A Costa de Morte, en la provincia de Coruña, es uno de mis lugares en el mundo, y lo lleva siendo más de 30 años. Es uno de los más bellos parajes que conozco, y por él siento un especial amor, porque sus olas y sus rocas, pero también sus bosques, han sido el marco de demasiados momentos importantes y felices de mi vida, y han sido además cómplices de mi crecimiento personal, de mis decisiones de vida. Los que me conocen saben bien lo que siento por Galicia y por esta comarca en particular. Porque además es el entorno de vida de mi familia, de quienes tienen mi propia sangre. Con su desaparición, me quitan una parte de mí, de mi vida y de mis sueños. Por eso hoy, estoy triste.
No puedo quitarme las imágenes de la cabeza... Primero me negué a verlas en la televisión o en los periódicos. Es muy duro ver los incendios, cuando éstos destruyen algunos de los lugares donde más feliz has sido. Los lugares de la niñez, los que llevas en el corazón, los lugares donde reina parte de tu sentido de la belleza, de tu forma de entender la naturaleza. Hoy me he querido enfrentar con las imágenes. He entrado en periódicos, en vídeos, en blogs... Y las imágenes me han causado un enorme impacto, porque tienen dimensión de tragedia, de devastación. Esta ola de incendios tiene los tintes de un atentado terrorista. Sí, porque comparte con él la impotencia ante la destrucción. Nada se puede hacer. Se puede trabajar más, mejor... pero el fuego destruye a pesar de todo. Sin embargo, este fenómeno al que estamos asistiendo en Galicia carece por el momento de autores claros
¿Es un movimiento espontáneo? ¿Hay una trama? ¿los incendiarios están coordinados?
Nada sabemos aún de ello. Aunque de alguna forma, las condiciones para que una algo así sucediera, estaban sobre la mesa, y a ello apunta bien el escritor Suso de Toro, en su artículo de opinión del viernes 11 en El País. El artículo es de pago y no me lo puedo bajar, así que si alguno sabe o puede, y lo quiere colgar, se lo agradezco, pero AQUI tenéis un pequeño resumen de él. No quiero darle la razón ni quitársela. Simplemente me parece que apunta con razonable lucidez no sólo a una situación compleja de intereses enfrentados que está presente en Galicia tras la marcha de los populares del gobierno de la Xunta, sino también a los efectos de una política agrícola que a lo largo de mchos años ha dejado algunas provincias como Pontevedra y Coruña, sin microestructuras productivas primarias. El monte ha quedado prácticamente abandonado y las políticas forestales, injustamente poco preventivas, no han fomentado ni el cuidado de los bosques ni un plan serio para devolver a Galicia un hábitat autóctono, dejando que las masas de eucaliptos sigan extendiéndose sin control por la geografía gallega . Al final, como siempre, el perjudicado es el pueblo. Los que se quedan sin los árboles, los que se quedan sin naturaleza, sin vida, los que se quedan sin oxígeno, los que se quedan sin espacios para soñar, para imaginar, para vivir. De nuevo muchos pensarán en la tradicional indiferencia gallega. Un pueblo que parece no reaccionar, no despertar... Los que conocemos Galicia desde dentro sabemos que decir algo así es injusto. Y mucho. Ahora todos están con Galicia, es imposible no estarlo... Pero tendremos que estar con Galicia también cuando se apaguen los incendios. El apoyo pasa por no olvidar, por no cancelar nuestros viajes a Galicia, por no dejar de consumir productos gallegos, por tantas pequeñas cosas que sí podemos hacer.
A los gallegos, sin embargo, les toca hacer un ejercicio responsable de poder. Un atentado así es difícil de prever y de minimizar, pero una gran parte del esfuerzo por hacer, parte de las políticas municipales, y ahí los ciudadanos sí podrían tener cierta capacidad para cambiar el rumbo. También de exigir soluciones y políticas para prevenir que estas situaciones se produzcan de nuevo. Me temo que luchamos contra algo que tiene una dimensión mayor de lo que pensamos. Pero me consta que asociaciones ciudadanas, grupos ecológicos, y demás movimientos sociales están haciendo una importante labor de movilización y a ellos quiero dar todo mi apoyo, porque el lamento no vale, ya sólo vale la respuesta, la responsabilidad, la acción. Y sin dejar por ello de recordar, animar y agradecer a tantas personas y voluntarios que a pie de fuego están haciendo un trabajo titánico y lleno de valentía para salvar el bosque.
