flotando como un velero.
Nadie puede abrir semillas
en el corazón del sueño.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
El tiempo va sobre el sueño
hundido hasta los cabellos.
Ayer y mañana comen
oscuras flores de duelo.
¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!
Sobre la misma columna,
abrazados sueño y tiempo,
cruza el gemido del niño,
la lengua rota del viejo.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!
Y si el sueño finge muros
en la llanura del tiempo,
el tiempo le hace creer
que nace en aquel momento.
¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
Extracto de "Así pasen cinco años"
Federico García Lorca.
Hay regalos que se envuelven con vida misma, con el cariño desinteresado que sólo algunos, por sangre o por irremediable pasión, pueden dedicarte. La primera mirada que me dedica mi chico al levantarse. Algunos instantes de amistad que se quedan como suspendidos en el tiempo. Las lágrimas de mi tía mientras me descubría por primera vez la inefable intensidad de una sala de conciertos escuchando a Brahms, ese baile desnudos, casi aéreo, que en algún invierno sucedió, y que sigue existiendo incisivamente en mi memoria, aquel olor a bosque atlántico al bajar del coche cuando llegaba de niño a Galicia en verano. Aquel azul del mar que me inundaba, que me llenaba de sueños...
Pero por encima de ellos, debo reconocer que tengo especial predilección por uno. Un hecho no evidente, y para nada puntual, que marca desde luego mi vida, y la forma en la que la vivo, desde mi vehemencia y mi intensidad, desde mi amor a la belleza y mi ternura por aquellos a los que más quiero. Porque soy yo mismo y la forma en la que he crecido como persona. Porque de él depende gran parte de mi identidad:
Mi madre lleva un año y medio escribiendo sus memorias. Unas memorias que intentan atrapar y revivir en su memoria personal, sus primeros veinticinco años de vida, sus años más intensos. Dice que no quiere seguir más allá. Que más allá su vida ya no necesita recordarla con tanta necesidad. También hace reflexiones sobre lo que escribe, pues lo hace desde estos más de 40 años que han pasado ya...
Hace algunas semanas me confesaba algo, en un acto que repite últimamente con cierta frecuencia, al hilo de estar escribiendo y reflexionando sobre su juventud. "A pesar de todo, de la vida mía que tú conoces, de la aparente limitación en la que a veces puedo parecer que me muevo, siempre he sido un pájaro libre. Y ¿sabes? me preguntaba el otro día en mis memorias qué hijo mío habrá salido a mí... " Y se le iluminaban los ojos, porque en el fondo sabe que yo, al igual que ella, huí de la ciudad natal, de la raíz familiar, y no por culpa de ellos, sino porque me asfixiaba la vida misma, porque me asfixió también un amor inmenso e imposible que me enredaba en la tristeza, y yo quería vivir, y respirar... Sé que ella, a pesar de dolerle tanto saberme tan lejos, es consciente de que aquí está mi vida y que soy feliz así. Y entonces ella es feliz también. Porque, como me sentenció en la siguiente frase: "por eso, yo nunca te corté las alas". Y tiene razón... ¡cuánta!
Mi madre me educo en la libertad de pensamiento, y en la responsabilidad de saber y conocer para poder ser hombre. Siempre tuvo esa exquisita sensibilidad, heredada del antiguo oficio de maestra que ella siempre ejerció con pasión y vehemencia. Y con ella, supo trasmitirme un infinito amor por el arte y la belleza como liberadores ante la oscuridad del mundo, ante la ignorancia, como forma de asunción de los valores humanos. Tanto mi hermano como yo hemos hecho de esa bandera una forma de existir en el mundo, de ser honestos frente al hecho de vivir destinados a la insatisfacción discreta, pero inagotable, de ser valientes para usar el conocimiento como arma para interpretar el mundo y dudar de él, como forma de construirnos desde la libertad, como acicate para ejercer la responsabilidad que tenemos como partícipes de este mundo lleno de injusticia. Esa sutil forma de amarnos es un regalo que nadie en mi vida podrá igualar, porque sin él, yo no sería yo, y es sin duda a través de esa forma de ver la vida que yo he llegado a ser como soy, algo que sin duda es de las pocas cosas que me reconcilian con mi propia existencia en esta inexplicable e imperfecta historia que es vivir.
Hoy hace justo 34 años que llegué a esta aventura de la vida, también gracias a ella. Desde niños nos habló de Federico con una pasión fuera de lo común. Hoy le devuelvo yo estas palabras del poeta: sueño sobre tiempo, vida que es sueño, anhelo o existencia, ser o no ser...
11 comentarios:
soy victor.
Debo decir que tu post de hoy es simplemente emocionante,casi me hace llorar.
besos y feliz cumpleaños
Gracias, Víctor, de corazón. Un beso.
"No busco. Te tengo a ti. Estás aquí, entre mis manos, en este mismo instante, y no me puedes cerrar la puerta porque vengo mojado por una lluvia de cinco años. Y porque después no hay nada, porque después no puedo amar, porque después se ha acabado todo."
Así que pasen cinco años
Felicidades, de corazón
gracias, Arlequín. Devolverme tú también a Lorca hace que me emocione...
No existe libertad que no conozca,
ni humillación o miedo
a los que no me haya doblegado.
Por eso sé de amor,
por eso no medito el cuerpo que te doy,
por eso cuido tanto las cosas que te digo.
"Resumen", Luis García Montero
Muchísimas felicidades, querido amigüito ;-)
Hermoso texto, mi niño... muy profundo. Y revelador, no? A veces es cierto que para aquellos que tenemos en nuestra madre un tesoro, el día de nuestro cumpleaños debería también ser compartido con ellas, no? Me encanta esa imagen de tu madre, pájaro libre, tecleando sus sueños juveniles en una máquina de escribir, porque la inspire más que un ordenador... luego te veo a ti, mirándote en el espejo, y reconociendo las mismas alas con que ella prendió el vuelo... es hermoso...
Ya te lo dije antes, pero lo repito aquí... mucha felicidad en tu día, y en espera del abrazo pendiente, te mando besos virtuales y amor sincero. Feliz cumpleaños, nene.
Gracias Inquilino, no sabes la felicidad que me da que nombres a García Montero (a él exactamente). Un día de estos te lo explicaré en persona. Muchas gracias por tus palabras, siempre cariñosas.
Besos de cumpleañero.
Gracias Nuwanda, por tus palabras y por el mensajito esta mañana... Que le cuiden a uno desde NYC hace sentir importante... Desde luego importante es el cariño que te tengo, ya lo sabes...
Besos, de esos que a ti te gustan ;-)
Gràcies.
Muy bonito el texto y, por cierto, ¿Felicidades habría que añadir?
Un abrazo, con tu permiso
Uy, Mart-ini, qué madrugador me has salido. Sí, mi cumpleaños fue ayer, pero no cerré aún la ventanilla de las felicitaciónes...
Otro abrazo.
un abrazo. tu condena es 34 años y un dia (que incoveniente decir la edad). Besos
BIG VIC
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