11 de abril de 2009

Diez





We shall not cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And know the place for the very first time.

T.S. Eliot.





(...)

Un día como uno de los de esta semana pero de hace ya diez años, llegué a esta ciudad en la que ahora vivo. Traía conmigo una maleta grande, el sol de la primavera titánica de Andalucía, y muchas sombras sobre mi espalda.

A pesar de no creer demasiado en los ciclos, sobre todo porque suelo evitar los condicionamientos en general, supongo que a veces se hacen inevitables, porque la vida para algunos, como descubre Elliot más arriba, supone una exploración en la que volvemos a llegar una y otra vez al punto de partida, que no dejamos de ser nosotros mismos, pero habiendo comprendido cada vez un poco más.

De aquel veinteañero que llegaba a la capital en el año 99 queda lo fundamental, la búsqueda de mi propia búsqueda. Madrid me acogió con generosidad de manera veloz, tanto como el inimitable tránsito humano de su Gran Vía. Me dio noches inolvidables, y olvidos necesarios .También me regaló encuentros que cambiaron mi vida, o que la torcieron lo suficiente. Inevitablemente ahondó en mi desarraigo y en mi dolorosa aceptación del desapego necesario para ejercer la libertad que es mi único pasaporte para poder acercarme a mí mismo, pero que secretamente también me hace asumir un oscuro dolor del que casi nadie sabe.
Madrid también, como no, me ha regalado monumentales equivocaciones vitales, tropiezos varios, y amargos momentos de desesperanza. Aún de esta forma, siempre me ofreció la contagiosa alegría de sus calles y la imparable fuerza de su vitalidad para perderme en ella cuando más espesa fue la oscuridad.

Con todas esas piezas me he ido construyendo y he ido sumando poco a poco personas. Las que siempre estuvieron, y algunas más, que ejercen de familia madrileña y sustituyen esa red de apoyo vital que me da por imaginar que sustituyen a la verdadera. También amigos, amantes, indefinibles relaciones que fueron son y vendrán a ser. Todas ellas también me hicieron caminar en esa ruta de exploración. Así como los viajes cercanos o lejanos, y todos sus retornos a Madrid para ver de nuevo sus avenidas elegantes mirarme desde sus piedras, cada vez haciéndose más mías, más necesarias, adaptando cada vez más un hueco para ser ese mi lugar en el mundo que creo que han llegado a ser. También el amor compartido en noches de música, de terraza, de desayunos de naranja y aliento, de sexo desenfrenado o experimental, de inefable complicidad que se va definiendo con el perfil de esta ciudad que ha crecido también en estos diez años en los que ha erigido rascacielos, ciudades empresariales, vanguardistas centros culturales, y uno de los aeropuertos más grandes del mundo. Se diría que cada vez puede ser más incómoda, pero ese es el secreto de esta ciudad, que lo suma todo, que lo integra todo, que lo engulle todo. Y aquí todo es posible, todas las creencias y todas las mentalidades, todos los defectos y todas las virtudes. Desconcertante, pero adictiva. Terrible, pero con un enorme hueco para la felicidad de los que se dejen llevar por ella. Así es Madrid, diez años después. Y así me veo yo, los mismos años después, de nuevo en el punto de salida, más consciente de mí mismo. Consciente y orgulloso de una ciudad que me acogió, se construyó conmigo en su particular siglo XXI, pero que sobre todo, me ha hecho feliz. Mucho. Que así continúe haciéndolo.

Para terminar, la música de otro foráneo adoptado por esta ciudad, esta vez en el siglo XVIII. Su música lo dice todo de su loca fascinación.

11 comentarios:

Argax dijo...

Me gusta tanto como hablas de Madrid, me gusta tanto que estés de nuevo listo para el enésimo comienzo.

Y lo que más me gusta es que los buenos momentos acaben en el lugar que se merecen, en lo alto del podium, por ellos si merece la pena luchar.

Un besazo en esta noche de insomnio...

Anónimo dijo...

esta ciudad tiene mucho.

mikgel dijo...

Me encanta que hayas encontrado tu lugar en el mundo.

Sólo diré eso, porque si comentara todo lo que se me ha venido a la mente leyendo el post me saldría el quijote.

Besos.

senses and nonsenses dijo...

de nuevo, (intentar) 'ser una hoja en blanco a punto de ser emborronada', para re-encontrar al niño que somos, ...un poco más sabio, si puede ser.
también diría más, pero prefiero degustar el post poco a poco. me ha encantado.

un abrazo.

Unknown dijo...

Yo conduje toda una noche hasta Madrid, una noche bastante calurosa, asustado en mi nuevo coche. Mi periplo al "norte" no cuajó y me lancé más allá, donde el sol desaparece por meses y vuelve incesantemente otros meses. Lo cierto es que el tiempo me ha demostrado que aquí no puedo reemplazar las bases que formé en Madrid, las amistades que no terminan de cuajar hablan de ello. Supongo que como Elliot dice, simplemente se trate de volver.

Javier dijo...

No creo que sepas como entiendo y comparto esa serie de sentimientos y sensaciones, aunque tal vez sí.

Unknown dijo...

espero que la vida te vaya nbonita y excitante como hasta ahora y que la sigas compartiendo con textos tan emotivos que me hacen sentirme también un poco de Madrid cada vez que me acerco por allí...
un beso y felicidades...

J. F. dijo...

Me alegro de que esta ciudad te haya dado tanto. Lo bonito de Madrid es que es muy apreciada por sus hijos adoptivos que la oxigenan.

Yo aún no le he sacado todo el partido que me gustaría.

Un abrazo.

PD: estoy fascinado por la sonata!!!

Grazie mile

Gus Planet dijo...

Amigo Vulcano: me ha gustado mucho (como siempre) tú post y hasta me he sentido identificado contigo ...
A mi me pasó que he nacido en la gran ciudad (Buenos Aires), pero vivi desde los tres años y hasta los 19 fuera de ella ...
Cuando me llegó el momento (a todos como nosotros nos pasa) que decidí que estaba 'preparado' regresé a ella y vivi diez años increibles. Cómo tú, de descubrimientos personales y de la enorme ciudad que me acogía ... pero luego de esos diez años, me pareció que era suficiente y que debía dar el próximo paso.

En mi caso esos 'pasos' me llevaron a Nueva York, donde viví otra etapa enormeeeeeeee de mi vida, la que me preparó realmente para ser el tipo que, enamorado del amor de mi vida y enamorado de la vida, recorre las calles de Paris ...

Por eso me adhiero al festejo de tu décimo aniversario en Madrid y jamás, pero jamás dudes en dar 'el siguiente paso' si asi lo crees necesario ...

A Bientôt mon ami!

luigi dijo...

Pues que sepas cuando pienso en Madrid, yo pienso en la ciudad, pero también mucho en quienes estaís ahí. Y uno de los más importantes, eres tú.

Anónimo dijo...

a mí tb me gusta comentar en posts pretéritos. se me había descompuesto el calendario con la mudanza, y necesitaba asegurarme de q recordaba bien los ideogramas.

dicho sea esto, añoro nuestras conversaciones aquellas, fíjate.