23 de octubre de 2007

Dobles



Un día, hace muchos años, yo también, de repente, me encontré de bruces con alguien físicamente igual a mí. Increíblemente igual a mí. Como en la película de Kieslowski, él iba dentro de un automóvil y yo me quedé mirándole sin que él percibiera que lo hacía.
No sé si los mecanismos que se desencadenan en momentos como estos son iguales para todos. Yo, personalmente, me quedé confuso, como invadido por una sensación de haber perdido de alguna manera, mi unicidad completa en el mundo. No sé por qué, preferí sentirme espía de aquel hallazgo. Creí hasta adivinar que alguno de los gestos que, por casualidad, conseguí ver en él, también lo era mío. Era una posible evidencia de la sospecha de que no sólo físicamente pudiésemos ser casi idénticos, sino que la similitud también se podía extender al terreno del pensamiento y (algo mucho más peligroso) al de los sentimientos. El hecho me violentó sin causa aparente. Necesité apartar la mirada de él, como si observarle con mayor descaro aumentase las posibilidades de que él se diera cuenta y yo quisiera evitar que aquello sucediese.

De aquella inconfesable pero irremediable atracción se desprendía una poderosa pregunta que yo no osaba pronunciar, pero que planeaba sobre mi cabeza. ¿Podría yo enamorarme de alguien exactamente igual a mí? Es curioso, un chico cargado de muchos pequeños traumas e inseguridades como era yo en aquella época y que, sin embargo, no podía evitar caer en la autocomplacencia de, por un instante, sentirse atraído por él mismo cuando, de repente, era capaz de verse desde fuera.

Aquello era todo un desafío, pero ambiguo, bordeado de prejuicios y lugares comunes, de moralinas y temores de esos que nos anclan a lo más oscuro de nuestro yo. No aceptarse del todo, ni en lo físico ni en lo espiritual (algo más que natural para el adolescente que era yo entonces) parece incompatible con sentirse extrañamente seducido por pensar en sentir ganas de lanzarse hacia esa especie de "uno mismo"... Y sin embargo, el deseo estaba ahí, en el borde de un vacío inescrutable que sólo el salto inconsciente parecía poder desvelar. No pudo ser, y me alejé de aquel lugar profundamente turbado. Aquella imagen aún me visita con frecuencia, y me sigue inquietando no saber aquello que pudo haber sucedido.

Mi vida después no ha dejado de ser un continuo lanzarse a lo que aparentemente la razón o el sentido común (social, cultural) dicta en primera instancia. Siempre he sentido una necesidad de tocar la realidad, de pisar la raya, de atravesar más allá de donde sólo la imaginación llegaba. He atravesado demasiados túneles, demasiadas selvas, demasiados océanos, para encontrarme con tormentas y trampas mortales, con sendas torcidas y noches sin alba. Pero también he visto la luz imprevista en mitad de la nada, miradas que escondían universos enteros, y palabras que se erigieron en castillos donde ahora habito. En uno de ellos, aún espero encontrame con aquel chico exactamente igual a mí, mirarle a los ojos, por fin besarle en los labios, respirar de su boca, y seguir adelante sin temor.

20 comentarios:

Cvalda dijo...

Qué emocionante pensar que podemos toparnos con nuestro doble al volver cualquier esquina...pero, ¿realmente es posible, o son solo fantasías de nuestra imaginación?

Martini dijo...

No sabría decirte lo que sentiría yo... nunca me he planteado una situación así

un-angel dijo...

...es curioso que pongas esto hoy, la otra noche soñe que me encontraba conmigo mismo pero con ocho horas de diferencia, es decir, que cuando salía de trabajar me cruzaba conmigo mismo que volvía del trabajo y cosas así...era raro porque tardaba en reconocerme, y cuando por fin lo hacía, siempre salía yo mismo disparado hacia algún sitio y no me paraba a hablar conmigo.
No quedó muy claro, ¿no? A mi tampoco...
Otro besote.

Argax dijo...

A mi suelen decirme que me parezco a mucha gente, debo tener una cara y una apariencia bastante común (o la gente no es muy original a la hora de acercarse a mi), ese hecho hace que me moleste, quizás demasiado, el que pueda existir alguien que se parezca a mi, un doble. Ese pensamiento me lleva a ponerme la coraza y a reafirmar mi individualidad.

También puede interpretarse como miedo a uno mismo. El caso es que yo creo que si cogiera a mi doble hurgando en mi vida mi primera reacción sería la de enfadarme. "¿Quién te ha dado las llaves?" Pensaría.

Lo que más me gusta de tu texto es el final, esa predisposición, desde la experiencia que has atesorando, a seguir viviendo en zonas limítrofes con lo desconocido. Un poco de pimienta a la existencia.

Abrazo y beso.

eithne dijo...

Toparse con algo desconocido es una sensación extraña. Hay quien lo rehuye, o lo olvida (almenos lo intenta) y hay quien le echa cara a la situación, o almenos lo intenta.

Valoro mucho en una persona esta última postura. Lanzarse al vacío, sin saber qué hay más allá.

Saludos

Javier dijo...

Ay, Narciso!!!!!

Arturo Manuel dijo...

