10 de enero de 2007

El recuerdo de la perfección.

Teatro Olimpico,
Vicenza. (Véneto, Italia)


Nada consiguió emocionarme más. Ni la exactitud para la belleza y el aparente descuido de Venecia. Ni sus canales oblicuos hechos para sospechar del infinito. Ni siquiera sus tesoros escondidos ni sus esquinas de olvido donde sentirse eterno. Ni los frescos revolucionarios de Giotto, Menabuoi, o de del Cosso. Ni la elegancia del renacimiento de barro en Ferrara, ni las cumbres prealpinas del Garda o las calles serenas de Verona. Siendo todas ellas razones para el éxtasis y frutos de la esmerada búsqueda de la belleza, ninguno se escondía tanto entre mis deseos como ese pequeño teatro de Palladio. Última obra del genial arquitecto renacentista, tesoro más oculto de su villa, reinventada por él: Vicenza. Una pequeña ciudad de provincias del Véneto italiano que no se concibe ya sin él, sin la armonía perfecta de las formas clásicas, que él recupero a través de un minucioso estudio del arte clásico para darles una dimensión y unas formas adaptadas al tiempo que vivió, llevando a la perfección el resurgir de placer en torno a los sentidos, alrededor de un hombre que él lleva al infinito desde su centro. La demanda de sus diseños por parte de las ricas familias vececianas para construir sus villas de reposo en la rivera del río Brenta o en los alrededores de Vicenza produjo algunas de las más hermosas y espectaculares villas de toda Italia. En ellas, el uso de la columna y el frontón fue reinventado como elemento arquitectónico de una forma que ha sido después copiada hasta nuestros días. Sus iglesias también fueron fruto de un intenso estudio de adaptación de los elementos y formas clásicas a las necesidades de diseño de estos edificios.
Durante mi viaje este verano tuve ocasión de visitar algunas de las muestras de su trabajo que salpican la geografía véneta. Pero mi deseo mayor, aún sin ser yo consciente, era poder visitar el Teatro Olímpico de Vicenza.


Este edificio absolutamente singular, tiene un interesante origen como encargo de la Academia Olímpica de Vicenza, una sociedad nacida para el cultivo de las artes que reunía a ciudadanos de diversas condiciones en un organismo originalísimo, que en su concepción se enfrentaba al tradicional y exclusivo mecenazgo de las artes por parte de la aristocracia.
Palladio creo un edificio magistral. Partiendo del concepto griego y romano del teatro, intento depurarlo hasta conseguir un espacio de proporciones exquisitas, sincero homenaje a la indispensable tradición de las artes clásicas. La obra fue terminada por Scamozzi, con un conjunto escénico representando una perspectiva de ciudad ideal, que es ciertamente único, ideado para la primera representación del teatro (Edipo Rey) y que jamás ha sido desmontado.


Para hacerse una idea, pueden mirar en esta página y buscar unas fotografías en tres dimensiones que dan buena cuenta de la sensación intensa que produce una visita a ese escenario.

Entré por la pequeña puerta de uno de los laterales sin respirar, como sumido en una casi religiosa reflexión estética, preparándome para el impacto con un lugar tan sumamente bello. Así fue, dentro de aquellos muros siguió sin existir respiración, sólo hubo aliento. Y no sé si sería aquel vídeo de la mezzo-soprano italiana Cecilia Bartoli grabado allí, que hace años que conozco y he visto en varias ocasiones conmovido por su voz y por el espacio. O si quizá la recreación del Don Giovanni de Mozart de Joseph Loosey, algunas de cuyas escenas también fueron grabadas allí (y habían llegado alguna vez a mi retina en un ejercicio de azarosa curiosidad). Lo cierto es que aquel espacio ejercía un poderoso magnetismo sobre mí. Sentarme desde cualquiera de sus perspectivas era un acto de puro hedonismo, de perfección susurrada a la pupila, de insistente y turbadora belleza. Quizá el espacio más digno, en más bello que pueda existir para el ejercicio del drama, de la comedia, de la música. Porque resume gran parte de la historia del arte, de la mitología, de la filosofía de Europa Occidental y es además todo un símbolo del espíritu del Renacimiento, del hombre y el conocimiento como centros del Universo. El renacimiento de la concepción crítica del mundo, de la ilustración, y la primera piedra hacia una visión del mundo dominada por la libertad, la igualdad, la fraternidad...
Les dejo con unas escenas del maravilloso recital que dio la Bartoli allí mismo en el año 98.

