"Anche i colori per me hanno un altro significato. Hanno una voce, i colori, un suono, come tutte le cose. Un rumore che li distingue e che posso riconoscere. E capire. L'azzurro, per esempio, con quella zeta in mezzo è il colore dello zucchero, delle zebre e delle zanzare. I vasi, i viali e le volpi sono viola e giallo è il colore acuto di uno strillo. E il nero, io non riesco a immaginarlo ma so che è il colore del nulla, del niente, del vuoto. Però non è solo una questione di assonanza. Ci sono colori che per me significano qualcosa per l'idea che contengono. Per il rumore dell'idea che contengono. Il verde, per esempio, con quella erre raschiante, che gratta in mezzo e prude e scortica la pelle, è il colore di una cosa che brucia, come il sole. Tutti i colori che iniziano con la b, invece, sono belli. Come il bianco o il biondo. O il blu, che è bellissimo. Ecco, ad esempio, per me una bella ragazza, per essere davvero bella, dovrebbe avere la pelle bianca e i capelli biondi.
Ma se fosse veramente bella, allora avrebbe i capelli blu."
"Incluso los colores para mí tienen otro significado. Tienen una voz, los colores, un sonido, como todas las cosas. Un ruido que los distingue, y que puedo reconocer. Y comprender. El celeste, por ejemplo, con esa cé, es el color del aZúcar, de las Cebras, de los Mosquitos (en Italiano ZanZare). Los Vasos, los Viales, y los zorros (Volpi en italiano) son violetas y amarillo es el color agudo de un trino (en italiano giallo y strillo, muy onomatopéyico). Y el negro, yo no consigo imaginarlo, pero sé que es el color del nada, del vacío. Pero no es sólo una cuestión de asonancias. Hay colores que para mí significan algo por la idea que contienen. Por el ruído de la idea que contienen. El verde, por ejemplo, con esa erre rascada, que araña en medio y pica y desolla la piel, es el color de algo que arde, como el sol. Todos los colores que comienzan con la b, por el contrario, son bellos. Como el Blanco o el rubio (Biondo en italiano) O el Azul (Blu), que es bellísimo. Así, por ejemplo, para mí una chica bella, para ser de verdad bella, debería tener la piel blanca y el pelo rubio. Pero si fuera verdaderamente bella, entonces tendría los cabellos azules (i capelli blu)"
En Italia, lo que aquí llamamos novela negra, es "giallo" es decir, amarillo. En mi adolescencia me he nutrido muchísimo de este género literario, y aún conservo autores que me gusta revisar. Pero tengo que reconocer que es un tipo de literatura que hoy en día me suscita menos interés. Hace días he terminado una de las más interesantes excepciones a esta afirmación que me he encontrado últimamente. Se trata de una exitosa novela de uno de los autores más deslumbrantes de las últimas generaciones literarias del país de los Apeninos. Hablo de Carlo Lucarelli y su "Almost Blue".
La detención de un asesino en serie que comete crímenes brutales en la comunidad estudiantil de la tranquila Bolonia, sirve a Lucarelli de excusa para trazar un intenso retrato de unos personajes a los que delimita con maestría y precisión. El arma de este escritor es su espectacular dominio de la lengua italiana (leerlo en original es ciertamente placentero). Además, su técnica narrativa es ciertamente personal, y eso es de agradecer en el panorama literario actual. Así, esta novela, con un final que a mí personalmente no me convence, dotada de un efectismo a veces mal calculado y con tintes supuestamente surrealistas que tampoco llegan a convencer a muchos, resulta sin embargo una lectura apasionante y que consigue una implicación considerable del lector, por exigente que éste sea. Eso es toda una proeza, que Lucarelli se gana a pulso a través de su narrativa fresca e intensa a un mismo tiempo, su uso certero de la palabra, y una acción que sabe manejar con gran habilidad para "engancharnos" en una lectura de la que a veces he releído párrafos enteros en voz alta, sólo por el placer escuchar de sus palabras en mis oídos.
El asesino en cuestión es un desequilibrado bajo los efectos de una extraña posesión animal, que Lucarelli nos hace vivir en primera persona a través pasajes que nos absorben por lo descarnado y casi demoníaco. Esa primera persona se va alternando, a veces en una sucesión frenética, para meternos en la piel de la policía científica Grazia, encargada del caso, o de Simone, velado protagonista de la novela, un joven ciego y muy particular que dedica su vida a escuchar jazz mientras rastrea las voces de la ciudad con un escáner en el que captura retazos de conversaciones de camioneros, radiotaxis, policía, o simplemente de móviles que, en una de las marcas características de Lucarelli, nos aparecen en la novela como pequeños mosaicos cargados de una sutil humanidad, pero que al mismo tiempo nos disparan con fuerza el "voyeurismo" sobre una Bologna que se nos desnuda a través de la cerradura. Lucarelli no desaprovecha la ocasión para llevar a cabo un retrato psicológico creíble de unos personajes que nos llegan. Tampoco pierde ocasión para dejarse contagiar de un delicado lirismo al introducirnos en el pensamiento de Simone, para entender la forma en la que desde la oscuridad traduce el mundo exterior, especialmente su "código de colores" a traves de pasajes que podrían contarse entre los más bellos de la literatura italiana de los últimos años.