Siempre peleo kon la voz de mis amigos kuando me dicen, hoy estuve kon un chiko igual ke tú, el mismo pelo, la misma kara, todo igual... Siempre kise y he kerido enkontrarme kon todos. Simple kuriosidad por la reacción. Tú kuestionaste tu propio individualismo. Muchas veces reparo en la idea de ke todos somos iguales, inkluso la gente es divisible por físikos, las karas se repiten akí y allá, y así seguirán pues así somos todos. Una vez me enamoré de mi mismo y, sinceramente, no fue lo mejor ke hice... Saludos desde La Habitación Contigua. Bonita historia.

David dijo...

Me inquieta la sola idea de que pudiera existir alguien igual que uno. Si esa persona fuera un calco, descubrir en él lo que no queremos admitir en nosotros resultaría sumamente impactante. Y, quizá, frustaría muchas sensaciones.

Rosa dijo...

Al igual que P-jota, lo primero que se me vino a la mente al empezar a leerte fue la historia de Narciso. Sabías que el adivino Tiserias le había advertido a su madre que tendría una larga vida siempre y cuando no llegará a escudriñarse... la advertencia fue olvidada, narciso se miro en las claras aguas de un rio y allí empezó su desdicha.
A mí personalmente me asustaría encontrar alguien igual a mí, dificilmente me soporto yo...
Y lo del sueño del angelito, pués también me ha dejado pensando, cruzarse, ir en caminos opuestos y huir... es como si huyera de sí mismo.

Que interesante esto que nos cuentas, muy interesante,

pon dijo...

Está claro que lo más wild side de la vida está dentro de uno mismo y es el viaje más doloroso y fascinante......pero creo que si me encontrara en una esquina con mi clon me daría la risa y nos iríamos de birritas.
Cada vez que te leo me admira la perfecta construcción de tus escritos. La estructura tan bien ajustada, tan armoniosa......es un placer.

Bertix dijo...

Hace muchos, muchos años, estábamos en Mallorca en un hotel. Mi hermano pequeño entonces debía tener 6 ó 7 años. Muchas veces, le veíamos correr por la piscina u otros lugares del hotel, donde no esperábamos verle.

A los pocos días, comiendo, el maitre se fijó en mi hermano pequeño y dijo "es igual que mi hijo". Misterio resuelto´.

Ese día fue cuando escuché por vez primera que todos, absolutamente todos, tenemos un doble, y yo, no sé si quiero o no encontrarme con él.

*******

Anónimo dijo...

Além do duplo que possa existir, esse alguém que desconhecemos, há sempre um duplo que habita connosco, e se esse duplo que temos nos aceita, nos abraça e beija e nos embala, então podemos seguir adiante sem receio. Como é difícil nos aceitarmos como somos, mas esse é o caminho. E, se porventura encontrarmos o duplo que desconhecemos, e o resultado for idêntico, então podemos sentirmo-nos felizes.... Que bom teres-te lembrado do Krzysztof e da Véronique para construires tão belo texto! bj

Argax dijo...

Sólo una cosa Vulcano, Álvaro de Campos ya está en mi casa. Veremos si puede tener algo que me pertenece, veremos si cuando lo situe frente a mi me reconozco.

BEsote y gracias por la recomendación. Y te diré que tal.

Pedro Estudillo dijo...

No es nada raro sentir algo especial por uno mismo, yo la tengo las 24 horas del día. Cuando el deseo me atenaza, sólo tengo que pararme un segundo, cerrar los ojos, desenchufar los sentidos, apagar la mente... y ahí estará él; todo para mí. Bueno de vez en cuando lo comparto con algún amigo, como ahora.
Me alegro de haber encontrado este blog tan maravilloso.
Un saludo.

Miguel Cane dijo...

Curioso. Yo ahora estoy escribiendo algo que tiene que ver con dobles.

Me gusta la palabra Proboste.

Besos evasivos.
(e impopulares)

Arkturo dijo...

yo aùn también espero a ese chico parecido a mí... y más con este frio de Octubre que me hace sentir tan solo...

acaso nos enamoramos, solo para no estar solos?

Darío Zetune dijo...

A mi nunca me ha sucedido toparme con alguien parecido a mi...

No se como sería la experiencia, pero intuyo que, además de rara, sería incómoda.

Mucho tiempo sin pasar por acá.

Saludos desde Ciudad de México.

Sergio.

QuijoteExiliado dijo...

Yo tambien me encontré una vez con alguien q se parecía mucho a mí y lo primero q me pasó por l acabeza fue como sería liarte con alguien q es igual q tú. ¿Sería todo más fácil pq sabría todo lo q te gusta y donde hay q dar para obtener el máximo placer? O por el contrario ¿sería todo más aburrido pq iría a tiro fijo saltándose el bonito ritual del cortejo y descubrimiento de la tecla q te hace legar al cielo con solo pulsarla?

Menos mal q aun no existe la clonación p qlo mismo esto nos pasaría a diario

Unknown dijo...

ufff a mi estas paranoias de encontrarte con gente que se parece a uno me descolocan.... en un bar de ambiente mugalari me dijo que me diese la vuelta y mirara hacia... joer me encontré a el tipo más parecido a mi que he visto... parecía un espejo porque justo el hizo lo mismo... nos estábamos fichando... jeje pero el encuentro apenas duró porque del susto los dos apartamos la mirada...
me hubiese gustado decirle algo....
besos.

underneath dijo...

That film is a beautiful mistery - and has been my favourite for years! Love it. She is also the main character in Kiezlovskis RED.