5 de noviembre de 2007
En la médula del otoño
Sentir los últimos rayos de sol de la tarde de noviembre y verlos deslizarse por las torres convertidos en fuego suave, en tenues láminas de colores versátiles, cada vez más frágiles, hasta desaparecer. Todo un espectáculo de belleza que cada otoño se repite en esta ciudad donde durante unas semanas busco cada tarde ese instante, que dura tan solo unos minutos, justo antes del ocaso. Cada año siento una necesidad imperiosa de salir a encontrarlo cada tarde, como con el aire ausentándose de mi garganta. Recorro las avenidas con el ansia como un látigo sobre mi pecho, mirando con insistencia el borde del cielo sobre los edificios. Busco mi secreto milagro de naranjas que me poseen y lo llenan todo para volatilizarse en espuma que sobrevuela los tejados y deshacerse finalmente en el limbo de la noche. Es imposible fotografiarlo, sería una traición a este misterio de la ciudad donde vivo, entendible sólo cuando, caminando por la Gran Vía en una tarde de noviembre, de repente, te atrapa la daga sin aliento de un horizonte que detiene el tiempo y acelera el espacio. Y te quedas adherido a él, sin sonido de automóviles ni sirenas... hasta que súbitamente termina, como si de un suspiro se tratase. Brutal como el pasar de la página más lírica, de golpe, casi arrancándola, dejándote hueco y sin palabras, arrojado sin remedio de nuevo al silencio rasgado del murmullo incisivo de la gran ciudad. En esos casos se necesita una mano cerca, para no caer por causa del mareo intenso... ¿ alguien me la tiende esta tarde?
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23 comentarios:
Madrid es poesía; y, el otoño, a pesar de ser la estación más triste, es la más bonita (quizás lo sea por eso mismo...)
(Ojalá pudiese tendértela yo :P)
Yo te doy la mano. Reesbalo el el suelo embadurnado con los cadáveres de las últimas flores de las jacarandas. Aquí en el Sur sobrecoge la oscuridad de la noche para la que mi corazón jamás estará preparado. La luz que no se agota nunca y que cuando nos abandona nos deja como los gorriones acurrucados y temblorosos.
¡Claro que te tiendo una mano!... el otoño es la estación más melancólica del año. Con sus mosaicos de hojas marrones y naranjas, su aire aún tibio.
Te dejo un trozo de una canción de Serrat, "Balada de otoño", bueno que no es precisamente para alegrar. pero igual es hermosa.
"Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.
Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.
Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento"
Un abrazo para estos días grises.
sabes que siempre tendrás la mía...
Si, justo. No podrías haberlo descrito mejor. Que bien!
beso volcanito
Ahi va la mia.aunque mejor te agarro del brazo y nos marcamos unos pasos
Niño a veces me parece increíble que seas capaz de mantener en cada uno de tus post tu maravillosa forma de escribir y no solo lo consigues, sino que incluso a algunos nos haces ser conscientes de emociones, de sensaciones que creiamos olvidadas pero que afloran ante lo que tus palabras evocan.
Tienes una facilidad innata para describir las emociones.
Me ha encantado el desvanecimiento que describes consecuencia de la intensa emoción que supone contemplar el juego de luces del atardecer otoñal.
Me pasa como a tí cuando algo me conmueve, cuando algo me fascina hasta el punto de dar lugar a una contemplación absorta del espectáculo que se me ofrece parece que se pare el tiempo, que no haya ruidos, que no haya nada más que la belleza de lo que veo.
Siempre que te leo me queda un poso de nostalgia.
Un beso!.
Lego esta noche. Sí que tengo tu teléfono. Te aviso y nos vemos cuando tengas un huequito, tú, NAt y tu amor de la pradera de sn Isidro. VAle?
Besos!
yo te la tiendo
aunque no puedas agarrarla
te sujeto desde aquí intentando que no caigas más allá del suelo
me cuelo por las rendijas que quedan entre la distancia que rompemos día a día con las palabras
nos baña el mismo sol
aunque lo hagamos en distintas bañeras
ya sabes que tus palabras desde aquí me calientan y me inspiran
y me llegan y me bañan a la velocidad de la luz que me transmiten
en los peores momentos
me acerco al ordenador y me agarro a ellas
sabes que las mías están aquí ferreas aunque intangibles
para cuando las necesites
un abrazo fuerte y un apretón fuerte de mano
Chapó.
vaya, creo que llego tarde para tendértela!! ;)... ayer estuve por allí, compré un libro y de repente apareció el silencio por Gran Vía, a pesar de una manifestación que había en una de las calles...
Aún así, me quedo con el otoño de Segovia ;)... un besito!
tus palabras me acercan a Madrid de forma vertiginosa... y el ánsia me acelera el corazón.. tengo ganas de veros este finde..
hablamos..
Qué bonitas pueden ser en algunos momentos las ciudades.
Por ejemplo en momentos como el que describes, situaciones en las que algo tan de la naturaleza como un atardecer se mezcla con reflejos de coches, luces de semáforos, tejados, antenas...
Feliz Otoño
Tenga Ud. esa mano, caballero -pero después me la devuelva, que sólo tengo dos y ésta es la buena.
Has descrito estupéndamente este otoño glorioso que estamos viviendo en Madrid. Un paseo mañanero por el Retiro al sol del membrillo, unas cañitas, la Plaza de Oriente al atardecer. Es mi idea de la felicidad.