11 comentarios:

Javier Herce dijo...

Si se ven tan bonitos esos sitios en foto, al natural tienen que ser una pasada. Tuviste suerte de poder verlos.

Anónimo dijo...

Nada consiguió emocionarme más...

de facto trata-se de um espaço verdadeiramente espectacular e que nos faz sentir tão pequeninos dada a grande beleza....quem me der ali estar...

Anónimo dijo...

Para la próxima vez que vaya a la capi, queiro que vayas organizando una noche de parranda con Maxim, que tiene pinta de que la noche prodia dar para mucho.
;-P

Javier dijo...

Lo mejor para levantar mi griposo espíritu, ver, leer y oir beleza.
No se cuando eres mejor, cuando inventas, o cuando recreas, recreaciones inventadas o invenciones recreadas, da igual siempre la misma pasión e igual emoción.
No te envio un beso, ya que no se si los virus tambien viajan por internet así que me contento con un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Este edificio me fascina. Me lo enseñaron por primera vez hace dos años, cuando daba Historia del Arte en 2º de Bachiller, y es uno de mis favoritos del Renacimiento italiano. Supongo que estar allí en vivo y en directo debe ser increíble...
Lo que sí que es increíble es que midas tanto... ¿cuánto? Me vuelven loco los hombres tan altos...
Salud y Libertinaje

senses and nonsenses dijo...

qué pasada! qué envidia!
...cómo me gustaría visitarlo!

santino dijo...

Gracias por compartir!

Tomás Ortiz dijo...

Alucinante.
Yo tengo pendiente un viaje a Italia porque es una de las zonas del mundo que creo que más me va a emocionar, creo que en otra vida fui italiano, porque sólo lo que he visto en reportajes y revistas me ha parecido encantador.
Y este teatro de Vicenza sin duda es algo espectacular, ahora irás a cualquiera de por aquí y pensarás: "Menuda ridiculez"!
Saluditos apretados

Pegotito dijo...

Gracias por tu felicitacion en el blog de PIPIS!!! claro que me acuerdo de ti!!!! me lleve a tus sempiternos de cervezas, porq a esos les pones una cerveza por delante y vienen seguro. Muchos besos y a ver si la proxima vez que vengas por aqui nos vemos.

Vulcano Lover dijo...

gracias por los comentarios... Era algo qeu más o menos escribí ahí por Julio, al regreso de mi viaje a Italia... pero se quedó en el borrador, como tantas cosas. He decidido recuperarlo ahora y terminarlo, porque el ejercicio de recordar aquellos días, el calor y el verano, la belleza de los lugares, el placentero vagar del verano italiano, los gelati, las tardes en las terrazas con el apertivo, las charlas en italiano con quien se dejaba... todo ello, precísamente ahora que es invierno y hace frío, y es todo más gris... precísamente ahora que es tan difícil imaginar físicamente la existencia real del verano, precísamente ahora... me motiva... Creo que haré toda una serie con recuerdos veraniegos, para sembrar esta cuesta sentimental de enero...
Pe-jota, mención especial para ti, deseándote una pronta recuperación... Y para reality, que espero que esté ya recuperado del todo...
Besos.

lopezsanchez dijo...

Impresionante. Ays, cuántas lugares pendientes de visitar y qué poco tiempo!! :-(