17 de enero de 2009

Carta en el aire.

Hubo un tiempo en que habité el desencuentro. Me asaltó inesperado una noche de otoño en un café de Malasaña, y más tarde, con la fuerza terrible del deseo entre quebrado e indestructible, de nuevo en aquel coche que se helaba aparcado bajo mi casa mientras me acariciabas el hombro con aquella extraña ternura que se te escapaba con cuentagotas. Aquella misma noche comenzó el abismo a crecer día a día, despertar tras despertar, con nuestro secreto eclipse medrando y medrando, y arañándonos detrás de la taza del café de la mañana. Abismo entre mis ansias de amar y las tuyas de necesitar ser amado. Abismo entre la crueldad de mi despecho y tu tímido pero implacable egoísmo. Abismo entre nuestras torpezas. Un océano de olas como laberintos oscuros, seguramente errado, donde nos perdimos con la intención de no salir, pero de donde escapamos cada uno por su salida. Y aunque ahora reivindique el olvido, la memoria es implacable y me ataca en ciertas mañanas desde su hogar, tras esa puerta que a veces un correo nunca borrado abre y deja caer en mi curiosidad aún dormida y anestesiada de caricias. Ese hueco y ese silencio elegidos no se han desvanecido, porque sobre ellos me hice más sabio, más humano, más consciente del valor de la conquista de quien soy. Supongo que no los tendrás tú esos correos. Sé que para ti no valen mucho, ni ellos, ni el rastro de una historia como otras, hundida en un final intermitente primero, cordial después e inexistente al fin. Las últimas veces que nos hemos cruzado, nos hemos evitado discretamente, sin acritud.
A pesar de todo, y aunque tú ni lo sospeches, aquella mañana valió toda una vida...

11 comentarios:

Martini dijo...

que preciosidad de texto...

Argax dijo...

Un abrazo amigo.

No me llegan las palabras para nada más que eso, no quiero tampoco decir nada más, poco se puede añadir a una reflexión tan personal.

Somos hijos de lo que hemos vivido.

Arquitecturibe dijo...

Es divino...
me encanta la frase final....
me recuerda un verso final que memoricé de mi cuento favorito de Garcia Marquez:
,"...Encontró por fin la cerradura, oyendo los pasos contados en la oscuridad, oyendo la respiracion creciente de alguien que se acercaba tan asustado como ella en la oscuridad, entonces comprendió que había la pena esperar tantos y tantos años y haber sufrido tanto en la oscuridad aunque solo hubiera sido para vivir aquel instante."
Maria Dos Prazeres (Doce Cuentos Peregrinos)

Besos estremecidos desde mi lejana galaxia.

mikgel dijo...

Parce que hay una conjuración universal decidida a abrirnos puertas que habíamos cerrado en la memoria.

senses and nonsenses dijo...

vaya pedazo de post ...terapéutico!
cuántas veces me hubiera gustado poder decir, escribir, algo parecido.
qué bonito escribes, cabrón!.

un beso.

NaT dijo...

Te noto tan melancólico últimamente que me asustas... no quisiera verte derretido como el hielo, haciéndote agua mientras esperas a la primavera... porque sé que eso es lo que estás esperando ¡¡¡¡la primavera!!!!
No te preocupes, que será pronto y pondrá una nueva sonrisa en tu cara.
Me uno al comentario de Sense ¡¡¡¡eres un cabrito por escribir tan estupendamente!!!!

Besos invernales... lo siento, ya sabes que a mi el frío y los días grises me encantan :)

Tomás Ortiz dijo...

Es cierto, esta música es lo más parecido a la sensación de paz que uno puede anhelar. Yo ahora estoy redescubriendo las variaciones Goldberg, que abandoné cuando era un adolescente. NO hay nada que me haga descansar mentalmente como esa música.
Besazos

Anónimo dijo...

el olvido es lo único que no se puede buscar, hay que esperarlo

Anónimo dijo...

Aunque se esfuerce alguien en borrar los mensajes de la memoria de su cuenta de correos, siempre permanecerán dentro de su buzón interior, ese que no podemos evitar abrir de cuando en cuando...

Javier dijo...

Cuanto más tratamos de olvidar más se nos aferra el recuerdo a la memoria, cuanto más decimos que no nos importa más nos importa, pero cuando decidimos resolver el problema más cuenta nos damos de que es una historia inconclusa, que siempre nos estará esperando agazapada en cualquier rincón, y siempre voltearemos la cabeza intentando atrapar un recuerdo que tal vez no fue.

Arquitecturibe dijo...

Solo pasaba por una tacita de café!!!!
jajajajajaaj
saluditos desde mi lejana galaxia
Pd. Podrias poner la cajita de seguimiento para poderte seguir de cerca??? se lo estoy pidiendo a todos mis allegados!