¿Por qué no hacerlo solo?
¿Por qué compartir un momento así? A lo mejor la otra persona ni lo comprende ni se molestará en comprenderlo. Creo que hay veces que mejor sin nadie alrededor.
A mí, en cambio, con momentos así en Barcelona me entran ganas de no compartirlos con nadie. Y mi pesimismo me advierte de que tampoco sirve de nada compartirlo.
Como decía fresita de GH: Salou es mío! Pues bien, a mí me pasa un tanto igual.
El otoño siempre tiene esos mágicos momentos... Manos amigas, por lo que veo, no te faltan, así que... aprovéchalas. Comparte la magia.
Saludos
Esta es la ciudad de los pequeños milagros de la luz, los que te reconcilian con ella y te hacen añorarla cuando no estás. El que no los siente no sabe lo que se pierde.
Un abrazo.
¿Una mano? ¿O las dos? ¿De la misma persona? ¿O cada mano de un propietario?
Para cuántas cosas da de sí este anticiclón...
Besos.
Cvalda
Y por qué no lo vas a hacer... Lo hiciste el otro día y sin ni siquiera darte cuenta...
Un beso
Argax
es la extrema brevedad de la belleza de los ocasos de otño lo que me turba... lo de la brevedad de la belleza es una constante para mí, una idea que me persigue, y que me deja tal y como tú, también describes...
Un beso, cariñoso.
Rosadefuego
Gracias por la canción. La conocía, pero que me la regalen es algo más que bonito, y viniendo de ti y de tan lejos, más.
Un beso grande.
Mart-ini
gracias, muchas gracias... claro que lo sé... qué gustito escucharte el domingo, cuánto tiempo...
besos.
Azul
Unos pasos... los que quieras... Gracias, sé que sigues ahí, como siempre. A ver si entre beso y beso me dedicas alguna vez un café... hasta en la terraza (que con este verano indio que estamos teniendo aún se puede usar con camiseta :-)
Besitos.
Salva
Cuánto tiempo... pero tus palabras siguen siendo bonitas y me llegan dentro, como siempre. No sabes las ganas que tengo de conocerte ya protito... en diciembre, no??
Besos
Pedro
Pues... esperando estoy, pero se ve que aún no has llegado... Estaré atento a tus señales-aguigonazo... con ganas de verte y de charlar...
besitos.
fenjx
Un abrazo, un abrazo, un abrazo... ni te imaginas lo que daría yo por darte uno de verdad, de esos que huelen y desprenden palabras. Por qué no lo hacemos pronto?
Otro abrazo... inmenso. Y gracias
Ben
hemos vuelto a tener calor... esto es una locura. El abrigo sigue en el armario, en realidad sólo hace falta ponérselo por la mañanita temprano, como si fuera primavera..
besos
Hugo
Me gustaría darte clases de francés... quieres??
Bisous
Anita
es que el otoño de Segovia es increible también... Un día a ver si nos vemos por allí... el otro día casi me apunté a ir a pasar el día.
Besitos... te tengo pendiente una visita, es que estoy un poco liado... pronto
Ekiots
Pues uno de esos atardeceres inefables tiene que caer... os llevaré a donde se vea bonito... Y veremos edificios interesantes, que sé que eso te mola mucho.
besos.
Cristina
Gracias, cuántas manos, cuanta compañia, cuántas voces y palabras amigas...
besos.
Alfredo
Sí, tú como buen madrileño sabes vivir bien esta ciudad... espero que me consideres un buen madrileño de adopción... esta ciudad me fascina cada día más.
Un beso
Raúl
el pesimismo no es buen camino, y tú (además) sabes sacar mucho humor de todo, lo cual siempre ayuda a la sonrisa... pero te entiendo. De alguna forma, esos momentos, son siempre para uno solo. A veces necesito a alguien después, para no caerme de la desorientación... Hace muchísismos años, al salir de ver una película que me impactó mucho (vivía por entonces en inglaterra) salí del cine tan desorientado que caminé y caminé sin rumbo sin darme cuenta... tanto que cuando fui consciente de ello, no sabía donde estaba y tuve que coger un taxi para volver a mi casa... Ya ves, ya...
besos.
Eithne
Ya veo que tengo muchas manos que no imaginaba... la tuya está entre ellas, porque me gusta compartir estas cosas con quien puede entenderlas y apreciarlas.
besos y magia.
Pon
qué razón tienes... creo que alguien te va a proponer tomar algo rico en compañía de un volcán dentro de poquito poquito...
vendrás?
besos
david
yo con una mano tuya me haría un apaño... en realidad, nunca te he cogido una, la próxima vez miro a ver qué tal... a ver si nos dura el anticiclón para tener una de nuestras tardes... o para hacerte una comida rica en casa, de esas...
besos, amiguito.
Yo quiero echarte las dos, pero al cuello y darte un largo largo laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargo abrazo.
¿Os váis este finde?
Besines también te dejo y te daré
Pues claro, nunca he conocido a un volcán!!!!
O Outono é a estação que mais me perturba...o fim de tarde de um dia outonal tem a mesma beleza que os acordes de Chopin...definitivamente que adoro o Outono.
Te tiendo mi mano, te ofrezco mi hombro, ¿te sirve de apoyo mi espalda?, te doy un empujoncito cómplice, te doy un beso en la mejilla, te miro a los ojos... y hacemos huir al vértigo.
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