1 de junio de 2008

Sentir...

Detrás de cada mañana azul, del desayuno sobre la loza inmaculada, de la mesa recogida al terminar y del sol pausado en la terraza se esconde el bastidor espeso de las preguntas que se clavan en la garganta. Y las sombras caminando descalzas y silbando entre las cuerdas del telón.
El engranaje secreto de los ríos que me impulsan se hace torrente cuando la mañana sin horas se transforma en abismo, y a mí me gustaría poder huir sólo un minuto hasta el fin del mundo imaginado, y ver los tulipanes limpios y alineados de los jardines de Estambul, o las pequeñas flores de un templo olvidado entre las arboledas de Kyoto. No ser yo un instante y volar sobre mi carne para sentir, desde el no sentir, que existir es lo único que tenemos a pesar de las espinas, a pesar de la asfixia de lo no elegido, a pesar de las nubes oscuras que cobija la responsabilidad, a pesar de la inevitable mediocridad de tantas horas.
Y volver para elegir la intensidad de la sonrisa, el azul sobre el gris, el descontrol de espaldas a la razón que -a pesar de ello- nunca se evapora. En el fondo de la recámara, en el lugar donde cabe el engaño y los muros opacos, sabemos que podemos decidir, más allá de todo, la felicidad. Tras la filosofía y las palabras sólo la carne, al final, nos redime, y sólo la intensidad la fija en la endeble memoria. No cabe más sabiduría que esa, no valen más engaños que el de engañar a la propia vida y sentir, sentir, sentir...

11 comentarios:

Fenjx dijo...

detrás de la luz inundando las 5 habitaciones de este pequeño apartamento que diviso desde la puerta de la cocina americana
con una taza blanca de 0,50 euros de ikea
respiro despacio despidiendo a la luz por unos segundos con los ojos cerrados
para ver el café y el ambientador con olores de montaña que está combinando en este preciso instante los dos olores que más me gustan y el vernel cielo azul de la ropa tendida junto a la terraza y unas tostadas que no son mías y unas ganas palpitantes
el nuevo comienzo que cada mañana se nos ofrece
y que lejos de ser aprovechado la mayoría de las veces
se acerca cada mañana para decirnos al oído que sigamos adelante
ese pequeño momento
antes de que el último sorbo lo ponga todo en movimiento un día más
ese instante pequeño
que por encima del resto de notas
huele a vida recién hecha
qué bien huele, verdad?

Javier Herce dijo...

Hace tiempo que no hablamos ni nos vemos!!!

Cómo va todo?

Martini dijo...

Sentir hasta morir

senses and nonsenses dijo...

al final me está gustando... y eso que he dicho en algún sitio que no me convencía esta canción.
tb yo quiero dejar de sentir que soy por un instante, y sentir. y quemarme.
luego pactamos ....si quieres ...acerca de la felicidad, del amor.
pero sentir...

como imaginarás, me ha encantado, perrrro. siente. y si puedes, que seas un poquito feliz.

un beso.

NaT dijo...

Siente… aléjate y acércate de nuevo para sentir, qué no te vas y qué no te quedas, qué ni callas ni hablas, qué ni lloras ni ríes, pero tu piel es de gallina porque a veces se siente así el escalofrío, de lo bueno, de lo malo y reaccionamos, porque uno aprende a sentir igual que aprende la vida, paso a paso.

Este finde no ha podido ser, aunque espero que haya otros, que yo quiero seguir sintiendo esos abrazos, esos grandes abrazos.
Besosssssssssssss.

Anónimo dijo...

hay (mucho) que elegir.

mikgel dijo...

Comparto el afán de tus palabras en mis grises, en mis asfixias de lo no elegido, en mis nubes oscuras de la responsabilidad, pero no siempre comparto el diagnóstico, quizá porque mi piel es más sensibe y la intensidad la hiere a veces.

David dijo...

Para sentir, ¿hay que estar sensible? ¿O basta con (querer) estar vivo?

Cvalda dijo...

Esto enlaza con el último post de Habibi...

Sentir...creo que sentiríamos mucho más si pensasemos mucho menos. Pero creo que es algo imposible.

Javier dijo...

Siempre podemos elegir, pero a veces no nos atrevemos.

Estupenda Carmen París con Santiago Auserón !!!

Argax dijo...

¡Ay vulcanete, esta vez me has tocado la fibra!

Porque yo también salgo cada mañana en busca de colores más intensos, de futuros menos cuadriculados, de horas inconformistas que no están dispuestas a ser mediocres.

Joder, por qué nos lo ponemos tan difícil.