremos... me lanzo de cabeza al abismo.Y así con todo en al vida (creo). Los llanos no son lo mío. Qué más quisiera yo!
Muchos besos
un abismo es lo que encuentro ahora mismo, después de ver la foto de pedro... jajajajaja!!!
Esta mañana he escuchado a Fabio Blondi y sus Cuatro estaciones... Si bien no voy a negar que su interpretación es virtuosísima en numerosos pasajes, también tengo que decir que en otros pasajes sacrosantos de las Cuatro estaciones peca de excesivo vanguardismo al querer modificar un ritmo y una melodía tan magistrales que ofende que se las cuestione a estas alturas. Pero quitando estos sobresaltos (a lo mejor soy muy clásico para la música clásica) he disfrutado mucho con su arte.
Abismo... es una palabra estremecedoramente deliciosa. A mí me sugiere eso, un estremecimiento, una piel de gallina por encontrarte frente al vacío, a la nada, al límite de la realidad... y quizás al comienzo de otra. Me han dado ganas de escribir sobre el abismo, sí señor.
Salud y Libertinaje
esta palabra nunca me ha generado vértigo... más bien búsqueda o descubrimiento de lo que desconocemos.... y bueno... de la RAE igual mejor no hablar..
besos
No te preocupes, la despedida de Wojtek no va a frenar que vaya a Madrid porque precisamente esta ciudad es otra de mis amantes :-p Además, está viviendo este año allí mi habib, al que yo quiero más que a nadie... pero ese es otro asunto sobre el que quiero escribir pronto.
Eso sí, estaría bien que a fines de febrero nos encontrásemos en Madrid y charláramos, tiene que ser maravilloso hablar con un hombre tan interesante que por añadidura mide dos metros (mmmm) jejejej
Salud y Librtinaje
Tal vez sea mi condición de investigador, algo innato en mi, me gusta mucho destripar las cosas, pero a mí los abismos siempre me han dado inquietud pro conocer lo que ocultan, necesidad de asomarme a ellos, de bajrlos incluso donde sea posible. Y cuidado que no solo hablo de los abismos físicos de la naturaleza, sino los interiores del ser humano. Lo desconocido me ejerce una gran atracción!!
Feliz estancia atlántica... me estoy acordando de ti estos días( cosas de la mente )porque estoy leyendo un libro de cuentos titulado "El humo del Vesubio"...
Un abrazo.
Me has recordado no a galicia, si no a mis vacaciones en isla cristina este verano... pero verás, porque fui a la barbillita de la península (que ahora no recuerdo el nombre)... eso si era abismos, grandes... y esa masa azul rodeándome...
Besos abismales, con tu permiso.
Sufro de vértigo. Bon profit.
A mi el abismo me habla de separación.
Los abismos en cualquier caso siempre pueden ser un buen punto de referencia para ponernos en perspectiva frente a cualquier situación o distancia...
Lo importante es ser consciente de ello, supongo.
yo me quedé lejos ya de uno de ellos y ahora solo tomo senderos llanitos y sin prisa o miedo de encontrarme con cualquier accidente geográfico ;-)
buen viaje renovador y disfruta del pulpo...que eso si que está en otra parte del diccionario...antes de la -o-, lejos de la -a-.
besos, hermoso.
Dejemos que las palbras crezcan y nos transporten en su interior, no las analicemos y sí dejemos que den sentido a nuestras sensaciones.
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