LUMES NUNCA MAIS.
A los gallegos, sin embargo, les toca hacer un ejercicio responsable de poder. Un atentado así es difícil de prever y de minimizar, pero una gran parte del esfuerzo por hacer, parte de las políticas municipales, y ahí los ciudadanos sí podrían tener cierta capacidad para cambiar el rumbo. También de exigir soluciones y políticas para prevenir que estas situaciones se produzcan de nuevo. Me temo que luchamos contra algo que tiene una dimensión mayor de lo que pensamos. Pero me consta que asociaciones ciudadanas, grupos ecológicos, y demás movimientos sociales están haciendo una importante labor de movilización y a ellos quiero dar todo mi apoyo, porque el lamento no vale, ya sólo vale la respuesta, la responsabilidad, la acción. Y sin dejar por ello de recordar, animar y agradecer a tantas personas y voluntarios que a pie de fuego están haciendo un trabajo titánico y lleno de valentía para salvar el bosque.
LUMES NUNCA MAIS.
6 comentarios:
estoy contigo
LUMES NUNCA MAIS
animo cariño
big vic
Ayyy Vulcano... te entiendo perfectamente. Si yo viera arder estos montes que me rodean me daría algo.
Hoy al subir a la playa, han desaparecido los bosques que flanqueaban la carretera, eucaliptus, que son malos para esta tierra, pero eran los árboles que llevo toda la vida viendo y me ha dado una pena ver el monte pelado...
No conozco Galicia, pero tus palabras me ha dejado un huequito ahí... en el corazón, como si ya la conociera.
Mucho ánimo Vulcano, para ti y para esas provincias arrasadas por el fuego, las gallegas y las catalanas y las de castilla la mancha, etc etc
Un besote
Gracias a los tres por el apoyo... Hoy precísamente, el el diario gratuito "metro" aparece una foto de una de las playas a las que voy en verano, una de mis favoritas... Hace unos días sin ir m´s lejos, iba allí con mi chico, al que nunca había llevado a mi lugar de vacaciones de toda la vida. Le encantó, le pareceieron las playas más bonitas que había visto nunca. Y no exageraba. Las playas de Galicia, caracen de buen tiempo asegurado en el verado, pero en belleza son difícilmente superables. Ahora en le foto todo se ve negro y estéril, arrasado... En fin, de nuevo gracias por los ánimos.
Por cierto, Nat, que el otro día escribí sobre una novela policiaca, ALmost Blue (también película posteriormente) que sé que te gustan porque alguna vez lo has dejado caer. A ver si le echas un vistazo (para una vez que escribo sobre un libro que te puede interesar...)
Besos a los tres.
De nuevo, lo mejor ha sido la solidaridad de la gente, nunca mais,
imagino como puedes sentirte.
Había leído lo de los Pet Shop Boys con El acorazado Potemkin, qué miedo!
Recuerdo lo que hizo Giorgio Moroder con Queen en Metrópolis, un espanto.
Reconozco que la música clásica no es mi fuerte pero veo que voy a aprender mucho contigo.
Un abrazo.
Muy muy muy oportuno, ivansergi. Te doy toda la razón en lo que dices. La verdad que las leyes gallegas están por detrás de las de otras CCAA en esto de la protección del bosque (supongo que contaban con que tradicionalmente los agricultores cuidaban mucho el bosque, pero esto está claro que está cambiando...como siempre las leyes por detrás de los delitos, pero en fin) Este fin de semana, hablando del tema con mi hermano, me explicaba él cómo en Andalucía hay leyes muy desarrolladas que obligan y hacen responsables a propietarios (particulares o colectivos)del mantenimiento, limpieza de las masas forestales de los mismos, así como de la prevención de los incendios, con multas muy muy cuantiosas en caso de no cumplimiento. El caso es que el bosque, aunque esté dentro de una propiedad que es privada, no es patrimonio privado, sino que es un bien colectivo y ecológico, que nevesita protyección jurídica. En galicia, la situación de la propiedad es diferente, la mayoría de las tierras son de propiedad comunal, por ello las leyes deber´çan adaptarse a esta realidad, pero se deben crear los mecanismos que responsabilicen del mantenimiento y prvención de las masas de bosque... vivimos en un país en un fuerte proceso de desertización y no podemos permitir que estas cosas pasen, es responsabilidad nuestra dar todos esos pasos... En fin, muchísimas gracias por tu aportación. Me encanta que comentes por aquí, sabes?
Un beso bien grande.
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