El asesino en cuestión es un desequilibrado bajo los efectos de una extraña posesión animal, que Lucarelli nos hace vivir en primera persona a través pasajes que nos absorben por lo descarnado y casi demoníaco. Esa primera persona se va alternando, a veces en una sucesión frenética, para meternos en la piel de la policía científica Grazia, encargada del caso, o de Simone, velado protagonista de la novela, un joven ciego y muy particular que dedica su vida a escuchar jazz mientras rastrea las voces de la ciudad con un escáner en el que captura retazos de conversaciones de camioneros, radiotaxis, policía, o simplemente de móviles que, en una de las marcas características de Lucarelli, nos aparecen en la novela como pequeños mosaicos cargados de una sutil humanidad, pero que al mismo tiempo nos disparan con fuerza el "voyeurismo" sobre una Bologna que se nos desnuda a través de la cerradura. Lucarelli no desaprovecha la ocasión para llevar a cabo un retrato psicológico creíble de unos personajes que nos llegan. Tampoco pierde ocasión para dejarse contagiar de un delicado lirismo al introducirnos en el pensamiento de Simone, para entender la forma en la que desde la oscuridad traduce el mundo exterior, especialmente su "código de colores" a traves de pasajes que podrían contarse entre los más bellos de la literatura italiana de los últimos años.
He visto que en España ha sido traducido por Mondadori, así que os lo recomiendo encarecidaemtne, porque además es un libro cuyo interés alcanza a casi todo tipo de lectores. El que se atreva con el italiano, pues nada, estoy dispuesto a hacer préstamos también.
Con especial cariño a mí "fata particolare", Marilena, la chica de la sonrisa más bonita del mundo, que me convenció para revisar a un Lucarelli que no me agradaba demasiado hasta entonces, regalándome este libro, que tan especial ha sido para ella en su vida... Cara, tu sarai sempre Blu...La mitica... Ti voglio benissimo, e lo sai.
7 comentarios:
no si me la voy a tener que comprar...
Apuntada está la recomendación (junto con otras tantas...) Se me está acumulando el "trabajo" gracias a tí, sabes?
Por cierto, me parece muy original la descripción de los colores, y de sus sensaciones...
Yo me quedo con el amarillo (mi preferido) que siempre he relacionado con la timidez, aunque con un cierto descaro.
Un abrazo!
P.D:Yo al gallo siempre lo hubiera relacionado con el rojo. ¿Será por las patatas fritas?...
es curioso... me has planteado una duda con eso que dices que a Lucarelli merece la pena leerle y no por la trama que plantea en su novela.... escribió realmente lo que quiso? o se vio obligado a desarrollar una historia que ni él mismo se creía... a lo mejor sabía que era bueno muy bueno describiendo, pero que el arte de crear una trama se le escapaba de las manos... y que necesitaba algo así para verse publicado...
Desconozco su obra y a él tampoco tengo el gusto de conocerlo, pero no sé, leyéndote me ha surgido esa pregunta...
un beso!
En fin, saludos y besos para todos.
La novela fue llevada al cine, y creo que con bastante éxito de público en Italia... no sé si existe en España.
Naxo, es genial lo de los colores, además que él es ciego de nacimiento, así que nunca ha podido ver un color... Mi favorito es el azul, aunque de pequeño estaba obsesionado con el verde, y al amarillo (y últimamente al naranja) le tengo un cariño más que especial...
Lucarelli siempre ha escrito novela negra, yo he leído otras cosas suyas, y sin ser tan conseguidas, siempre parten se su uso increible del lenguaje y de la caracterización psicológica de los personajes bastante buena. A mí es que estas tramas no me terminan de convencer, porque no me apasiona la novela negra y siempre miro en los resquicios que deja... Pero bueno,hoy en día pocos escritores escriben desde la libertas. Las editoriales ejercen mucho más poder del que parece... En fin, pero sí, Lucarelli es un escritor de novela negra 100%... Esta le salió un poco surrealista, pero eso le da también cierta mágica y diabolismo, que no tienen otras... Gracias por tus opiniones. Y por la visita.
BEsos
big vic presents:
hola a todos, especialmente a ti. Te llame ayer para contarte que lo ha hecho otra vez. Amelie nothomb me ha engañado. Y este creo que era medio bueno,"higiene del asesino". Que vision mas descarnada, que diálogos. espero comentar esta y otras cositas.
Besos a todos. ( ese nacho parece muy guapo e interesante)
Ya hablamos el otro día sobre este texto. Acabo de leerlo con calma. Bellísimo. Y qué difícil de traducir. Tengo curiosidad por encontrar la edición española y comprobar cómo resolvió el asunto el traductor. Aunque no sé por qué me temo que lo habrá traducido sin más, a pelo, dejando que se pierda todo el juego fonético.
Ya hablamos el otro día sobre este texto. Acabo de leerlo con calma. Bellísimo. Y qué difícil de traducir. Tengo curiosidad por encontrar la edición española y comprobar cómo resolvió el asunto el traductor. Aunque no sé por qué me temo que lo habrá traducido sin más, a pelo, dejando que se pierda todo el juego fonético.
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