14 de octubre de 2008
Au revoir, Guillaume.
Cuando en 1993, Alain Corneau estrenaba en los cines su versión cinematográfica de la novela de Pascal Quignard Tous les matins du monde, yo vivía en Inglaterra y tenía tan sólo 1 año menos que él. La película me embriagó por su belleza, por la extrema delicadeza de su música, que en aquel momento contribuyó a acrecentar el interés por el hasta entonces aparentemente anodino barroco francés.
Me fascinó cómo trataba la hondura que la música puede ejercer en la vida y en la búsqueda de uno mismo. Me impactó mucho, me influyó mucho, me magnetizó mucho. Escuché aquella música como un poseso durante meses. Sigue estando entre mis compactos favoritos.
Pero también recuerdo aquel jóven Guillaume. 20 años. 1 menos que yo. La viva imagen de su padre, el célebre Gérard. Qué juventud tenían aquellos ojos azules, tan sólo unos meses mayores que yo. Ese espacio de tiempo que hemos compartido muchos años, todos esos en los que alguna vez de pasada leí alguna vez de su vida al límite, de sus coqueteos con el alcohol y las drogas, de su accidente de automóvil... En fin, de su vida, de la que yo siempre he guardado aquel recuerdo del joven Depardieu interpretando a un adolescente Marin Marais. A partir de ahora esos meses que nos llevamos irán creciendo, agigantándose, porque para él su vida se ha detenido a causa de una neumonía fulminante (sic).
Su muerte, aunque no fuera un personaje cercano a mí, me ha causado especial estupor. Quizá por compartir generación. No sé. Me voy a dormir con cierta inquietud, con una extraña, aunque agridulce necesidad de seguir exprimiendo la vida con fuerza, hasta con ansia, mañana cuando me despierte. Mañana, antes de que la nada me trague, antes de que pueda tragarme fulminante como ella sería capaz de hacerlo. Ansia de vivir y de buscar la belleza cada vez que puedo, y de hacer todo aquello que a veces no consigo descifrar, pero que poco a poco voy sabiendo que me hace feliz: abrazar cada mañana a quien deseo, aprender cada día algo nuevo, besar todas las veces que puedo a quienes quiero, viajar hasta el fin del mundo, oler cuantas veces puedo a quien amo, emborracharme de todo aquello de me gusta, no menoscabar la intensidad, escucharme más a mí mismo, intentar cada día entender mejor a quien no soy capaz de entender... y por supuesto alargar siempre que pueda esta lista con paciencia.
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16 comentarios:
me enteré de la noticia hace un rato por meneame, la verdad es que parece ser que ha sido fulminante, sin duda es una gran pérdida, me alegro de haber conocido una brizna de su trabajo mediante tu blog. Descanse en paz.
Descanse en paz (y me quedo con tu final)
A veces, como a ti te sucede con Guillaume, la muerte de alguien lejano pero cercano en el tiempo nos causa un profundo trauma y estupor y nos afecta realmente. Lo siento por él, como lo sentí por mi amigo que murió a los quince años tan solo. El caso es que morir joven afecta muchísimo, porque unos sabe que el fallecido tenía una espléndida vida por recorrer...Un saludo!
Pobre Guillaume. Me temo que ha sido fiel hasta el final al viejo lema: Vive rápido y muere joven. Tiene gracia, en el 93 fue mi padre quien me descubrió esa película y su fantástica banda sonora.
claro, tenías que recordarle con esta película. y tenías que ser tú.
recuerdo que vi la peli en valencia, y aunque no te lo creas, me encantó.
no sé nada de su vida privada pero sí que llevaba años en un proceso de autodestrucción.
has visto Pola X? la película que hizo con Leos Carax entre colocón y colocón. a mí se me pasó en su momento, a ver si puedo localizarla vía internet.
¡qué tal?
un abrazo.
A mí me impactó ayer su muerte cuando lo leí. Por inesperada. O porque yo ya vengo impactado por otra muerte desde hace un par de semanas. O porque tu impacto me rebotó, a través de los kilómetros... quién sabe.
A mí también me ha conmovido especialmente su muerte, quizás porque - como tú - tengo su imagen asociada a la belleza ascética de "Todas las mañanas del mundo". Todavía guardo el afiche de la película que me trajiste de Coventry.
Y suscribo tu lista punto por punto.
A mi no me unen tantos hilos con este hombre. Aun así resulta inquietente y también me hace pensar, me lo llevo a mi terreno y escribo mi propia lista.
Un abrazo.
¡Hola! He sentido mucho su desaparición. Le ví en París, en teatro, junto a la también malograda y desaparecida Marie Trintignant. Recomiendo, aparte de "Todas las mañanas del mundo", sus dos pelis con Pierre Salvadori, en las que es un actor que está casi empezando también, y bueno..impresiona. Excelente actor que se ha ido, y más con la sombra de un padre tan buen actor también: sin embargo no tenían nada que ver el uno con el otro...completamente distintos, y excelentes actores. Excepto en lo broncas de joven, como actor, consiguió no parecerse nunca a su padre y ser él mismo. Cuando llegó a Madrid, a hacer la adaptación de la novela de Lucía la escritora, dejó sorprendido a todo el mundo, habiéndose aprendido los diálogos perfectamente en español, sin hablarlo, y sin saber lo que decía: era el más disciplinado y profesional del rodaje, según todos los que le conocieron ahí.
Un saludo.
Pues sí. Una putada. No sé por qué, cada vez que leo algo así tengo la sensación de que estoy haciendo mal las cosas...
Oh! Le pauvre Guillaume Depardieu!Est-ce que son nom de famille porte un accent aigu en espagnol?
Y sin alargar la lista, disfrutar de todas las cosas que nos hacen felices, casi sin pensarlas, sin anotarlas... disfrutar, y a vivir, que son dos días... Un beso fuerte!
desde luego que cualquiera debería exprimir la vida
el punto está en cuantos giros de muñeca dar sobre el exprimidor
porque como decía el replicante albino
la luz que brilla con doble intensidad dura la mitad de tiempo
cada uno debe decidir que es lo que le compensa
sabiendo además que la vida no es pura matemática
y que ninguna regla se cumple siempre
sólo una
pero nunca sabemos cuando se cumplirá
así que a exprimir como sea
pero a exprimir
yo sólo lo he visto en "amor, curiosidad..."
son hechos como éste los que nos hacen ver la limitación de la vida.
inmejorable filosofía.
Pues no me había enterado de su muerte... y sip estas cosas le suelen dejar a uno raro... a mi me pasó algo parecido con un amigo al que hacía unos años que no veía... te quedas frío... con una sensación de vacío inútil...
en fin... que tal os va por madrid... que hace tiempo que no hablamos...
besos...
He de reconocer que no he visto nada de él o nada que recuerde, así que tal vez me quede con el aspecto más humano, el hecho de que alguien pueda morir tan joven y la tragedia que supone para unos padres sobrevivir a sus hijos.
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